domingo, 20 de abril de 2025

Old 97´s. American Primitive

Todavía me sucede a menudo que descubro nuevos o viejos artistas tras la lectura de un artículo sobre su trayectoria. Nunca es tarde. A veces te llevas sorpresas mayúsculas. Una de las más aplastantes y gozosas ha sido empaparme a gusto con American Primitive, el último disco de Old 97´s, banda sobre la que apenas conocía algún tema y que me ha cautivado por completo tras leer el fenomenal artículo que Rafa Suñen, cantante de Los Chicos, firmó en el Ruta 66 de octubre de 2024. Me llamó mucho la atención la historia de esta banda, especialmente lo concerniente a su cantante Rhett Miller, un excelente músico y compositor que sufrió mucho en su adolescencia, intento de suicidio incluido. Dio la casualidad que me regalaron el cd de American Primitive el pasado mes me marzo en el día del Padre, justo cuando acababa de terminar de ver Adolescence la fenomenal serie de Netflix de la que todo quisqui habla y que de alguna forma conectaba con lo que leí en ese artículo. 

Old 97´s es una veterana banda originaria de Dallas con más de treinta años de trayectoria. American Primitive es su decimotercer disco, el primero que escucho y el inicio no ha podido ser más excitante. Lo puse una y otra vez el último trimestre del pasado año y una de las veces que sonó por casa recibió uno de los mejores elogios que puede recibir cualquier banda en mi hogar cuando Su me dijo, de alguna forma me recuerdan a Cracker... ¡Yeah! Y así lo percibí también yo ya que en American Primitive abundan los temas excelentes saltando de un estilo a otro en perfecta sintonía. También me recordaron de alguna forma a R.E.M, cuyo guitarrista Peter Buck colabora en Where The Road Goes maravilloso tema con una fantástica letra en la que Rhett Miller canta Look at all the beautiful things you found, oh you could have died that day, back when you thought none of this was worth it, when you thought everything was broken...

Por muchas veces que haya escuchado el álbum (y os garantizo que han sido decenas) soy incapaz de encajar a esta banda en ningún estilo concreto. Me dejo llevar por las canciones, todas excelentes, desde la inicial Fallin Down provista de esos locos y surferos riffs que te llevan en volandas y firmo con sangre esa letra que te invita a bailar aunque el mundo se derrumbe a tu alrededor. Son muchas las canciones que tienen cierta impronta punk y eso me vuelve loco, ahí esta sin ir más lejos la segunda del tracklist: Somebody es adictiva y me encanta como le zumba a los parches Philip Peeples y la rabiosa interpretación vocal de Rhett Miller. La que da titulo al álbum parece una hermana gemela de Fallin Down y posee unos cuantos solos superpegajosos de Ken Bethea. Me chifla la parte final, acelerada, contagiosa a más no poder. A menudo la crítica les señala como un combo punkabilly. ¡Me gusta el término!

También hay momentos para canciones sencillamente poderosas y brillantes en su vertiente mas acústica como la antes mencionada Where The Road Goes o Honeypie, maravillosamente melódica, de esas que se te queda a la primera y tarareas continuamente. Aquí se lucen las acústicas de Miller y Bethea y la mandolina de Peter Buck le da un toque distintivo a la canción. También suena un piano cortesía de Scott McCaughey. Imposible no dejarse llevar por el silbido que inaugura By The End Of The Night cantada con guasa por Murry Hammond y que de nuevo cuenta con unos originales y certeros punteos de Ken Bethea. Masterpiece es la canción en la que Su me soltó eso de que le recordaban a Cracker. Sobran los comentarios. Temazo cantando con chulería por Miller y con esos coros tan cool a cargo del resto de la banda: Murry Miller, Ken Bethea y  Philip Peeples.

Incantation invoca el espíritu de los mejores R.E.M. No es casual que por ahí esté de nuevo a la guitarra Peter Buck. Vuelve la energía punk con Magic y las exquisitas reminiscencias a Cracker con la espectacular Western Stars una canción que no me quito de la cabeza, sin duda mi favorita del disco y mira que me chiflan todas. Chased The Setting Sun es la más puramente country rock de todo el tracklist y no puede ser más pegadiza. Estridente, resultona y perfecta para el directo me resulta This World pero no es la que cierra el álbum ese honor es para Estuviera cayendo una curiosa incursión en la guitarra flamenca a cargo de Jeff Trapp. Por supuesto tengo que indagar en la discografía de estos tipos porque mi inicio con American Primitive no puede ser mejor. 


sábado, 12 de abril de 2025

Elliott Murphy. Kafe Antzokia 11/04/2025

Cualquier mierda que escriba en este cochambroso blog sobre el extraordinario bolo de ayer de Elliott Murphy y su banda no le va a hacer justicia. O si. Porque los conciertos son experiencias personales e intransferibles. La de anoche fue la tercera vez que veía a Murphy en concierto. Me habían gustado mucho las anteriores que fueron en el Antzoki de Getxo hace muchos años con mi amigo Rober y en la sala BBK con Su. En ambas ocasiones sentados. Anoche fue en el Kafe Antzokia de Bilbao, un lugar perfecto para gozar de la celebración de rock´n roll que perpetró el bueno de Elliott junto a su inseparable Olivier Durand más Mellisa Cox (violín y coros) y Alan Fatras (batería). Ambos fueron fundamentales para darle el toque definitivo a las canciones, además de estar en perfecta sintonía musical y visual. 

Algunas noches son mágicas,  todo fluye de forma armoniosa. Así fue desde el comienzo con Drive All Night en formato acústico con Durand y Murphy... El personal estaba más que a gusto, realmente en Bilbao se adora a Elliott Murphy y el mismo nos recordó que había actuado más veces en el Botxo que en su ciudad natal, New York. Nos recordó que de hecho hace unos años compuso Green River en esta ciudad y bromeó cuando señalo que hace cincuenta y dos años cuando le leyeron la palma de la mano le dijeron que iba a estar justo aquí en Bilbao tal día como hoy, ja,ja. El cancionero de Elliott es rico y variado y cayeron imprescindibles como Rock Ballad, Last of The Rock Stars, Sonny que dedicó a Lou Reed contando una cachonda anécdota cuando el neoyorquino llamó a su casa y habló con su madre. Por supuesto, como en todo buen concierto que se precie hubo momento para el bailoteo desenfrenado cuando enganchó uno de sus temas con el celebérrimo Twist And Shout.

Hace años leí una entrevista con Elliott Murphy en la que decía que la música tiene un carácter sanador y no puedo estar más de acuerdo. Escuchar sus canciones en directo sigue siendo una experiencia gozosa a más no poder y durante las dos horas y media de concierto te dejas llevar por el poder irreductible de la música. Ayer me emocioné de lo lindo durante todo el show y especialmente con Come On Louann y On Elvis Presley´s Birthday y me encantaron las canciones que interpretó de su recién editado, Infinity... Que recuerde cayeron Granny Takes A Trip, Baby Boomers Lament y cerró el concierto con Night Surfing. A Murphy todavía le rondan excelentes canciones. Un lujo ver a este incombustible rockero con mi amigo Oscar capaz de incendiar el Antzoki con su contagioso entusiasmo. Desconocía que Elliott Murphy es del mismo año que Springsteen. 76 tacos y ahí sigue ofreciendo jugosas celebraciones de rock´n roll. Por muchos años. 

martes, 1 de abril de 2025

Waxahatchee. Tigers Blood

Hace veintisiete años Lucinda Williams publicó Car Wheels On A Gravel Road el álbum que la catapulto. Llevaba muchos años en el mundo de la música y había grabado unos cuantos buenos discos pero en ese todo encajo para propulsarla a otro nivel. Lo descubrí gracias a Popular 1 y fue una de mis primeras incursiones en el country rock. El pistoletazo de salida en ese sentido lo había dado dos años antes Steve Earle con I feel alright en el que colaboraba en el tema que cerraba el disco la propia Lucinda. Estos dos discos son en mi casa sagrados y el inicio de mi idilio con el género; country rock, americana, llámalo como quieras.

¿Por qué esta megachapa si de lo que voy a escribir es del Tigers Blood de Waxhatchee? Pues porque la primera vez que escuché este álbum pensé en Lucinda. Tienen cierto parecido sonoro, influencias similares, deliciosos puntos en común y un nivel similar lo que me encanta porque refuerza mi entusiasmo por los tiempos que vivimos repletos de grandes discos que merecen ser escuchados con el detenimiento de antaño. Por mucha oferta que haya centrarse en maravillas como Tigers Blood ofrece una recompensa colosal. Descubrí el disco gracias a un comentario entusiasta de Alex G en una de sus redes sociales. Después Su me corroboró que solía poner el disco en el trabajo y que, en efecto, era una delicia. 

Y caí rendido desde que escuché a Katie Crutchfield entonar la primera frase del álbum; I Pick you up inside a hopeless prayer.... Una adorable forma de empezar un disco con una sensible y atractiva interpretación vocal. Una canción tranquila a la que siguen dos temas irresistibles repletos de buenas guitarras y grandes armonías vocales; Evil Spawn y Ice Cold. Ambas podrían figurar en el disco antes mencionado de Lucinda. Nivel superlativo que no decae sino todo lo contrario con Right Back To It donde se luce y mucho MJ Lenderman en las armonías vocales y a la guitarra como en todo el disco. 

Otro músico en el que he pensado al escuchar esta obra de arte ha sido Buddy Miller ya que Tigers Blood tiene ese tipo de producción no intrusiva, de dejarse llevar al estilo Buddy. Menos es más, mucho más, otra prueba radiante es Burns Out At Midnight con esa armónica fundamental que guía todo el tema. Bored tiene un toque a lo PJ Harvey, otra de las influencias de esta chica excelentemente llevada a su terreno. De las más marchosas del disco y con cierto toque punk y chulesco. En esta canción me chifla el bajo de Brad Cook que además produce el disco con mano certera. Lone Star Lake podría ser un tema a enseñar para todo aquel que no conozca el término americana. Una joya que tiene los mejores ingredientes del género, elegancia por los cuatro costados, basta fijarse en como toca la batería Spencer Tweedy

Crimes Of The Heart es muy minimalista, escucharla a tope en los cascos fijándome en como se complementan las guitarras ha sido toda una experiencia. Crowbar me recuerda poderosamente a REM, las primeras notas de guitarra puede que se parezcan incluso mucho a una canción de los de Athens. Otra delicia. La recta final no pierde fuelle y tanto 365 como The Wolves y la que da titulo al disco, Tigers Blood rematan el asunto de forma prodigiosa. Un disco esencial, sin canción de relleno. Una obra de arte a escuchar con toda la atención del mundo. Así que no se qué hostias haces que no reservas los cuarenta y seis minutos que dura el álbum para escucharlo a todo volumen. Lo agradecerás.