viernes, 9 de noviembre de 2012

Tom Waits. Bad as me


Un paréntesis a la oda neoyorquina porque TW está de vuelta en mi hogar. En realidad nunca se ha ido pero le tenía un poco abandonado. Pero siempre vuelve. Se mete en mi casa y no hay forma de echarle al jodío. Es lo que sucede con los grandes. Acudes siempre a ellos. Antes o después. He tardado más que nunca pero por fin estoy escuchando como se merece el Bad as me de Tom Waits. Lo había puesto varias veces en el reproductor. Siempre lo tenía que quitar. El tiempo y las circunstancias. Ya escribí que no se puede escuchar a este sujeto de cualquier forma.

Ha pasado ya más de un año desde que se editó. Y es la primera vez que no me compré o regalaron el nuevo disco de Waits en cuanto salió. Lleva en mi casa más de diez meses y yo apenas le había podido prestar atención. He andado y sigo muy loco con todo el soul que estoy descubriendo pero como ahora tengo más tiempo para escuchar música lo compatibilizo con mis incunables. Y estoy otra vez, como tantas veces antes, atravesando una nocturna etapa Waits. Releyendo incluso la estupenda biografía que escribió Jay S Jacobs.


Y ahí en la quietud de la noche a un buen volumen han encontrado hueco Chicago, Raised Right Men o Get Lost. Y han prendido la llama.  Si, se que no hay nada nuevo o rompedor en la propuesta. Pero no me quejo. No lo necesito. Soy feliz escuchando a un Waits en buena forma aunque sea con una fórmula conocida. Pay Me me emociona tanto como Georgia Lee. Bad as me podría estar perfectamente en Bone Machine. No me puedo quitar de la cabeza Back in the Crowd. Tal vez sea un disco muy medido. Una nueva presentación en sociedad ahora que es intocable pero lo cierto es que yo he vuelto a sucumbir. Incluso puede que mis bajas expectativas jueguen a su favor.

Quizás no esté tan inspirado como en  Mule Variations o en Bone Machine. O tal vez si. Porque hay que seguir escuchando este disco. Con Waits merece la pena escarbar y escarbar porque cuesta lo suyo llegar al fondo. De momento yo celebro estar otra vez totalmente colgado con el amigo Waits. Es un universo apasionante. Porque ahora suena la cachonda Satisfied y me vuelvo a dejar llevar por este sujeto. Miedo me da cuando este tío se apodera del reproductor de mi casa. No hay quién le eche. Y la rueda sigue. Tengo que volver a Real Gone. Es junto a The Black Ryder su disco más árido. Ha sonado New Year´s Eve y quiero empezar otra vez en Chicago porque todo será mejor en Chicago. Y doy gracias a mi amigo danés por enviármelo.