viernes, 21 de diciembre de 2012

Michael Caine rules!!!!!


Bajo este cochambroso titulo influido por mi continua lectura durante años de Popular 1 hoy quiero dedicar unas líneas al cachondo de Michael Caine. Pero esto me ha venido tras leer un interesante artículo escrito por Ignacio Julia y publicado en el Ruta 66 de diciembre. El texto en cuestión se centra en los inicios de Caine que son lo que menos conozco de su filmografía. De esa época tan sólo he visto la archiconocida Alfie y Funeral en Berlín una película que mencionaba a menudo Dave Wyndorf en todas las entrevistas que le hacían a finales de los noventa.

Pero la primera película en la que me fijé en este sujeto fue Sangre y Vino. Un film dirigido por Bob Rafelson en el que Caine compartía protagonismo con Jack Nicholson y en que salía una despampanante Jennifer Lopez. Seguramente la película no es la mejor de ninguno de los implicados pero tiene un pase y sobre todo los personajes que interpretan Jack Nicholson y Michael Caine tienen su jugo. Se trata de una cinta que encaja en los patrones del cine negro y que tiene la baza infalible de un humor corrosivo y negro cortesía de los dos veteranos intérpretes.


Caine ha sido siempre un vividor encantador y así lo contó en el primer volumen de su biografía (Mi vida y yo, Ediciones B, 1993). Su filosofía hedonista y sus ambiciones le emparentan directamente con Robert Mitchum. Ambos no se daban mucha importancia y son dos de los actores que mejor saben escuchar. En el artículo firmado por Ignacio Julia  en Ruta 66 aparecen unas cuantas sentencias que me han recordado a lo que leí sobre Mitchum. Frases cargadas de sentido común. Por ejemplo: Sé que hay miles de actores, mejores que yo, que no tuvieron mis oportunidades. No digo que yo no mereciese el éxito, sólo que soy consciente del carácter voluble de un negocio en el que, estar en el momento y lugar correctos, puede cambiarlo todo.

Después de Sangre y vino he visto a Caine en unas cuantas películas. En La Huella simplemente se sale y aquella fue una película a la que acudí no sin temor por tratarse a priori de algo muy teatral y difícil de llevar al cine pero el resultado me noqueó. El personaje que interpreta en Hannah y sus hermanas es también de los mejores de su carrera con algunas escenas memorables. Recuerdo con cariño también sus intervenciones en las divertidas Lío en Rio y Los seductores donde compartía protagonismo con otro de mis favoritos: Steve Martin.


Desgraciadamente últimamente le tengo bastante perdida la pista. En los últimos años me ha convencido con su papel en Batman Begins, sobresale en A la vuelta de la esquina una película que tuvo poca repercusión pero que tiene muy buenos momentos y el aliciente de verle compartir escenas con otro actor entrañable: Christopher Walken. Me quedan de ver muchas de sus películas y tengo especial ganas de dos de finales de los noventa que tuvieron bastante fama: Little voice y Las normas de la casa de la sidra. Para finalizar su filosofía a la hora de escoger papeles está a la altura de lo que me espero de este sujeto: Primero, escojo entre los grandes papeles. Si no me llega ninguno, elijo entre los mediocres. Y si estos tampoco llegan, me quedo con los que pagan el alquiler. Espero que traduzcan el segundo volumen de sus memorias porque Caine sabe actuar y también contar.
divertidas e hilarantes historias.