Ayer murió a la edad de setenta y seis años Ozzy Osbourne. Se me ocurren pocos cantantes tan carismáticos, excesivos y arrolladores como el frontman de Black Sabbath. Su legado en el combo de Birmingham es aplastante y su carrera en solitario, especialmente a comienzos de los ochenta, es una rica y jugosa muestra de lo bien y diferente que puede volar un cantante por su cuenta. Su deceso ha conmocionado el mundo del rock´n roll ya que su influencia es eterna y se extiende por múltiples solistas y bandas. Durante muchos años su vida fue un exceso constante pero eso no le impidió tener una producción amplia y muy variada. Tuvo el tino de elegir siempre a grandes músicos. Se rodeó a menudo de los mejores.
La primera vez que escuche a este sujeto fue cuando mi colega Rober me dejo una box set titulada Black Sabbath: The Ozzy Osbourne YearsComplicado explicar con un par de frases el impacto que tuvo en mi el tema The Wizard, el segundo corte de su debut.... Esa armónica que sopla Ozzy secundada por una de las mejores secciones rítmicas de la historia con Geezer Butler al bajo y Bill Ward a la batería con el poderoso riff de Tony Iommi... Buaaaaahhhhhhhh. Sigue siendo uno de mis temas favoritos de su amplia discografía. Me sorprendió por todo, quizá, sobre todo porque me esperaba otra cosa al haber escuchado siempre o leído que estos tipos eran los precursores del heavy metal y sin duda lo eran pero esos primeros seis discos con Ozzy son mucho más que eso.
De modo que una vez que mi amigo Rober me dejo esa espectacular caja que piratee (ha prescrito) haciendo hasta una imitación de la original con cartulina y demás, después cuando comencé a manejar algo de panoja me pillé las reediciones de Paranoid y de Master Of Reality que junto al debut son mis favoritos aunque realmente como dijo Henry Rollins; Sólo lo puedes confiar en ti mismo y en los seis primeros álbumes de Sabbath. Conocí tan mítica sentencia como no en Popular 1. Escuchar la música de este peculiar combo sigue siendo tan excitante como cuando les descubrí. Siempre encuentro matices nuevos, recovecos inesperados. Una experiencia sonora enriquecedora.
Su carrera en solitario comenzó de forma inmejorable con esos dos primeros discos acompañado del añorado Randy Rhoads, Blizzard of Ozzy Diary of a Madmanque exploran vías diferentes a su sonido en Sabbath con brillantes resultados. Una forma de volar por su cuenta increíblemente elegante y resultona. Guardo como oro en paño la caja Prince Of Darkness que me regaló hace veinte años mi amigo Rober. Esa box set es una forma fantástica de descubrir el legado en solitario de Ozzy más allá de su icónica presencia metalera. No olvidemos que Ozzy era un furibundo seguidor de los Beatles, banda por la que siempre dice que se animó a dedicarse a la música. Descanse en paz.
Confieso que mientras me llevan a Santo Domingo de la Calzada escuchando una selección musical envidiable y espectacular perpetrada por el menda (Al Green, Tom Petty & Heartbreakers, Fun Lovin´Criminals, Solomon Burke, Allman Brothers Band, etc...) pienso que al llegar el recinto va a salir un presentador tipo Popotxo el de la Orquesta Mondragón y va a anunciar que no han podido traer el cartel que anunciaban pero que en su lugar van a salir al escenario sus homólogos mexicanos no sindicados: Marquitos el rey, Negrito el fantástico y Las Teclas Negras... Pero, ¡qué va! ¡Son los auténticos! Espectacular cartel que llamó mi atención desde el mismo día que se anunció.
Llegamos al recinto de Rockland Art Fest a eso de las 18 horas con un interesante calor pero enseguida aposentamos nuestros culos a la sombra mientras escuchamos a lo lejos primero la música seleccionada y después Girlband que sinceramente suenan bien, pero hemos venido con un objetivo claro y hay que guardar fuerzas para nuestros objetivos. De modo que tras salir un momento al coche para comernos el bocata volvemos y nos ponemos en las primeras filas o casi para ver al primer objetivo de la noche.
The Marcus King Band
Con algo de retraso respecto al horario previsto a eso de las 19 horas salen al escenario Marcus y su banda. Y desde el principio me cautivan. Buen sonido, ejecución perfecta y la voz de Marcus maravillosa. En principio, puede que el personal vaya a deleitarse con su pericia a la guitarra, de la que da buena muestra todo el concierto, pero lo mejor es escuchar su voz preñada de soul en temas lentos como Goodbye Carolina, Beautiful Stranger o Wildflowers wine. La apertura con The Well se me antoja perfecta y las interacciones guitarreras con Drew Smithers marcan los momentos álgidos del concierto que culmina de forma inmejorable rindiendo pleitesía a The Allman Brothers Band con la eterna Ramblin´Man. La sensación de haber visto a una artista en plena forma y al que le queda mucho recorrido dada su insultante juventud. La hora que está sobre el escenario se nos hace corta pero ya sabíamos que iba a ser así. De esos que si vuelve a una sala vamos como un cohete.
Fantastic Negrito
Una vez que termina Marcus King salimos disparados a situarnos en las primeras filas con Fantastic Negrito. Y llegamos justo a tiempo. Como cuando le vi en el Festival de Blues de Bilbao hace unos años la aparición de Fantastic Negrito es explosiva y me pone a cien desde el primer minuto. Que carisma se gasta el muchacho. Se mueve por el escenario con desparpajo y derrocha entusiasmo en
cada nota. Su música es una sugerente mezcla de soul, funky y rock que atrapa por vista y oídos. Sus letras son un aviso para navegantes y tengo la fortuna de escuchar en directo Living with the strangers y I Hope Somebody´s Loving You de su último disco, Son Of a Broken Man, mi favorito de su interesante discografía. La pega es que como los conciertos arrastraban un retraso el concierto apenas dura cincuenta minutos que nos saben a poco. Ganas de pillarle en una sala.
The Black Keys
Confieso que antes de acudir al Festival hago algo que nunca suelo hacer, chequear el setlist. Compruebo que los amigos Auerbach y Carney pasan por completo de su último álbum, Ohio Players por el que el menda se pirra. Que se va a hacer. En cualquier caso tienen temas para hacer un show más que atractivo. De hecho siempre he pensado que son una máquina de componer canciones bailongas y super efectivas que me ponen de buen humor. Y con los años les he ido prestando más atención, apreciando mucho su música. La gozo desde el inicio con los dos fundadores de la banda atacando Thickfreakness, The Breaks y I´ll Be Your Man pero el asunto mejora cuando se incorporan los músicos que los acompañan que ofrecen una cobertura más que jugosa en cuanto a coros e instrumentación. De hecho tanto los hermanos Gabbard como Chris St.Hilaire son fundamentales.
El personal estuvo entregado durante la hora y media que dura el show. Me hizo mucha gracia en los bis cuando a escasos metros la chavalería empezó a entonar el celebérrimo tema de White Stripes para solicitar que volviese la banda. Pero acaso no saben que Jack White y Dan Auerbach se llevan a matar. En fin, juventud divino tesoro te vas para no volver... Era la primera vez que veía a la banda en directo y me gustaron mucho. Mis momentos favoritos llegaron con las canciones más bailongas que estos tíos bordan: Fever, Everlasting Light, Tighten Up o la traca final con Little Black Submarine y la mega exitosa Lonely Boy. Auerbach se mostro juguetón en el escenario y se le veía disfrutar mientras que Carney puede competir perfectamente con Rich Robinson en simpatía. Vaya elemento, se piró disparado. Y mi sensación con el baterista es que es el menos dotado con su instrumento de los músicos que hay sobre el escenario, aún así muy buen concierto.
Hace unos días Matt Cameron anunció que deja Pearl Jam. Han sido 27 años desde que llegó a la banda para sustituir a Jack Irons en la gira de presentación de Yield. Lo que parecía algo puntual, un favor entre amigos, hay que recordar que Matt grabó las maquetas de Ten junto al resto de la banda, se convirtió en una estancia duradera, el batera que más tiempo ha estado en el grupo. Sin embargo para muchos seguidores su presencia no ha aportado nada reseñable. Con él no han grabado ningún disco realmente potente y una sensación muy extendida entre sus die hard fans es que no han sabido sacarle jugo a su indudable pegada. Es evidente que no ha grabado ningún disco tan bueno como Ten, Vs, Vitalogyo No Code pero en su trabajo en estudio con la banda hay hallazgos interesantes.
Lo cierto es que el debut en estudio de Matt no fue la mejor carta de presentación. Dudo mucho que Binaural editado en mayo de 2000 sea el álbum favorito de ningún seguidor de la banda. Me gustan mucho algunas canciones de ese disco (Light Years, Thin Air, Off The Girl o Grievance) pero el conjunto era muy irregular y escuchando años después Lost Dogs comprobé que habían descartado temas mejores de los que acabaron incluyendo como Sad, Hitchhiker, In The Moonlight, Fatal o Education. De haberlas incluido podría haber sido un disco mucho mejor. Esas cinco canciones podrían se mis favoritas de Binaural de haberse incluido. Ahí lo dejo. En directo Matt cumplía con creces, se fue adaptando poco a poco y siempre que le vi en directo mi sensación era no sólo que encajaba sino que es un batera tremendo.
Comercialmente las cosas no mejoraron con su siguiente álbum; Riot Act. Tampoco creo que sea el favorito de nadie pero sabiendo que estoy en minoría absoluta, que nadie va a compartir mi punto de vista, creo que es un muy buen disco, mejor que cualquiera de los últimos a excepción de su sorprendente recuperación el año pasado con Dark Matter. No cabe duda de que fue el momento más bajo en cuanto popularidad en la carrera de la banda. Pero el menda pocas pegas le puede poner a canciones como Can´t Keep, Save You, Thumbing My Way, You Are, 1/2 Full o All Or None o las caras be Other Side y Down. Casi todo el mundo estaba de bajón con la banda pero yo disfruté mucho con esa oscura etapa que se documenta muy bien en el Live At The Garden.
Pasaron cuatro años entre la edición de Riot Act y el disco del Aguacate. El regreso fue muy sonado y celebrado. La gira de ese año les trajo al Azkena y ciertamente fue un excelente concierto. Me gustaron mucho y me volví a deleitar con Matt Cameron a las baquetas porque, por si no se ha notado me chifla como toca este tipo desde que le descubrí con Soundgarden. Sus aportaciones compositivas en Pearl Jam han sido escasas pero bastante peculiares y distintivas como Unemployable uno de mis temas favoritos del Aguacate.
A partir de ahí los siguientes discos de Pearl Jam en los que participó Matt Cameron fueron Backspacerdonde contribuyó con el single The Fixer que ciertamente me sigue pareciendo un tema la mar de resultón, y después no rescato nada ni de Lightning Bolt (el peor disco de la banda) ni de Gigaton ambos carentes de inspiración por los cuatro costados. El año pasado me sorprendieron muy gratamente con Dark Matter por eso me choca que justo ahora lo deje Cameron. Percibía una clara recuperación de la mano del productor Andrew Watt pero el bueno de Matt parece que opta por dejarlo. Respect. A ver si se anima a grabar otro disco en solitario, muy apreciable aquel Cavedweller o se junta con sus compinches de Soungarden, Kim y Ben, en fin, que haga lo que le de le la gana. Faltaría más. Ahí van mis interpretaciones favoritas de este hombre con Pearl Jam. Sale un Top Seventeen muy chulo.