viernes, 18 de enero de 2008

Cary Grant y Alfred Hitchcock

Desde principios de los 30 hasta 1966 en que se retiró Cary Grant participó en más de setenta películas. Casi nadie discute que fue el rey de la comedia, tanto de la sofisticada como de las screwball o alocadas de los años 30. Con el tiempo esa etiqueta se ha ampliado y mucho puesto que Archibald Alenxander Leach o sea Cary Grant lo bordó tambíen en papeles más dramáticos. Aunque estoy convencido de que si se hubiese retirado sólo con lo que hizo en la comedia sería igualmente recordado.

Alfred Hitchcock está considerado hoy en día un cinesata clásico. Un genio. Pero no siempre fue así. Ya lo deja claro Truffaut en su excelente El cine según Hitchcock. El director britanico fue el cineasta que supo sacar más partido del talento de Grant, el que sacó más jugo a sus habilidades interpretativas. En Sospecha, Encadenados, Atrapar a un ladron y Con la muerte en los talones vemos a Grant en plena forma. En las cuatro hay comedia, imposible que no la haya estando este tipo por medio, drama, sofisticación y ese característico acento de Bristol que jamás se diluyó.

Todo esto viene a que ayer reserve un par de horas y media para visionar de nuevo Con la muerte en los talones. De esas películas que no te cansas de ver. Porque más allá de la sorpresa del argumento encuentras mil y un matices diferentes cada vez que la ves. Un elenco de actores impresionante y dos tipos que tenían muy claro en qué consistía esto del cine. Cary Grant y Alfred Hitchcock, Alfred Hitchcock y Cary Grant. Casi nada.