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Como he mencionado Van Halen dominaban un amplio repertorio de versiones y siempre incluían alguna en sus discos. En este concretamente está la deliciosa You´re no good original de L.Ronstadt. Llevada a su terreno con la gracia habitual. Y es que los hermanos Van Halen, Roth y el ahora apartado del pastel Michael Anthony eran certeros como pocos a la hora de apropiarse de material ajeno. Le insuflaban vitaminas y te lo servían para que te regocijases en él. Si a eso le añadimos que las composiciones propias brillaban a gran altura tenemos como resultado un álbum clásico de esos que da igual las veces que lo hayas escuchado. Además una característica que me gusta de los seis primeros discos de esta banda es que eran directos, al grano, sin relleno. Apenas 30 minutos, pero qué treinta minutos!!! Mejor que todo esté a la altura que incluir temas sin chicha.
Grabado en sólo seis días en el Sunset Sound Recorders como siempre que trabajó con el grupo Templeman supo capturar la energía de la banda y lo demás vino rodado. Entre sus temas propios imposible no descojonarse y sentir un subidón cada vez que se escucha Somebody Get Me a Doctor y Bottoms up. El título del primero nace de David Lee Roth haciendo uno de sus saltos. En la caída se pega un buen hostión y de ahí la susodicha frase. Por si no se ha mencionado suficiente una vez más hay que resaltar los coros de Michael Anthony uno de esos tipos a la sombra pero vital tanto con su voz como con su instrumento. Siento especial predilección por los dos temas que cierran el álbum, Women in love y Beautiful girls, ambas muy melódicas, irresistibles, de esos temas con riffs que se marcan a fuego que te hacen empuñar esa guitarra imaginaria que siempre llevamos con nosotros.
Las mañanas empiezan mucho mejor así: