domingo, 17 de marzo de 2019

BACK TO VINYL: U2. The Joshua Tree

Supongo que una de las giras más exitosas de 2017 fue la que conmemoraba el 30 aniversario de la edición de The Joshua Tree el álbum que sitúo a U2 en lo más alto. No hay como desempolvar un disco de esos míticos y montar una gira para seguir haciendo caja. Lo hacen casi todos. Y por supuesto U2 no iban a ser menos. Desconozco los resultados comerciales (insisto supongo que los irlandeses habrán obtenido pingües beneficios) y los artísticos. Tal vez Bono, The Edge, Larry Mullen y Adam Clayton no estén para muchos trotes o quizá en directo siguen siendo una banda fiable. En estudio sus últimos pasos son anodinos a más no poder como comprobé la semana que salió Song of the innocence. Lo tuvimos puesto varios días en la tienda y aquello era de una sosez supina. 

De modo que me olvido de los U2 actuales. Realmente es una banda de la que me desentendí por completo hace años pero no reniego de varios de sus discos. Para nada. No los escucho como a finales de los ochenta y principios de los noventa (que era a todas horas) pero si estoy en un garito y suena cualquier tema de The Joshua Tree, Rattle & Hum o Achtung Baby los sigo disfrutando y mucho. Aunque mi exposición a su música ha disminuido mucho un par de veces o alguna más al año hago sonar a tope uno de los discos mencionados. Mi favorito siempre fue The Joshua Tree. Incluso cuando salió la edición conmemorando el 20º aniversario ( si también celebraron esa fecha) me regalaron la consiguiente caja conmemorativa. Una edición a la que fui sacando partido con el paso de los años. 

Poco queda por escribir sobre The Joshua Tree. En mi caso mi fascinación por este álbum viene del mismo momento de su publicación. Y todavía me acuerdo cuando dos años después de la misma mi tío Julio me compró el vinilo en El Corte Inglés. Un disco que escuche compulsivamente y del que lejos de renegar sigo aplaudiendo cada uno de sus cortes. Es más incluso la trilogía inicial, radiada hasta la saciedad me parece sublime. Y eso es algo que no me sucede con los singles sobreexpuestos de otras bandas. Por ejemplo no soporto Walk of life o Money for nothing de Dire Straits, ni Roxanne de The Police, ni Born in the USA de Bruce Springsteen (el mejor momento para ir al baño en sus conciertos). 

Pero The Joshua Tree es mucho más que esas tres canciones tan famosas. Todos los cortes rayan a una altura espectacular ahí esta la cortante Bullet The blue sky a la que le sigue una de mis favoritas de su amplio repertorio Runnig to stand still con una excelsa interpretación vocal de Bono una constante en todo el álbumLa cara B es para enmarcar con algunos de los momentos más sobrecogedores en la carrera de estos tipos: Red Hill Mining Town, In God´s Country o Trip Through your wires hubiesen podido ser unos singles tan atómicos como los Where the streets have no name, I still haven´t found what I´m looking for y With or without you. Y no es ningún farol.



Mentiría si no escribiese que One Tree Hill es una de mis canciones favoritas y no sólo de este disco o del conjunto de las rodajas de los irlandeses. De la puta historia, para que nos vamos a engañar. Ni se las veces que la pude pinchar y todavía hoy me emocionó con la coda final: Oh, great ocean, Oh great sea, running to the ocean, running to the sea... Según la Wikipedia fue lanzada como single pero sólo en Nueva Zelanda y Australia y está dedicada a Greg Carroll. Un tema que rompió moldes fue Exit, con una hipnótica progresión que desemboca con los cuatro músicos dándole caña al asunto.

Un aspecto importante del álbum, vital es la producción a cargo del zumbado de Brian Eno y Daniel Lanois. Lejos de moverse en los resbaladizos terrenos de los ochenta el disco tiene un sonido muy bueno en el que se aprecian con nitidez todos los instrumentos y en el que la mezcla me parece cojonuda. Esta tarea corrió a cargo de Steve Lillywhite y el tipo se luce, la verdad. Se aprecia todos los instrumentos en igualdad de condiciones. Es innegable la importancia de la guitarra de The Edge, un sonido peculiar, personal, reconocible y que siempre me encandiló pero no menos fundamental es la perfecta sincronización de la sección rítmica con Adam Clayton al bajo y Larry Mullen Jr a la batería. Lo dicho jamás renegaré de este vinilo.