miércoles, 4 de julio de 2018

Anthrax. The Sound Of White Noise

El pasado mayo se cumplieron 25 años de la edición de The Sound Of White Noise el álbum más exitoso en la carrera de Anthrax (disco de oro en USA, 511.284 copias vendidas). El inicio de la andadura de John Bush en el combo neoyorkino no pudo ser mejor. Muchas cosas cambiaron con la entrada del cantante de Armored Saint. El sonido anterior fue mejorado y de alguna forma modernizado. Desconozco si Charlie Benante y Scott Ian ya tenían en mente este viraje, se produjo por la llegada de Bush o la contribución del productor Dave Jerden fue clave. Tal vez un poco de las tres. Lo cierto es que The Sound Of White Noise es un pelotazo que no ha perdido ni un ápice de vigencia y que fue el mayor éxito de Anthrax propulsado por los singles Only y Black Lodge

Dave Jerden había trabajado con Jane´s Addiction en Nothing´s shocking, Red Hot Chilli Peppers en Mother´s Milk, Alice in Chains en Sap y Dirt o en el disco homónimo de Social Distortion. Un bagaje más que interesante y a todas luces ecléctico. Parecía un tipo versátil con la visión adecuada para pasar a Anthrax a otro nivel. Y si las canciones no fallaban y doy fe de que no el asunto podía funcionar y lo hizo, de forma descomunal, añado. A ver quién puede resistirse a esa tromba que se nos viene encima con Potters Field. Una apertura que ya muestra por donde va ir el sonido, una muralla sónica imponente con las guitarras de Scott Ian y Dan Spitz entrelazándose a la perfección, Frank Bello y Benante conformando una sección rítmica aplastante y versátil y un John Bush pletórico a la voz con las ocasionales réplicas cafres de Scott Ian y los coros enriquecedores de Frank Bello. Un equipo ganador. 



Only es la clase de single que todo trabajo necesita, el empujoncito necesario para alcanzar un puesto alto en los charts. Una canción perfecta según James Hettfield de Metallica y esto de acuerdo con el. Igualito que Black Lodge un corte experimental, el tema más pausado del álbum coescrito con Angelo Badalamenti de Twin Peaks, una canción hipnótica con unas guitarras que nunca habían sonado así en sus discos anteriores y una interpretación vocal de John Bush magnética, sobrecogedora. Pero es que este disco no sólo vive de esos arrebatadores singles. 

Ahí están esas inmaculadas Room For One More, Hy Pro Glo e Invisible, tres temazos plagados de riffs penetrantes, baterías imposibles o sólo posibles si el que le zumba es el bendito Charlie Benante y un trabajo vocal de John Bush cargado de matices, nada de ir todo el rato al mismo registro, a piñon, dándole la vuelta a cada canción con decisión. Una puta maravilla. Y no exagero sin escribo que en mi casa tanto este disco como los otros tres de estudio que grabaron con Bush (Stomp 442, Volume 8 y We´ve Come For You All) juegan en la misma liga que el Black Album de Metallica, Powertrip de Monster Magnet o America´s Volume Dealer de Corrosion of Comformity o Badmotorfinger de Soundgarden.