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Anoche coincidían en Bilbao dos conciertos. Por un lado Jesse Malin en el Kafe Antzoki y por otro Hermano en la sala Santana 27. Había que decidirse y lo hice por Malin aunque me llene más lo que han grabado Hermano. Pero para ver a estos tenía que desplazarme más lejos, ir solo y encima ver a dos teloneros que sinceramente no me interesaban.
El show de Malin me sorprendió gratamente. El tipo tiene un pasado punk glorioso y una carrera en solitario que va ganando enteros poco a poco y que se va desprendiendo de la alargada sombra de Ryan Adams, sujeto omnipresente en los últimos años, tan venerado como odiado.
Se basó en su material en solitario que en directo suena más contundente y ágil. En un momento Jesse bajó del escenario se mezcló con el público y todos nos sentamos mientras entonábamos el Deaht or glory de The Clash. Malin y su banda dieron un concierto muy bueno que me dejó un inmejorable sabor de boca con las bonitas Lucinda y la emotiva versión del Helpless de Neil Young. Y a partir de ahora, en caso de duda, haced caso a Grushecky.
Se basó en su material en solitario que en directo suena más contundente y ágil. En un momento Jesse bajó del escenario se mezcló con el público y todos nos sentamos mientras entonábamos el Deaht or glory de The Clash. Malin y su banda dieron un concierto muy bueno que me dejó un inmejorable sabor de boca con las bonitas Lucinda y la emotiva versión del Helpless de Neil Young. Y a partir de ahora, en caso de duda, haced caso a Grushecky.