domingo, 14 de octubre de 2012

En tierras castellanas


Hoy he venido de viaje tras una estancia de cuatro días en un pequeño pueblo de Valladolid. Hacía ya cuatro años que no pasaba por allí y las cosas como en todos los sitios parece que han ido a peor. Pero más allá de esa realidad indudable he disfrutado de unas cuantas jornadas alejado del bullicio de la ciudad, respirando tranquilidad por los cuatro costados en un ambiente sano muy diferente del que habito. Le comentaba a mi primo y a un amigo suyo que es un buen sitio para vivir, es lo que yo entiendo por calidad de vida. Puede que mucha gente acostumbrada al compás de lo urbano se ahogase en un lugar así pero si quieres meneo tienes Valladolid a quince minutos escasos en coche.

De todas formas es una sensación que me suele asaltar cada vez que me paso por allí. Y es muy probable que sea un sentimiento idealizado porque casi siempre que he ido ha sido en época de buen tiempo y no en el crudo invierno castellano. (Mi aita siempre me recuerda la frase de Miguel Delibes: Castilla: nueve meses de invierno tres de infierno. Es cierto que el clima castellano es duro. Hay un hecho irrefutable: Castilla y León es una de las regiones europeas más deshabitadas de Europa. Por algo será. Pero bueno que me desvío del tema: calidad de vida. Este es un concepto muy subjetivo y los indicadores pueden variar dependiendo de la persona.

Para mi un lugar a tiro de piedra de una ciudad grande como Valladolid, con un clima duro pero no irrespirable, con escasa contaminación y posibilidades de crecimiento es un buen lugar para habitar. Eso es lo que he pensado estos días cuando paseaba a Maialen en la hora de la siesta e iba disfrutando del sosiego por la meseta castellana. Claro que me estaba dando toda la solana y tal vez he perdido el sentido de la realidad. En cualquier caso he disfrutado de mi estancia por tierras castellanas y además he visto a unas cuantas personas que tenía ganas de ver. Me propongo no tardar en volver tanto como la última vez y espero encontrarme con proyectos tan interesantes como Portillo en transición o con Cooperativas Agrícolas que triunfen y puedan con la especulación que domina este cochino mundo.