martes, 8 de enero de 2019

Los Deltonos

Por segundo mes consecutivo Ruta 66 consagra su portada a una veterana banda española. Si en diciembre fueron Sex Museum los que tuvieron tal honor la revista saluda 2019 con Los Deltonos. No se me ocurre una elección más atinada y justa tanto por la sintonia del combo cántabro con la publicación como por la posibilidad de dar a conocer el legado de estos tipos que están a punto de sumar una nueva rodaja ya que hoy se publica Fuego, decimocuarto disco de una trayectoria impecable y me temo que muy desconocida.

Ni que escribir tiene ya le he dado al click y aprovechando la oferta he sumado a la colección el vinilo de Salud!, uno de mis favoritos en la carrera de Hendrik y cía. Paladearemos el nuevo y le daremos el tiempo que se merece, por descontado. Llevo unos años en los que Los Deltonos suenan en mi casa a menudo. Y cada día la gozo más. Es el momento de juntar unas letras sobre su anterior disco, el homónimo publicado en marzo de 2017.



El álbum lo compré por su web a principios del mes de abril de año de su edición y me esperaba otro rodaja tan luminosa como Salud! un disco que todavía escucho a menudo. Pero resulta que el camino que tomaron Hendrik Röver y compañía fue más pedregoso y arisco. La fotografía que capturó el momento de la banda puede que saliese más áspera y dura aunque con momentos muy luminosos y con la certera prosa de Hendrik Röver, una vez más demostrando que es un letrista excelso, capaz de dar en el clavo en los tres o cuatro minutos que dura una canción.
Merecida portada rutera


Hay unos cuantos temas que encajarían sin problemas en aquella primera etapa más blues rock como No saber, La Verdad o Caviar, otros, en cambio no desentonarían para nada en los soberbios, GTBuenos Tiempos o Salud!.En el sabio equilibrio entre ambas facetas y algunas más reside el éxito de otro buen disco de Los Deltonos. En la lírica Hendrik sigue tan atinado como siempre. Bien es cierto que en este disco hay dos o tres temas más ligeros, cachondos sin mucha doblez (Más cencerro o Caracartón) pero sigue con su pequeña narrativa ácida y mordaz en temas tan redondos como Tiempos mejores o Al final de la escapada (mis favoritas) y en la tradicional tonadilla anticlerical: Sanmartín.

El sonido del álbum es otro de los puntos fuertes. Me encanta esa contundencia cortante de gemas como ColisiónMagia Impostor.  En todos ellos me gusta mucho la labor del batería Javi Arias, esa pegada seca, una batería de verdad a la que se suma la perfecta compenetración a las guitarras de Fernando Macaya y Hendrik Röver y el bajo de Pablo Z. Colisión es el tema perfecto para entender la sinergia que se produce entre estos cuatros tipos. Una de las canciones más largas de su carrera a la que me costó pillar el punto y que hoy en día es una de mis favoritas. ¡Larga vida a Los Deltonos!



Qué felices éramos cuando vivíamos al sol 
Antes de que el cáncer le cogiera gusto a devorarnos 
Qué felices éramos con sólo respirar 
Antes de que el aire se empeñara en ahogarnos 

Se oyen rumores 
Los tiempos mejores no van a volver 
No ayuda que llores 
Disfruta las flores que quedan de ayer 
Pequeños errores 
Que se hacen montañas para luego caer en silencio... 

Qué felices éramos mojándonos los pies 
Antes de que el agua y su poder nos arrastrara 
Qué felices éramos en nuestra ingenuidad 
creyendo que el tiempo era nuestro y no pasaba 

Qué felices éramos (y) qué lejos queda ya 
Cuando no necesitaba recordarte mis poderes 
Qué felices éramos parece un siglo atrás 
Cuando éramos nosotros los dueños de las redes 

Te tengo (y) lo sabes 
Se queman tus naves enfrente de mí 
Se hunden a pares 
En aguas revueltas que no dejarán de subir 
Rumores 
Los tiempos menores se van a quedar 
Como recuerdo de nuestra pasividad