sábado, 15 de diciembre de 2012

James Brown. Say It Loud, I’m Black and I’m Proud

Estos días estoy viendo un documental  que me ha dejado mi cuñado sobre la historia del rock. Entre los productores ejecutivos está Quincy Jones y está escrito y dirigido por Andrew Solt al que aconsejan Greil Marcus y Peter Guralnick. Es de 1995 y aunque como siempre, se cuela algún indeseable, es una buena visión del rock´n roll desde sus cimientos en el R&B, gospel y soul. Uno de los que aporta sus impresiones sobre el tinglado es el inefable Solomon Burke. El amigo afirma, como por otro lado he leído en innumerables sitios, que James Brown fue un referente para todos los negros que hacían música. Que sólo hay un tipo como él, que empezó muy joven y abrió el camino para los demás. Un pionero. Como dice un amigo el artista más sampleado de la historia.

Mi inicio con James Brown fue hace menos de un año con un cd que recoge su primer y tercer disco. Ahí me encontré a un Brown sorprendente y lejos de la imagen que tenía de él. Por eso entre otras cosas, merece la pena indagar en la música. Te llevas sorpresas y se derriban muchas barreras. Con claras influencias de Little Richard y con registros vocales que desconocía. Con acercamientos al doo woop. Un tipo todoterreno y prolífico, muy prolífico. Say It Loud, I’m Black and I’m Proud es de 1969 así que compruebo que por medio me quedan más de quince discos a los que hincar el oído. Ja, ja, ja. Con calma. Aquí me he encontrado parte del James Brown que conocía y he seguido alucinando con su versatilidad. Supongo que en la época en que se editó es además de buena música toda una declaración de compromiso por parte de James Brown. Seguro que hubo polémica por la frase del álbum.


Lo cierto es que he conectado desde el principio con este Brown directo y ecléctico. Las canciones están entre los 2 y 4 minutos excepto el single Say It Loud - I'm Black And I'm Proud y Goodbye My Love. El primer es uno de sus clásicos que ya había escuchado y la tercera es una balada arrebatadora con un James Brown desgañitándose en pleno esplendor y con unas partes excelentes del saxo al final del tema. La faceta funky está en las contundentes Licking Sticky y I Love You. Pero lo que me tiene loco es ese atómico inicio de I Guess I'll Have To Cry Cry Cry con instrumentos de viento, cuerda y James dándolo todo.

Me ha sorprendido la instrumentación del disco con pasajes que me encantan y con dos piezas instrumentales sorprendentes y diferentes a lo que esperaba (Shades of Brown y I'll Lose My Mind) que tienen un nivel similar a la mítica Green Onions. Además el disco goza de una producción excelente. Ya podían sonar todos los discos así. Un álbum que no sé que ranking ocupará en la larga carrera de este sujeto pero que en mi casa ha entrado como un ciclón.