Un paréntesis en el universo stoniano para escribir sobre Michael Monroe. Estos días el músico finlandés esta terminando las mezclas de su nuevo disco que se publicará en otoño de este año. Será la continuación de los estupendos Horn and Halos (2013) y Sensory Overdrive (2011). Ambos discos ponen el listón muy arriba y mis expectativas son muy altas. Esperemos que el nuevo álbum siga la línea inspirada de los mencionados. Parece que la banda que lo está grabando es la misma de Horn and Halos con la excepción de Rich Jones en lugar de Dregen.
Hasta que se publique podemos recurrir cualquier día a Horn and Halos o Sensory Overdrive. Ambos son dos discos directos y sin edulcorantes que poseen el inconfundible sello de Michael Monroe y que se benefician de mucho talento en la tarea compositiva. En 2011 Sensory Overdrive fue saludado con brío por la parroquia rockera ganando el premio al mejor álbum de aquel año en muchas revistas y supuso un aldabonazo a esta nueva banda de Monroe tras finiquitar su historia con Hanoi Rocks.
Sensory Overdrive empieza fuerte con Trick Of The Wrist, un single perfecto con solo de saxo incluido cortesía del propio Michael. La siguiente canción, ´78 no le va a la zaga. Es otro pelotazo que al igual que la primera sigue teniendo su hueco en los conciertos de esta banda. Got Blood? también pega fuerte y en directo puede tener su punto pero es de las que menos me gusta del disco a pesar de la brillante interpretación de Michael Monroe.
Superpowered Superfly fue toda una sorpresa cuando la escuche y esa sensación se mantiene años después. Es un tema compuesto por Ginger con inequívoco regusto pop, sobre todo en el estribillo y aunque al principio me descoloco con el tiempo me parece un estupendo tema repleto de buenas vibraciones. En esa onda también está All you need, otra de mis favoritas y Gone Baby Gone que cuenta con la jugosa participación de Lucinda Williams que le da el toque definitivo a la canción.
Otra colaboración que llama la atención es la de Lemmy en Debaucherry as fine art y el resultado no decepciona. Es un tema compuesto a medias por Lemmy y Monroe y tiene las señas de identidad de ambos grabadas a fuego. Como sucede con Horn and Halos apenas hay grietas en Sensory Overdrive un disco luminoso perfecto para combatir estos días de lluvia.
1 comentario:
Lucinda, qué grande
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