sábado, 4 de junio de 2016

The Faces. Just Another Honky

Las conexiones musicales son uno de los aspectos en los que que más me gusta indagar en este mundillo. Surgen de forma natural. Hay bandas que son muy buenas y que se nota de dónde han bebido. No lo esconden y partiendo de ahí logran armarse una carrera espléndida como es el caso de The Black Crowes. Ando sacando chispas a Croweology porque nunca es tarde si la dicha es buena y de ahí he llegado a The Faces. He recorrido el camino inverso. Es evidente que a los Cuervos les encantaban The Faces y su impronta se aprecia en toda su carrera. 

En la caja Five Guys walk into a bar... (uno de mis mayores tesoros que me regaló mi hermana) hay un bonito texto de Rich Robinson donde cuenta lo emocionado que estuvo cuando en la primera gira de los Cuervos con los Stones pudo conocer a Ronnie Wood que luego les presentó a Ian McLagan y Ronnie Lane del que Rich escribe que era un tipo muy dulce, una gran persona. Además el pequeño de los Robinson admite que la influencia de The Faces en el primer disco de The Black Crowes fue enorme. Me encanta cuando los músicos no esconden sus influencias y hablan con admiración de sus predecesores. Rich escribe que es un gran fan de Ronnie Wood y Ronnie Lane y considera a Stewart una de las mejores voces de todos los tiempos. Apoyo la moción.

Podría haber escogido cualquier tema de esta banda. A menudo me encuentro tarareando alguno de sus canciones. Tengo una debilidad especial por Debris. Me vuelven loco las versiones de Jealous Guy (Lennon) y Maybe I´m amazed (McCartney), vuelo alto con casi todas las composiciones que firmaba Lane y el asunto también funcionaba de cine cuando componían en equipo. Una carrera en la que escarbar una y otra vez. Y esta box set, una maravilla, de principio a fin. He elegido Just Another Honky, irresistible y con una sencilla y emotiva letra cortesía del gran Ronnie Lane...



I close my eyes and ignore all the signs
I'm walking 'round in circles
I've closed my ears and believed my own lies
And break the silence always

I make a lot of words, big storm in the air
All around your hair it's blowing
Just leave it be and it will all blow away
The weather's always changing

You can go if you want to
I don't own you, go be wild
Leave my hand, it's wide open
So's the door, evermore, woo ooo, oh yeah

It hurts me more to think I'll keep you in chains
Than if you were to leave me
I am what you are and I'm running too
All for the open prairie

So you can go if you want to
I don't own you, go be wild
Leave my hand it's wide open
So's the door for evermore

jueves, 2 de junio de 2016

John D. MacDonald. Adiós en azul

Reconozco que me siento muy cómodo en el género negro. Tanto en el cine como en la literatura me ha proporcionado entretenimiento a raudales (que no es poco) y en las mejores ocasiones incluso respuestas a interesantes cuestiones. Es un cajón en el que caben muchas variables. La última novela que me he leído es Adiós en Azul a la que llegué enredando entre las novedades del género en la biblioteca de mi pueblo. Leí en la contraportada que su autor, John D. Macdonal es el creador de The Executioners, la novela en la que se basaron las versiones cinematográficas de El cabo del terror y El cabo del miedo y con ese dato y leyendo la sipnosis pensé que sería adecuada para mis frecuentes viajes en metro. Y acerté. 

Adiós en Azul tiene los componentes clásicos del género. Esos lugares comunes en los que sentirse como en casa. El caso que nos presenta no es lo más atractivo del mismo. Es un gran Mcguffin, aquí lo brillante son las píldoras filosóficas que suelta su narrador y la propia vida de éste. De hecho esta novela inauguró una serie de más de treinta con Travis McGee como protagonista. Travis vive en un barco que ganó en una partida de póker y sólo trabaja resolviendo variopintos casos cuando anda mal de dinero. Una vida alejada de las tarjetas de créditos y las hipotecas, una existencia outsider respecto al común de los mortales.

La novela está escrita en una primera persona eléctrica que deambula por Florida entre sofisticados puertos, bares de mala muerte y promesas incumplidas. Las mujeres tienen un papel fundamental en la trama y su retrato, incorrecto y punzante es de lo mejor que he leído en este género. Una lectura sastisfactoria que me ha dejado con ganas de conocer más andanzas de Travis McGee. Perfecta para el verano.


domingo, 29 de mayo de 2016

Hendrik Röver. Residence Cafe. Bilbao 29/05/16

Asocio los domingos a la mañana a tranquilas jornadas con la familia tomando algo y dando una pequeña vuelta por parajes conocidos. Suena muy pureta. Es muy pureta para que engañarse. Pero a veces la jornada festiva amanece tormentosa y no me refiero a la climatología. Puyas con la pareja, los niños desbocados, desorden... Un panorama peligroso. Y  como jamás he sido un tipo valiente en esa tesitura lo mejor es huir. De modo que a eso de la una del mediodía, así en plan silencioso, me he fugado a ver Hendrik Röver al Residence Café en Bilbao. 

Era la primera vez que entraba en ese pequeño garito y me ha encantado. Muy buena selección musical, variados y jugosos lúpulos y licores de todo tipo para perder la noción tiempo - espacio. Un poco más tarde de la una y media Hendrik Röver se ha calzado la guitarra y ocasionalmente la armónica para desgranar a los allí congregados unos cuantos temas nuevos que no han hecho sino acrecentar mi ya de por sí ansia por llevarme a los oídos nuevas canciones de este sujeto. Mi memoria pez me traicionará pero recuerdo títulos como Herencia, Hielo, Mitín, Muchachas, La reina del baile, Champán, caviar.. y no sé que más que glosarán sus futuros trabajos. Y compruebo que las constantes vitales de este tipo están mejor que nunca. Buenas letras y destreza con la guitarra. Curiosidad por saber dónde acabarán y como lo harán, con qué arreglos y demás. 

Junto a las nuevas canciones unos cuantos clásicos por lo menos en mi casa. De Salud! han caído Merecido, Segunda vez, Perdedor y Salud. El blues de M de Saluda al campeón. De sus discos en solitario dos imprescindibles: Cambio de aires y Loco de atar. Y ya perdonará el posible lector pero no me acuerdo de todas. Eso si me lo he pasado pipa y me he llevado un valioso botín, autoregalo de cumpleaños. He echado en falta a mi amigo Diego que sé que hubiese disfrutado del evento tanto como yo. El ambiente era tranquilo y relajado y hubiésemos podido ir hasta con las criaturas. O tal vez eso sea ser demasiado optimista. Me he venido arriba. Ha sido un placer saludar de nuevo a Hendrik Röver y conocer de primera mano que prepara nuevos lanzamientos con Los Míticos GTs y Los Deltonos. Abandono el Residence tras apurar una cerveza mientras escucho The Dark End of The Street interpretada por James Carr, dato que le pregunto al dueño del bar porque la versión que conocía es la de Dan Penn. La de James Carr es espectacular. Sonrisa millonario y a casita.




jueves, 19 de mayo de 2016

The Black Crowes Live at the Azkena Festival 2009

He tenido la fortuna de ver a The Black Crowes cuatro veces en mi vida. La primera fue en el Pabellón Anaitasuna de Pamplona presentando Three Snakes and One Charm. Un bolo que lo recuerdo raro con Marc Ford pasado de vueltas, fumando chuflos como un cosaco, con Rich en la otra esquina mirándole con cara de malas pulgas y Chris bailando con sus pies descalzos por la consabida alfombra. Miro el setlist que se cascaron y no doy crédito. Es apabullante pero fue una velada extraña y no la recuerdo como mi mejor concierto de los Cuervos. Disfruté, pero si soy sincero me lo pasé mejor la segunda vez cuando tocaron en el Festimad. Era la época de By your side, Marc Ford ya no estaba en la banda, le sustituía Audley Freed pero el ambiente entre ellos parecía ser mejor y dieron un concierto festivo y brillante. Incluso parecía que querían reinar en los charts otra vez con música más directa.

Tuve que esperar diez años para la tercera vez y ahí me colmaron de dicha. Fue en el Festival Azkena de 2009. Hoy enredando he comprobado que el concierto está colgado entero en YouTube. Y me lo he vuelo a calzar. Nada es comparable a vivirlo en directo en buena compañía. Pero ahí queda este documento imperecedero de una banda en plena forma con el gran Luther Dickinson a la guitarra. Compruebo de nuevo que mi entusiasmo de aquel día tenía una base más que sólida. Delicioso concierto. Dos años después les volví a ver en el BBK Live, otro apabullante concierto con Rich y Luther compenetrados a las mil maravillas. Quién sabe si se reunirán de nuevo o el tema esté ya tan chungo que sea imposible. Pero que nos quiten lo bailao. 


sábado, 14 de mayo de 2016

Las letras en el rock otra vez

Hace unos años Bob Dylan estuvo entre los candidatos al premio Nobel de Literatura. Ese prestigioso galardon en principio reservado a los mejores escritores podía recaer en un músico de rock en principio ajeno a tales menesteres. Finalmente no ganó pero la noticia abrió un interesante debate. Hubo tanto furibundos detractores como apasionados defensores.Vayan por delante dos cuestiones. No soy un apasionado de las letras de Dylan. El judío de Minnessota tiene una prosa con la que no logró conectar. Soy un tipo más básico, más rudimentario y aunque tiene canciones muy interesantes y mucho material en el que escarbar mis preferencias van por otros derroteros. Al mismo tiempo confieso que las letras de las canciones es un aspecto en el que me fijo después de que la canción en sí me atrapa por la música. Lo fundamental es el ritmo, la primera sensación, la que me noquea es musical y luego indagó en las letras encontrando en ocasiones interesantes historias y en otras unas cuantas palabras que puede que rimen pero que no tienen ningún calado. 

La mayoría del material que escucho es anglosajón. Y sólo cuando he triturado los discos me suelo fijar en las letras. Hoy en día puedes encontrar casi todas en internet pero como en mi caso muchos discos me los compró originales cuando el libreto trae las letras les dedico su tiempo. He descubierto algunos músicos con los que si conecto aunque no tengan la fama de Dylan. Como siempre para gustos. Entre mis favoritos esta Mike Ness. Tanto en Social Distortion como especialmente en Cheating at Solitaire me gustan mucho sus letras. Material sencillo, sin retorcidas metáforas ni infulas literarias. En el polo opuesto Lou Reed y reconozco que también me encanta. Y no tienen nada que ver. Pero sucumbo una y otra vez a su álbum New York. El sr David Lowery se curra letras muy chulas para Cracker, casi siempre repletas de ironía y sarcasmo. El universo de Tom Waits llamó mi atención desde hace muchos años. No siempre es fácil seguirle pero tiene momentos antológicos. Chris Robinson también tuvo momentos estelares con los Cuervos especialmente en The Southern Harmony Musical CompanionAmorica. Curtis Mayfield también tiene unas cuantas perlas ineludibles. Tom Petty atesora un cancionero brillante repleto de pequeña literatura o muy grande, según se mire. Y qué decir de Mellencamp.  Y Steve Earle, siempre, mi outlaw favorito. Y podría seguir hasta el fin de los tiempos.











En castellano apenas escucho canciones. Mi pasado adolescente sumergido en muchas bandas del llamado Rock Radical Vasco no habla mucho en favor de mi background pero es lo que hay. No reniego. Ahora cuando escucho algo de ese material no puedo evitar esbozar una sonrisa de perplejidad. Aquello era muy básico, muy de la época y el tiempo les ha hecho estragos a la mayoría de los temas. Hoy en día tengo una absoluta devoción por las letras que se curra Hendrik Röver tanto en solitario como con Los Deltonos. Tiene decenas de canciones originales, con letras muy curradas que abordan diferentes temáticas de forma sencilla, buscando las palabras con mimo, colocandolas con destreza y sumo gusto con lo complicado que es encajar las palabras en castellano.




miércoles, 11 de mayo de 2016

The Soul Jacket. Black Cotton Limited

Hace un par de meses acudí con un buen amigo a ver a The Soul Jacket al bar Edaska en Barakaldo. Hacía siglos que no me pasaba por ese lugar y la última vez no fue para un concierto de rock, eso seguro. Tantos años después comprobé algo obvio: en Barakaldo hay tantos atrapados por metro cuadrado como en Sestao. Puede que incluso más. Pero voy a dejar la crónica del subsuelo para otro momento.

Disfruté del concierto pero no tanto como me hubiese gustado. El garito es canijo, con un techo muy bajo y no eran las mejores circunstancias para ver una banda que se merece mejor suerte. Pero los tiempos están crudos para la música. O al menos así lo vive mi parte ceniza en ciertos momentos aunque al final sobresale el lado positivo y pienso que hay que disfrutar de estos bolos aunque sean en lugares chuscos y por muy poca gente que se junte para ver a un combo que tiene un par de discos muy buenos, Wood Mama y Black Cotton Limited, material de mucho calado que merece ser escuchado y reivindicado. Conviene ver el vaso medio lleno.

Recuerdo que hace unos años Alex G ya me habló con entusiasmo de esta banda concretamente de su disco Wood Mama pero uno no puede abarcar todo y como siempre escribo cualquier momento es bueno para descubrir música tan buena como esta. No me hace falta ser el primero, ni el segundo, cuando llega bienvenida sea. Dos temas me han noqueado desde el principio con inusitada fuerza. People y Moonshine Whisky Rye. Es más reconozco que los primeros días en que el cd grabado por mi amigo Diego llegó a casa estaba todo el día poniendo ambos, ahí enganchado sin pasar a la tres. Hasta que una noche tuve el tiempo necesario para escucharlo del tirón y gozarlo entero, un par de veces seguidas, sin que me cansase ni se me hiciese pesado, todo lo contrario. Son quince temas, no sobra ni uno y hay muchos matices, por resumirlo de forma clara y concisa.


Seguro que a Toño López le han dicho mil veces que su voz tiene un inequívoco sabor soul. Y es cierto. Funciona a las mil maravillas tanto en los temas más cañeros como en los sutiles. Me encanta lo que me ha sucedido con este disco porque es algo que recuerdo haber sentido con otras grandes obras. Me explico, al primer fogonazo con People y Moonshine Whisky Rye le han seguido un embrujo total por otros temas que tal vez en las primeras escuchas pasan desapercibidos pero que te acaban seduciendo de forma implacable como las tres partes de Brothers, Flamingos, Smokin´House, Do It Right o esa Natalie que cierra el álbum de una forma inmejorable, pura elegancia. 

Además de la excelente voz de Toño que puede ser lo primero que llame la atención los guitarristas se lucen sin apabullar con innecesarias estridencias ni solos pajilleros. Ambos dan a las canciones lo que necesitan se complementan a la perfección y se dejan espacio. Una gozada escucharlo en los cascos. En algunos momentos suenas funkys total y eso me encanta, qué leches, me vuelve loco. Tambien son de vital importancia los instrumentos de viento y los teclados que enriquecen las canciones sin hacerlas empalagosas, en su justa medida como los mejores en la materia. La producción del álbum a cargo de Hendrik Röver es ajustada y precisa, sentido común y sapiencia al servicio de 15 temas sin desperdicio. Sabor soul, canciones como la copa de un pino y un futuro prometedor. Estoy alucinando con Black Cotton Limited y me la trae al pairo que sean de Galicia, fuera prejuicios, el disco es muy bueno y ya están preparando otro que este es de hace dos años. A seguirles la pista..





sábado, 7 de mayo de 2016

Va por Charlie Quintana

A Charlie le gustan estas vistas. A mi también.
Si de Izzy Stradlin habrá muchos aficionados que se pregunten donde esta esa cuestión no se plantea tan a menudo o tal vez nunca con Charlie Quintana. El bueno de Charlie ha sido el batería de los Ju Ju Hounds y ha prestado servicio en discos tan golosos como Sex, love and rock´n roll de Social DistortionThe Golden Age de Cracker Under the influences de Mike Ness además de girar con Joan OsborneJohn Doe o el mismísimo Bob Dylan. Tanto con Izzy Stradlin como con Mike Ness tiene una sintonía especial y es con los músicos con los que más ha colaborado pero hace tiempo que el amigo Charlie abandonó la música y vive retirado en Cancun. 

Hace un par de días cuando salí a dar una vuelta desde mi pueblo hasta uno cercano bordeando la Ría del Nervión, mientras degustaba una vez más el Sex, love and rock´n roll de Social Distortion en mi mp4 y veía el reflejo del sol dorado sobre las aguas de la ría me he acordado del bueno de Charlie uno de esos baterías fiables a más no poder y desde hace tiempo uno de mis héroes con ese retiro fantástico que vive en Cancún. No sé a qué se dedicará ahora el bueno de Quintana pero eso de confinarse en ese lugar paradisíaco le sitúan en lo más alto de mi top particular. Un tipo con suerte y clase. Va por el.