Que Ronnie Wood es un tarambana es algo que todos sabemos y lo es tanto que su reciente libro Memorias de un Rolling Stone ya se ha quedado obsoleto en apenas unos meses!!!. Al parecer el amigo Ronnie anda otra vez perdido en el alcohol, ha dejado a su mujer con la que llevaba más de treinta años por una jovencita de veintipico, planea reunir a los Faces….Muy típico de Ronnie. Como dijo de él su compañero Charlie Watts cuando se le reconoció a Wood su calidad de miembro oficial de los Stones en el 93 (a pesar de que ya llevaba con ellos desde el 76): No ha crecido. Ronnie no es sensato, no es su papel. Es un maníaco. Tiene el cerebro de un mosquito. Y conviene hacer caso a Charlie un tipo que jamás ha perdido el ritmo.
Acabo de terminar el mencionado libro y me lo he pasado pipa leyendo lo que nos cuenta el bueno de Ronnie. El mismo reconoce que su vida ha sido un continuo vaivén, un laberinto en el que se ha perdido en infinidad de ocasiones pero del que milagrosamente al final siempre encontraba la salida. Y no se corta ni un pelo al hablar de sus escarceos con el alcohol y las drogas. Por culpa de estas últimas se ha visto envuelto en embolados de mucho cuidado. Narcotraficantes mexicanos, camellos pendencieros, yonkis de toda especie…
El libro está escrito con un estilo llano y sencillo, sin pretenciosidad alguna. Desde su infancia en un clan gitano al que pertenece su familia hasta las grandes glorias saboreadas con los Stones pasando por su faceta como artista que también le ha reportado muchas satisfacciones. Ronnie Wood como el mismo afirma ha tenido la fortuna o la habilidad de estar en el sitio adecuado en el momento justo. Y le ha sacado partido. Ha experimentado con todo, no solo con las drogas y en lo concerniente al rock´n roll es un magnifico interprete. Desde que hizo sus pinitos con el bajo en el Jeff Beck Group casi nada se le ha resistido al tarambana de Ronnie y ha participado en jams con los más grandes. Un brindis por Ronnie.