miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tom Waits. Rain Dogs


La primera vez que escuché a Tom Waits fue en el cine. Fue un gran inicio. Corría el año 1995 y un noviembre como esté entré en el cine a ver Smoke. En el film sonaban Downtown train y cerrando de forma conmovedora la película Innocent when you dream. Recuerdo que cuando sonó esta última pensé que el que cantaba era Louis Armstrong. Hasta aquel momento había leído mucho sobre Tom Waits (en Popular 1 se le citaba a menudo) pero no conocía a casi nadie que tuviera música de este tipo en su casa. entre mi círculo cercano el único que tenía material de este sujeto era mi primo Oscar. Apuesto lo que sea a que todavía conserva su cassete de Swordfishtrombones. Tal vez me lo pusiese pero no lo recuerdo con exactitud así que Smoke queda como el momento en que tuve la primera toma de contacto con Waits.

Apenas una semana después compré en el Carrefour Rain Dogs por mil miserables pelas. No sé por qué me decidí por ese y no por otro pero acerté. Fue una entrada por la puerta grande en el universo Waits. Pero me costó, me costó bastante. El veneno tardó en expandirse y mentiría si escribiese que en una primera escucha aquel disco me voló la cabeza. Fue algo a fuego lento. De hecho cuando sonó la inicial Singapore, le siguió Clap Hands y luego vino Cemetery Polka pensé.. Puff, ¿qué es esto? Tal vez me he equivocado. Y esto no es para mi.

El primer tema de Rain Dogs que me cautivó fue Jockey Full of Bourbon, una curiosa canción, bailable diría yo. Al menos mi hermana se inventó unos pasos muy molones con ella. Y es que tengo claro que muchas canciones de Waits tienen un tremendo potencial comercial sin perder nada en el camino, absolutamente nada. En este disco encajan en esto que escribo temas como Hang Down your head (de la que hace poco cuando sonaba en casa me dijo Susana que era una de sus canciones favoritas de la historia), la arrebatadora Time o la eterna Downtown Train que no importa las veces que la haya escuchado. Es imbatible.



En la edición que me compré lo malo es que no venían los créditos. Abrías el cd y encontrabas dos caras en blanco. Años después indagué en quién había intervenido en el disco y ahí esta como estrella de relumbron el canalla de Richards, excelente y apropiado compañero de viaje para Waits, el omnipresente y certero Marc Ribot liandola con la guitarra y a la trompeta Hollywood Paul Litteral que ni puta idea de quién es pero que nombre más cool. El arsenal que contiene Rain Dogs es tremendo, no hay ni una canción de relleno y eso no pasa tantas veces en los discos de este hombre y aúna con igual inspiración su faceta cacharrera como las tres canciones iniciales o Gun Street girl con cosas más clásicas y deliciosas como Union Square, Blind love o Diamond & Gold. Junto a Bone Machine es mi disco favorito de la segunda etapa en la carrera de este hombre.