viernes, 2 de diciembre de 2011

Frank Sinatra & Liza Minnelli. I've got the world on a string




I've got the world on a string
I'm sitting on a rainbow
Got the string around my finger
What a world, what a life - I'm in love

I've got a song that I sing
I can make the rain go
Any time I move my finger
Lucky me, can't you see - I'm in love

Life's a beautiful thing
As long as I hold the string
I'd be a silly so-and-so
If I should ever let it go

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tom Waits. Rain Dogs


La primera vez que escuché a Tom Waits fue en el cine. Fue un gran inicio. Corría el año 1995 y un noviembre como esté entré en el cine a ver Smoke. En el film sonaban Downtown train y cerrando de forma conmovedora la película Innocent when you dream. Recuerdo que cuando sonó esta última pensé que el que cantaba era Louis Armstrong. Hasta aquel momento había leído mucho sobre Tom Waits (en Popular 1 se le citaba a menudo) pero no conocía a casi nadie que tuviera música de este tipo en su casa. entre mi círculo cercano el único que tenía material de este sujeto era mi primo Oscar. Apuesto lo que sea a que todavía conserva su cassete de Swordfishtrombones. Tal vez me lo pusiese pero no lo recuerdo con exactitud así que Smoke queda como el momento en que tuve la primera toma de contacto con Waits.

Apenas una semana después compré en el Carrefour Rain Dogs por mil miserables pelas. No sé por qué me decidí por ese y no por otro pero acerté. Fue una entrada por la puerta grande en el universo Waits. Pero me costó, me costó bastante. El veneno tardó en expandirse y mentiría si escribiese que en una primera escucha aquel disco me voló la cabeza. Fue algo a fuego lento. De hecho cuando sonó la inicial Singapore, le siguió Clap Hands y luego vino Cemetery Polka pensé.. Puff, ¿qué es esto? Tal vez me he equivocado. Y esto no es para mi.

El primer tema de Rain Dogs que me cautivó fue Jockey Full of Bourbon, una curiosa canción, bailable diría yo. Al menos mi hermana se inventó unos pasos muy molones con ella. Y es que tengo claro que muchas canciones de Waits tienen un tremendo potencial comercial sin perder nada en el camino, absolutamente nada. En este disco encajan en esto que escribo temas como Hang Down your head (de la que hace poco cuando sonaba en casa me dijo Susana que era una de sus canciones favoritas de la historia), la arrebatadora Time o la eterna Downtown Train que no importa las veces que la haya escuchado. Es imbatible.



En la edición que me compré lo malo es que no venían los créditos. Abrías el cd y encontrabas dos caras en blanco. Años después indagué en quién había intervenido en el disco y ahí esta como estrella de relumbron el canalla de Richards, excelente y apropiado compañero de viaje para Waits, el omnipresente y certero Marc Ribot liandola con la guitarra y a la trompeta Hollywood Paul Litteral que ni puta idea de quién es pero que nombre más cool. El arsenal que contiene Rain Dogs es tremendo, no hay ni una canción de relleno y eso no pasa tantas veces en los discos de este hombre y aúna con igual inspiración su faceta cacharrera como las tres canciones iniciales o Gun Street girl con cosas más clásicas y deliciosas como Union Square, Blind love o Diamond & Gold. Junto a Bone Machine es mi disco favorito de la segunda etapa en la carrera de este hombre.


martes, 22 de noviembre de 2011

Días de cine con Gasset

Hace muchos años no me perdía ni una edición del programa Días de cine. si no lo podía ver en directo me lo grababa mi aita. Hasta tal punto llegaba mi frikismo por el cine  y concretamente por un programa en el que se curraban unos reportajes muy buenos y en los que reinaba un presentador diferente, un filosofo de la noche que nos regaló alguno de los momentos más tronchantes que he visto en la llamada Caja Tonta. Ingenioso, divertido, provocador y sobre todo hedonista.

 



jueves, 17 de noviembre de 2011

George Pelecanos. Sin retorno


En la portada de Sin retorno leemos: por el guionista y productor de la aclamada serie dramática The Wire. Son muy buenas noticias que una serie de televisión de calidad como esta como sirva como reclamo y mejor es todavía que se publiquen por estos lares novelas tan buenas como Sin retorno. Antes de ejercer de productor y guionista en The Wire, Pelecanos había publicado 15 novelas encuadradas en el género negro de las cuales por aquí se han publicado Música de callejón, Revolución en las calles, Drama city y El jardinero nocturno. Tan solo me he leído Sin retorno y me ha puesto en el mapa a un novelista excelente. Armado de un lenguaje sencillo construye una historia sobre la redención, la esperanza, la maldad y te atrapa. Los protagonistas de esta novela están marcados por un hecho del pasado.

La literatura de George Pelecanos se ocupa de la gente corriente y su azarosa vida. En Sin retorno encontramos a unos protagonistas que luchan por elegir el camino adecuado, asunto no siempre fácil y a otros que han encontrado la senda a seguir y parte de paz pero están heridos de por vida. Al igual que en The Wire se percibe algo tan sencillo como la importancia que tiene nacer en un sitio o en otro y rodearse de la gente adecuada. Si en la serie, por lo menos en lo que he visto hasta ahora (primera temporada), hay poco lugar para la esperanza me alegra encontrarme en este libro con personas capaces de perseguir sus sueños y cumplirlos. Es difícil pero millones de personas lo intentan a diario. Y si, en este mundo hay mucha miseria, corrupción y también personas que viven, dejan vivir y que incluso ayudan a los demás. Resumiendo que me ha flipado la novela.

lunes, 14 de noviembre de 2011

The Wire. Primera temporada


Hace mucho tiempo que tenía la Primera temporada de The Wire en la recámara. Le reservaba un hueco en el que estuviese mínimamente en forma para seguirla y tenía las expectativas muy altas con esta serie. Había leído criticas muy elogiosas aunque nunca he profundizado demasiado en ellas por un lado porque me gustar sacar mis propias conclusiones y por otro porque es habitual que los blogs estén llenos de espoilers donde se revela la trama. Diego siempre me decía: The Wire, The Wire tienes que ver The Wire. Y tenía razón. ¡Vaya si la tenía! Tan sólo he visto la primera temporada y cuento las horas para que caiga en mis manos la segunda. Pero si la serie fuese así, es decir, esos 12 episodios de una hora ya estaría en mi top particular sin duda.

Y es que acudiendo a una manida y popuhead declaración The wire me ha volado la cabeza. El impacto que me ha causado esta serie es tremendo. Es como cuando te lees una gran novela. Ese vacío que te dejan las grandes obras que hacen que luego no sepas qué elegir. Afortunadamente aquí no hay esa duda porque la serie continúa pero insisto si solo fuese lo que he visto ya me parecería de lo mejor que he visto en mi vida en la TV. ¿Qué tiene The Wire para que me guste tanto? Todo. La serie es realista pero eso per se no garantiza nada. Es un plus si está tratada con respeto e implicación y aquí lo está. Uno de sus puntos fuetes es el magnetismo de sus personajes. Más allá del estereotipo y tópico (que también existe como en la vida misma) The Wire se lo toma con calma te presenta a todos ellos en relación a una trama en apariencia sencilla: la detención de un traficante de drogas en la ciudad de Baltimore. Y si se tratan estos temas con un mínimo de labor investigativa la mierda salta por los aires y salpica a todo el mundo. Es lo que sucede cuando lo que se sigue es además de la droga el dinero. Como siempre el puto vil metal. El hilo conductor del mundo.



The wire es muy diferente de todas las series sobre policías que he visto en la tele y también del resto de las series sobre todo en lo que se refiere a ritmo y pretensiones. A mí me entretiene a la vez que me hace pensar y me instruye. Me gusta como suceden las cosas, a su ritmo sin giros brusco ni trucos de guion. Los creadores juegan la baza de hiperrealidad y van a saco. Me parece un planteamiento atrevido y complicado de llevar a buen puerto. Aquí tanto los guionistas como los directores de cada capítulo saben pulsar las teclas adecuadas y tanto valor tienen los silencios y las elipsis como los diálogos y lo que se muestra. Del lado policial se detallan los entresijos de una investigación con minuciosidad y se reflejan los fallos, la falta de medios, los policías ojerosos, los vagos, los trepas…. y del lado criminal vemos su vida diaria contada al detalle, la miseria de los barrios pobres, el destino escrito para muchas de sus gentes pero también la posibilidad de escapar de ahí si te relacionas con la gente adecuada.

Como he escrito antes el magnetismo de los personajes es una baza imbatible en The Wire. El que me tiene fascinado es Stringer Bell. La mano derecha del capo Avon. Una persona fría, calculadora, muy inteligente que simplemente quiere aplicar las leyes del mercado al mundo de las drogas. El negocio es el negocio y hay que moverse con cautela para llegar a lo más alto. Tengo ganas de ver cómo evoluciona este sujeto. Otro de los principales es el detective McNulty el típico policía con una vida social y personal que roza el desastre con un ego descomunal que quiere solucionar el caso, pero ante todo quiere ser él el que lo solucione. Bubbles es un drogadicto confidente de una de las detectives. Uno de esos personajes a los que coges cariño y del que esperas un desenlace fatal. Lester Freamon es un policía de vocación, minucioso, detallista y reflexivo. Un ejemplo. Ecos del personaje de Morgan Freeman en Seven. Y Omar Little, puff, Omar Little es uno de los personajes más extraños, encantadores y seductores que he visto en pantalla. Y quiero saber qué les pasa a todos en la segunda temporada y lo quiero ya. ¡Y ademas Steve Earle tiene un pequeño papel!



viernes, 11 de noviembre de 2011

John Legend & The Roots. Wake Up


Hace tiempo un amigo me grabó Wake up de John Legend y al principio le di mucha cancha sobre todo atraído por su tema inicial Hard times. La clase de canción diseñada para mí. Legend va colocando suavemente unos cuantos Yeahs, se crea una atmosfera chula, entra la batería y tachan ahí está la sección de viento entrando a saco.  Me vuelve loco este tema. Ya estoy todo brutote. Inicio de lujo para un disco que lo he escuchado intermitentemente durante estos últimos meses y al que he vuelto estos días. Vaya por delante que me ha costado hacerme a las bases hip hop del disco pero como últimamente estoy en fase FLC ( ¿y cuando no?) estos me han allanado el camino ¡y ahora me encantan! Lo de John Legend no tiene nada que ver con FLC más allá de esa mínima conexión hip hop. Este es un disco eminentemente soul con gotas de otros estilos y con una colección de temas muy atractivos. Un sonido muy envolvente cortesía de The Roots con todos los elementos que al que esto escribe le hacen perder la cabeza.

El álbum es un claro homenaje a la música negra de los setenta. Y concretamente a aquellos discos con mensaje político y social como el inmortal What´s going on de Marvin Gaye. Todas las canciones son versiones excepto la última Shine firmada John Legend. No entro en comparaciones con otras épocas porque no he escuchado las originales excepto Wholy Holy de Marvin Gaye cuya versión está muy bien y simplemente disfruto y mucho de Wake up arrastrado por temas con tanto feeling como Comparated to what, ese dueto cool con Melanie Fiona en Wake Up everybody, con Little Ghetto que empieza con un marcado acento hip hop para evolucionar a un tema soul con unos coros muy chulos, una delicia de tema, de mis favoritos o con los arreglos de canciones como Hang on in there. Mención especial merece I Can't Write Left Handed, un tema de más de once minutos que no se me hace largo para nada lleno de matices cortesía de los coros, el piano, esos pequeños y sutiles toques de guitarra y que se va calentando para terminar por todo lo alto. Tremendo. Curiosamente le sigue la más corta del disco I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free con un certero toque gospel . Shine original de Legend es un estupendo final. Lejos de desentonar entre tanto clásico se convierte en uno más. Cómo me alegro de haber seguido insistiendo con este disco. ¡Qué gozada!