miércoles, 13 de febrero de 2013

Willie Dixon


Una vez que te entra el veneno del gospel, soul y blues el en el cuerpo no hay forma de expulsarlo, ni ganas. Tiene un poderío incontestable. Y a la música se le añade la vida de sus protagonistas. Historias trufadas de lucha, desencanto, leyendas varias…. Si, ya sé que hay un estereotipo que se repite a menudo: músico joven que huye de la plantación de algodón para buscarse la vida en la gran ciudad. Una realidad comprobable, habitual en muchos músicos de los cuarenta y cincuenta e incluso de décadas anteriores. Para los que, además de disfrutar de la música nos gusta deleitarnos con buenas historias nada mejor que profundizar en la vida y obra de muchos pioneros. Un auténtico filón al que no le puedo poner fin.

Uno de esos personajes Bigger than life (como escribirían el Popu) es Willie Dixon. Este hombre de casi dos metros de altura y ciento cuarenta kilos de peso (o sea del club de Solomon Burke o Albert King) tiene una biografía la mar de interesante. Fue el alma del sello Chess Records donde ejerció como una especie de director musical durante unos cuantos años actuando como músico de sesión (generalmente al bajo), productor, arreglista y creador de un impresionante cancionero del que han hecho versiones todo quisqui y del que algunos se quisieron aprovechar sin pagar royalties terminando la cosa en juicio y ganando Dixon.

Pieza clave del blues de Chicago, este sujeto estuvo en el sello Chess desde finales de los cuarenta hasta los sesenta. Dixon se trasladó en 1936 a la ciudad del viento para buscarse la vida y se metió en el ambiente de los gimnasios, llegando a ser sparring de mítico Joe Louis e incluso disputando cuatro combates en la categoría de pesos pesados. Pero su manager se la intentó jugar amañando una pelea y Dixon abandonó su carrera pugilística. Bendita la hora. El tipo volcó sus fuerzas en la música con resultados despampanantes. Sus canciones eran un reflejo de su personalidad: A por todas y sin contemplaciones. Uno de los que más se benefició de su cancionero fue Howlin Wolf otro gigante de armas tomar con el que Dixon colaboró a menudo. Su autobiografía tiene un título muy explícito: I am the blues








3 comentarios:

Rafa dijo...

fuerza de la naturaleza. El blues en su maxima expresion. un abrazo,

Jorge García dijo...

Tremenda deuda tiene la música engeneral con este aballero... y que desapercibido pasa.
Buen recordatorio.
Saludos.

Jim Garry dijo...

Rafa: Fuerza de la naturaleza, una muy buena definición...

Addison de Witt: Ya te digo con este tipo tiene deuda to quisqui...

Sex, love and rock´n soul