viernes, 19 de mayo de 2017

En memoria de Cornell

Se me hace complicado escribir unas líneas sobre Chris Cornell. No lo he hecho de ninguna de las estrellas que se han ido en los últimos años. No creo que la muerte de Chris vaya a tener más trascendencia que la de otros iconos pero a mi me ha tocado de forma distinta. Es una cuestión generacional. Tenía veinte años cuando mi amigo Rober me grabó Superunkown y mi obsesión por ese disco y la carrera de estos tipos no conocía límites. Fuimos a verles a La Peineta en un triple cartel con Corrosion of Comformity y Metallica el 22 de septiembre de 1996. Y allí con más de veinte mil personas pululando me encontré con mi primo Oscar. 

Aquel concierto se me quedó grabado por varias razones. Para empezar la estrictamente musical. Recuerdo que sonaron poderosos, con la voz de Cornell retorciéndose como en sus mejores momentos, y la sección rítmica de Cameron y Shepherd bordandolo. Thayil parecía el sheriff en todo aquel tinglado. Era una banda que se comportaba de forma extraña en directo. No parecían tener buen feeling entre ellos, apenas gestos ni complicidades... Una descarga colosal previa a la actuación de las estrellas de la noche. 



Miro ahora el set list y pienso en lo traicionera que es la memoria. Juraría que abrieron con Searching With My God Eyed Closed pero no fue así sino que lo hicieron con Spoonman. Puedo verme con mi amigo Rober cantando a pleno pulmón aquello de I´m looking California, I feeling Minnessota..., mirarnos estupefactos ante el poderío vocal de Cornell en Slaves & Bulldozers, ver como entre tanto aficionado de Metallica también había pequeños grupos flotando con Soundgarden. No tocaron Room A Thousand Years Wide una de mis canciones favoritas de su repertorio que contiene todos los registros vocales que manejaba el amigo Cornell.

Siete meses después de aquel concierto se anunció la separación de la banda. Badmotorfinger, Superunknown y Down on The Upside sonaron en mi casa a todas horas aquellos años noventa e incluso compré en cuanto se editó el disco en solitario de Chris. Después, Audioslave fueron una de las mayores decepciones ante tamañas expectativas y la carrera posterior de Cornell tuvo momentos delirantes. Y le dejé de seguir con Scream. Esos cabreos que te pillas con tus ídolos cuando caen en lo que tu consideras patético. Pero años después lo ves con otra perspectiva y surgen los brotes verdes. Jugosas colaboraciones con Avett Brothers, conciertos acústicos con mucha clase. Vamos que deslices lo tiene cualquiera por mucho que haya recalcitrantes fans entre los que me encuentro que en un momento dado echen pestes....




La noticia como a millones de personas me cogió por sorpresa. Siempre tuve la imagen de un Cornell fuerte, decidido con un punto de arrogancia y siempre manejando el sarcasmo y la ironía. Un amigo me comentaba hace poco que tras la lectura de Todo el mundo adora nuestra ciudad se había quedado con la impresión de que Chris Cornell era un tipo ambicioso, que siempre tuvo claro que iba a ser una estrella y que haría lo que fuese por conseguirlo. Pero esto no son más que impresiones. Las investigaciones apuntan a un suicidio algo que no me esperaba ni por lo más remoto pero está claro que no conocemos ni siquiera a las personas que tenemos cerca como para siquiera atisbar lo que ha pasado por la mente de uno de tus músicos favoritos a miles de kilómetros de distancia.