miércoles, 26 de abril de 2017

Buddy Miller. Written In Chalk

Written In Chalk se ha convertido desde que llegó a mi casa en un disco de referencia. Acudo a él a menudo y siempre que lo pongo lo escucho del tirón con el libreto entre mis manos. Es de esos que hay que tener original si o si. La música es maravillosa y el artwork hace honor a su nombre. El disco me lo grabó un amigo cuando se publicó hace siete años y las primeras escuchas no me impactaron pero le dí tiempo y se ha convertido en un imprescindible en mi hogar, sencillamente uno de los álbums más bellos y especiales que he escuchado en mi vida. 

Written In Chalk se editó en 2009 cinco años después del brillante Universal United House of Prayer. Un lustro entre disco y disco es mucho tiempo pero la espera mereció la pena. Todos las composiciones, excepto tres versiones, llevan la firma de Julie Miller. El primer reconocimiento tiene que ser para ella. El nivel de las canciones es supremo tanto en los temas más lentos como en los más movidos. No importa el tempo, los temas son buenísimos así que Buddy se tuvo que sentir afortunado de ejecutar este material rodeado de algunos de los músicos más precisos que pululan por Nashville como Chris Donohoue al bajo, o John Deaderick al piano y teclados junto a las brillantes aportaciones de Patty Griffin, Larry Campbell al violín o Robert Plant y las hermanas McCray. Un equipo estelar para arropar unas composiciones arrebatadoras. 

El disco se abre con Ellis County con el violín de Larry Campbell y en seguida aparece la espectacular voz de Buddy Miller interpretando una letra emotiva a más no poder...Uno de los puntos fuertes del disco es la labor vocal de Buddy. Un cantante excelso sin necesidad de florituras. Alucino con cómo canta. Espectacular. Me vuelve loco en el tema 6, One Part, Two Part en la que le secundan las hermanas McCray. Cuando las voces de Regina y Ann se unen a la de Buddy es la gloria absoluta. 




Me vuelve loco poner este disco a tope en el equipo de sonido. A máximo volumen. No es que el disco tenga tema cañeros pero tiene poderío, un sonido contundente, inigualable, que alcanza su cima en canciones como Gasoline and Maches, What you gonna do Leroy con Robert Plant interpretando una parte de la canción o en la crujiente Memphis Jane, un tema en el que la guitarra de Buddy Miller echa chispas. Porque además de un excelso  cantante, compositor y productor, Buddy es un guitarrista antológico. Puedo escuchar este tema en bucle. Y como he escrito antes esto tiene fuerza, poderío, tengo siempre la misma sensación eufórica cuando escucho este álbum que lo que siento con The Lonesome Jubile. Todos los instrumentos se aprecian con total intensidad y violínes, mandolinas o acústicas suenan más rockeros que nunca.

El disco tiene varios temas en los que la voz principal es la de Julie Miller. Tal vez un álbum completo de ese pelaje se me haría duro pero aquí sus aportaciones en esa tarea son exquisitas. Y son perfectas cuando se cruzan con otras voces como la de Buddy en Ellis County o Junede Patty Griffin en Don´t Say Goodbyede Regina McCray en Hush, Sorrow. Unos temas emotivos, bellos, algunos con texturas incluso jazz, todas con un toque especial, cortesía de esta encantadora pareja. 

Es complicado enmarcar este álbum en un estilo. Supongo que aparecerá en las estanterías del country pero esa etiqueta se queda corta, muy corta y no es representativa de los que encierra este disco. Uno de los propósitos de escribir en este cochambroso blog es recomendar al que por pura casualidad se pase por aquí discos que me han marcado y este Written In Chalk es una jodida maravilla de principio a fin. Ni quiero ni puedo disimular mi entusiasmo ante semejante artefacto. Ahora mismo suena a todo volumen Memphis Jane a todo volumen, joder, tiemblan las putas ventanas, la guitarra de Buddy echa chispas... No te pierdas esto.