viernes, 29 de agosto de 2014

El Mundial de Baloncesto en Bilbao

Mañana comienza el Mundial de Baloncesto. Bilbao es una de las sedes del campeonato pero los partidos se juegan en el Bec de Barakaldo. Las instituciones públicas han hecho una apuesta económica importante con el fin de que el retorno sea mayor. Se prevé la llegada de más de 7000 finlandeses y cerca de 3000 turcos que junto al resto de aficiones de los demás equipos más los de casa se espera que se dejen el parné en territorio bizkaino, que al final es de lo que se trata. 

En lo deportivo el gran atractivo de la sede bilbaína es la presencia del combinado USA. Estados Unidos trae un buen equipo, no el mejor posible debido a diversas renuncias y lesiones, pero no cabe duda de que son los favoritos no solo para ganar en el grupo que les ha tocado sino el Campeonato. Hay varios jugadores de esos por los que merece la pena pagar una entrada. Mi favorito es Stephen Curry que junto a Kyrie Irving pueden volver loco a cualquiera. El resto son buenos jugadores, algunos muy locos como James Harden, otros muy chupones como Rudy Gay y jóvenes con mucho que demostrar como Anthony Davis.

La pena es que el grupo que ha tocado en Bilbao a priori no me parece de los más atractivos. Es difícil que haya ningún equipo que le pueda plantar cara a los yanquis. Por plantilla los turcos tienen talento y físico pero rara vez acaban jugando como un equipo, Ucrania y Finlandia hicieron un buen Europeo pero son equipos muy limitados y de la República Dominicana y Nueva Zelanda no conozco demasiado pero no espero gran cosa. Como siempre lo bonito en el deporte son las sorpresas y yo espero que haya unas cuantas. 


sábado, 23 de agosto de 2014

La duración de los conciertos.

El pasado viernes estuve en el Kafe Antzoki viendo el show de Lisa & The Lips. Fue un concierto divertido, ágil y más inspirado que el ofrecido el año pasado en el WOP Festival. El show duró unos 75 minutos más o menos. Hoy en día es raro el concierto que pasa de hora y media. Supongo que jueves pasado la duración estaba mediatizada por la sala ya que era en el día grande de las fiestas de Bilbao. En cualquier caso en eso quiero incidir en la duración de los conciertos.

Los shows más largos que he visto en los últimos años corresponden a los veteranos del rock´n roll que siempre ofrecen conciertos de más de dos horas e incluso en el caso de Bruce Springsteen & E Street Band se van fácilmente a más de tres. La duración no tiene porque ir ligada a la calidad pero echo de menos sobre todo en salas pequeñas y en grupos más o menos jóvenes que se dejen la piel. Que se presenten en la sala en cuestión con ganas de arrasar. Recuerdo, por ejemplo, la primera vez que The Jayhawks pisaron la Península. En Bilbao en el Antzoki ofrecieron un increíble concierto de más de dos horas y media y porque la sala no les dejo más.

Eso es sembrar para luego recoger. O la primera vez que ví a Marah en la sala Azkena de Bilbao, más de dos horas a toda mecha. Esos conciertos que corren como la pólvora y que hacen que la siguiente visita de la banda a la ciudad en cuestión esté llena de grandes expectativas. Hace un par de años me sucedió algo similar a lo antes descrito con el concierto de The Delta Saints también en el Antzoki. Estuvo bien pero quiero más. Quiero esas noches míticas en las que nadie se quiere ir a casa. 

Claro que a veces es cuestión de ir mentalizado. Siempre será mejor ver a Social Distortion en un festival que en una gira por salas pequeñas porque la duración va a ser prácticamente similar. El amigo Mike Ness rara vez estira un show más allá de la hora y eso en una banda con semejante repertorio es un ultraje. Por otro lado y para contradecirme con todo lo anterior en ocasiones un buen concierto de hora y poco a toda pastilla como el que ofreció Michael Monroe en la Sonora de Erandio es también muy disfrutable.

Tal vez es una impresión equivocada pero creo que las bandas más jóvenes deberían ofrecer un plus. Salir a matar, a volver loca a la audiencia de modo que la siguiente vez que se pasen por tu ciudad las expectativas sean altisímas y el reto superarlas. Pero esto tan sólo son los devaneos de una tarde de sábado en la que tengo que ir a trabajar.

domingo, 17 de agosto de 2014

El cabo del miedo

Hoy cumple 71 años Robert De Niro. A estas alturas de la película tal vez los nuevas generaciones puedan pensar que este sujeto que en los último años se dedica a pasear sus múltiples muecas por comedietas de medio pelo ha seguido una trayectoria similar toda su vida pero a poco que seas inquieto en esta vida y bucees en su filmolgrafía te darás cuentas de que hubo una época en que el amigo De Niro era el puto amo. Así de sencillo. 

La primera película que recuerdo haber visto protagonizada por Robert De Niro fue El cabo del Miedo. Si, sé que no es ni de lejos la mejor de su carrera, qué leches, no está ni en su top ten, pero para mi fue un inicio impactante. Un joven de diecisiete años del año 1991 podía salir impresionado del cine tras ver semejante película. Con el tiempo El cabo del miedo ha sido parodiada, sobreexplotada y vilipendiada a partes iguales pero mentiría si dijese que no tiene su valía cinematográfica. De hecho puestos a recordar alguna mención a este film me quedo con el homenaje que le hicieron en un capítulo de Los Simpson donde el Actor Secundario Bob se mete en la piel de Max Cady.




El film era un remake de El cabo del terror una irregular película dirigida por J. Lee Thompson e interpretada por dos colosos del celuloide: Robert Mitchum y Gregory Peck que eran de largo lo mejor del tinglado. De hecho Scorsese aportó interesantes variaciones al material original y sus contribuciones hicieron que este remake sea mejor que la de 1962. Además como entusiasta cinéfilo, Scorsese recuperó para dos jugosos cameos a Mitchum y Peck, sólo que intercambiandoles los papeles, esta vez Mitchum era un policía del lado bueno y Peck una sanguijuela de abogado que curiosamente en las escenas del juicio lucía el traje que vistió para interpretar a Atticus Finch en Matar a un ruiseñor.

De modo que Scorsese metió su mano en el film y volcó algunas de sus obsesiones confeccionando un material muy apreciable sobre todo en una una primera hora y media que va como la seda. Recuerdo varias escenas excelentes entre Nick Nolte y Robert De Niro y entre Nolte y Jessica Lange. Lástima que el final es tan exagerado que se preste a la parodia. Por su parte De Niro hizo una actuación pirotécnica a más no poder, con su habitual transformación física y con una verborrea bíblica y filosófica tremenda. Ni que decir tiene que tras visionar este film recuerdo ir al vídeo club y pillar así seguiditas Taxi Driver, Toro Salvaje y Uno de los nuestros. Y eso ya son palabras mayores.

lunes, 11 de agosto de 2014

Gruff. Nothing Like Rock

Hoy es el cumpleaños de mi primo Oscar. Le he mencionado unas cuantas veces por este blog. Le tengo aprecio y fue uno de mis mentores en materia rockera. La primera persona a la que vi con un cassette original de Tom Waits. El primero que me habló de Tom Petty. Me grabó cantidad ingente de material. Desde AC/DC, a Rainbow, pasando por Primus The Cult. Casi de todo. Tal vez lo único en lo que no ha indagado es el soul, pero no me voy a poner exquisito ja, ja. Mi primo es un tipo ecléctico de verdad, no de esos que va de guay y luego sólo escucha cuatro bandas. Pero, un momento, avezado lector tal vez estés pensando que le tengo cariño sólo por el interés. Fuera esos horrendos pensamientos, truhán. 

Mi primo tenía un bajo desde al menos los 16 tacos pero que yo recuerde jamás estuvo en una banda hasta que hace cinco años se junto con otros inadaptados y formó Gruff de los que me atrevo a decir que es el líder indiscutible. ¡Es coña! Oscar M.G. es el único componente al que conozco personalmente. Hace unos años me mandó por carta el cd de la primera maqueta que grabaron y recientemente Nothing Like Rock que contiene 11 temas con una notable mejora en el sonido. 

Siguen una senda hard rockera impulsados por la potente y rota voz de Rober V. Monroy que no se como acabará los conciertos porque lo que es en el disco se deja la garganta. La guitarra cortante de Jaime Repesa se compenetra perfectamente con el bajo de Oscar M.G. y la batería de Manu Santos al que el verano pasado sustituyó Jonás Tejera.  No sé cuál será el orden en que grabaron los temas pero a mi me suenan cada vez mejor según va avanzando el disco o simplemente coincide que son las canciones que más me gustan. Mis cortes favoritos son los cinco últimos: I won´t fail youAin´t nothing like rockA Real LoveWhat I Want y Pretty Girl. Del sexteto inicial se me ha quedado pegada Rock´s Beating con ese ritmo funky.

El pasado 8 de marzo debutaron en la sala Honky Tonk de Madrid lo que fue un subidón para mi primo y la banda. Lógico. Tiene que ser un punto subirse a un escenario a hacer lo que te gusta, disfrutar y ver que el personal se lo pasa bien. Y puedo afirmar que a mi primo le flipa la música. Además según parece basan todos sus conciertos en material propio. De momento no les he visto en directo pero si voy a Castilla o ellos se acercan por aquí intentaré remediarlo. Mientras a disfrutar con Nothing Like Rock y desearles la mejor de las suertes. Rock on!


domingo, 3 de agosto de 2014

Víctor del Árbol. Un millón de gotas

Uno de los aspectos más divertidos y en ocasiones gratificante de mi trabajo es recomendar novelas a los clientes. Una de las que con más entusiasmo nombro es Un millón de gotas de Víctor del Árbol. Este autor, que ha tenido mucho éxito en Francia y que poco a poco se está haciendo un nombre en el panorama literario hispano, ha escrito una novela esplendorosa sobre la condición humana y sus miserias y contradicciones.

La novela tiene un arranque portentoso últimamente condición prácticamente indispensable para que un servidor continúe leyendo pero eso puede ser un fallo mío que tal vez debería de ser más paciente. Un millón de gotas no se limita a un inicio espectacular, ni mucho menos, mantiene un nivel similar en sus casi 700 páginas. Es como esas grandes novelas de Dostoyevski, Tolstoi o Gorki plagadas de personajes. Es un trabajo ambicioso con una compleja trama pero por encima de todo maravillosamente escrita. Los personajes resultan creíbles y la trama también lo cual no deja de ser perturbador.

La trama recorre la vida de unos cuantos personajes desde el año 1933 hasta 2002. En ese periodo de tiempo el autor nos habla de sucesos como la Guerra Civil, la lucha entre alemanes y soviéticos y se detiene especialmente en la Rusia de Stalin y en aberraciones tales como los campos de trabajo de Siberia y concretamente en las personas que fueron enviadas a la Isla de Nazino. No tenía información sobre este lugar y lo que allí sucedió es otro de los episodios más lamentables de la historia de la humanidad. 

Leo en la biografía del autor que Víctor del Árbol trabajó veinte años como policía autonómico de Cataluña pero yo creo que este hombre era un escritor que trabajo de policía y no al revés. Mi fascinación por esta novela viene de lo que cuenta y de cómo lo cuenta. En alguna entrevista he leído al autor comentar que su pretensión era que el lector fuese una persona distinta tras finalizarla, que le removiese de tal forma que se plantease numerosas cuestiones y conmigo lo ha conseguido de largo. 

Aquí la sipnosis.  

viernes, 1 de agosto de 2014

Blues Traveler. Back in The Day


Dos de las bandas a las que seguí con mucho interés en los noventa fueron Blues Traveler y Screamin´ Cheetah Wheelies. Su música vino para quedarse y no sé por qué pero siempre las asocio y me hubiese parecido un doble cartel impresionante. No pude ver a ninguna de las dos en directo pero no me perdí ninguno de sus pasos. Lamentablemente SCW se separaron ya hace casi diez años aunque ahí sigue Farris con una potente carrera en solitario. 

Blues Traveler tuvieron su momento de apogeo a mediados de los noventa y con interrupciones más o menos largas continúan con una carrera más que digna. Han tenido varios discos flojos pero tanto el disco de John Popper & Duskray Troubadour como su último álbum en estudio Suzie Cracks the Whip les recupera para la causa bastante inspirados, con momentos muy brillantes. Pero hoy echo los oídos más atrás para recuperar Back in the Day un tema que me sigue encantando y con el que abrían de forma inmejorable un disco a reivindicar: Bridge.