lunes, 26 de noviembre de 2018

Bohemian Rhapsody, la película

Ayer fui al cine a ver Bohemian Rhapsody prácticamente arrastrado por los canijos. Hacía que no entraba en una sala de cine años y la última vez también fue para acompañar a los enanos en aquella ocasión a ver una de dibujos. Su ensimismamiento con Queen es tanto o mayor que el mío a su edad. Con la diferencia que yo me inicie con el disco A Kind of Magic (que en aquella época me voló la cabeza) y ellos han dado el pistoletazo de salida con el triple recopilatorio Platinum, una forma estupenda de empaparse de las diferentes facetas de esta banda. Y lo están flipando.

Conviene ver la película con los ojos de un niño de once años o de una niña de ocho ja ja. A los fanáticos de Queen o a los que conocen bien la historia de la banda el film les va a chirriar por los cuatro costados. Hay innumerables errores respecto a cuándo se publicaron determinadas canciones y mucha invención para que el relato sea apto para todos los públicos. Y vistos los resultados en taquilla está claro que Taylor y May han acertado. Sabían lo que querían y lo han conseguido. Una película blanda, hollywodiense hecha para petarlo en taquilla.

De modo que lo mejor, insisto es no acudir al cine esperando nada rompedor ni una historia fidedigna de la banda. Es un producto hecho para difundir la música de Queen y como tal funciona. De hecho tiene muy buenos momentos. Particularmente mis favoritos son el arranque, digamos los primeros veinte minutos y el final cuando se recrea la aplastante actuación de Queen en Live Aid. También me han gustado los aspectos relativos a la música, a la creación del emblema de la banda, Bohemian Rhapsody u otros mega éxitos como Another one bites the dust o We will rock you. Lo que más he disfrutado de la película con diferencia es ver la cara de flipados de los canijos. 

El éxito de la película está siendo rotundo y bien que lo notamos en la tienda. A su rebufo la música de Queen se escucha y se vende tanto como en sus mejores tiempos. Nos quitan de las manos el triple recopilatorio Platinum. Gente muy joven me pregunta por Queen y la demanda no va a hacer sino aumentar de cara a las Navidades. Taylor y May han sido muy astutos al nivel de un Gene Simmons. De modo que la batalla está servida a ver quién despacha más copias si Rosalia o Queen, ja, ja. La película podría ser la hostia en las manos de Scorsese, pero eso es ciencia ficción, aún así la he disfrutado lo que jamás perdonaré a May y Taylor es el ninguneo que le hacen a Deacon y que hoy en día tengan tan mal gusto de girar con Adam Lambert. Eso si que es inconcebible.  



viernes, 23 de noviembre de 2018

Marc Guitart. The Black Crowes. Del nido a las raíces

Hace un par de años mi compañeros de trabajo me regalaron The Black Crowes. Del Nido a las raíces un libro sobre la banda de Atlanta escrito por Marc Guitart. Por increíble que parezca apenas hay nada publicado sobre los Cuervos ni en castellano ni siquiera en ingles. Inconcebible. Mis expectativas sobre el volumen en cuestión eran muy altas y lo devoré en apenas dos días. Me decepcionó un poco porque me esperaba la típica biografía cargada de entrevistas realizadas por el autor tanto con los interesados como con los músicos, productores y demás personal que una u otra vez haya colaborado con la banda. Así que el problema fue mio por lo antes escrito: expectativas irreales.

Estos días en plena vorágine cuervil de nuevo (y van....) lo he releído y disfrutado mucho más. De hecho para alguien que haya descubierto a los Cuervos recientemente o que no haya seguido su trayectoria de cabo a rabo es un volumen perfecto para introducirse en la historia de la banda. El autor como se indica en la bibliografía recopila información de revistas como Popular 1, Ruta 66, Guitar Player, This is Rock o Rolling Stone donde las andanzas de los hermanos Robinson fueron seguidas con mucho interés. De hecho para un asiduo lector como el menda de Popular 1 durante los noventa los Cuervos estaban presentes un número si al siguiente también. Bastantes portadas, jugosas entrevistas. Siempre dando juego.

En este libro Marc Guitart además de recopilar toda esa información deja su sello personal en el comentario de cada disco o con el testimonio directo de cuando tuvo la fortuna de verles dos noches en la gira Say Goodnight to the Bad Guys en 2010 en el Best Buy Theatre de Nueva York. Suertudo el muchacho que pudo presenciar a los Cuervos en un estado de forma apoteósico y como es sana costumbre en ellos cambiando el setlist prácticamente de arriba a abajo de una noche a otra. Cuenta la experiencia de forma emocionante, contagiosa, algo que es de agradecer, lejos del academicismo imperante en ciertas revistas y libros. 

En aquella gira (de la que recuerdo que en su momento leí innumerables reviews) The Black Crowes realizaban un set acústico de hora y media y otro eléctrico de la misma duración. Era la época en la que editaron el fenomenal Croweology con Luther en la banda. Y su estado de forma era espectacular. Tuve la suerte de verles dos veces con Luther pero por estos lares al tocar en festivales los setlist eran más convencionales. No me quejo. Para nada. Pero hubiese cambiado esos dos conciertos por una noche de las que presenció el autor. Puestos a pedir. Ja. ja. 


Y voy a terminar mencionando y alabando como no puede ser de otra forma a Luther Dickinson, guitarrista por el que siento predilección. Aunque mis dos discos favoritos de los Cuervos son The Southern Harmony & Musical Companion y Amorica (ambos con Marc Ford a la guitarra solista) el paso de Luther por The Black Crowes fue una auténtica bendición. Como guitarrista me gusta incluso más que Ford (y mira que éste es bueno, el cabrón) pero Dickinson me resulta incluso más versátil. Puede con todo. 

En el libro de Guitart se recogen unas declaraciones del teclista Adam MacDougall donde se deshace en elogios al bueno de Luther: Es sin duda el epítome del caballero sureño. Nada le molesta, nunca está estresado. Siempre está alegre y siempre toca bien, incluso cuando no sabe lo que está haciendo. Continúa Guitart relatando que el teclista ponía el acento en la energía positiva que se había generado con Luther en la banda. Y terminaba diciendo MacDougall: Me gustaría decir que algo de eso es gracias a mí pero realmente pienso que es a causa de Luther. Todos ellos realmente lo respetan por como toca, por las vibraciones que aporta, por su actitud... ha hecho a todo el mundo feliz. Todo esto aparece en el libro The Black Crowes. Del Nido a las raíces un libro de Marc Guitart, concretamente en la página 225.

Además de sacarle más jugo a este libro y escuchar compulsivamente a los Cuervos investigo en el tubo y encuentro que Luther después de dejar la banda ha aparecido en conciertos en solitario tanto de Chris como de Rich, señal inequívoca de que ambos siguen respetando y admirando su trabajo. Y es que sin duda lo voy a volver a escribir el paso de Luther por The Black Crowes fue una auténtica bendición, una puta fortuna. 






miércoles, 21 de noviembre de 2018

Top Ten Black Crowes

La reciente gira de The Magpie Salute por estos lares ha reactivado la ya de por si caldeada historia de los Cuervos. Parece que este año los hermanos Robinson tampoco van a trinchar el pavo juntos en Acción de Gracias. Estarán a kilómetros de distancia incluso aunque estén en el mismo estado o ciudad. La saña con la que se han pronunciado el uno del otro en los últimos tiempos asusta y todo. O quizá esté todo preparado porque todos sabemos como es el showbusiness y no parece que haya nada que un buen cheque no pueda arreglar. Lo veo complicado en esta ocasión y es una pena porque aunque disfruto y mucho con las aventuras de cada uno por su cuenta pocas cosas hay tan grandes a cuando estos tipos están en sintonía. Perderse una y otra vez en la discografía de The Black Crowes es un ejercicio que realizo a menudo. Mi obsesión por esta banda no cesa y la tengo en lo más alto de mi podium casero. Algunos se les pueden acercar pero en lo más alto estos tipos, siempre. Forever Crowes!














jueves, 15 de noviembre de 2018

Father John Misty. God´s Favorite Customer

Uno de los mejores y más certeros comentarios que ha hecho en el Popular 1 en los últimos tiempos The Man es en la sección Apéndice de la revista donde contesta a un entusiasta popuhead que por mucho que le guste la revista jamás se ciña a escuchar solamente la música que se recomienda en esas páginas. Es muy probable, casi seguro que de no trabajar en donde lo hago no habría descubierto este disco que me trae loco de Father John Misty. En mi sección somos unos cuantos compañeros con gustos diferentes, con muchos artistas en común al mismo tiempo que con nuestras filias y fobias. Y reconozco que me encanta cuando los prejuicios se hacen trizas, saltan por los aires. La gozo. El triunfo es doble. Eso es lo que me ha sucedido con Father John Misty, al menos con este álbum que por supuesto me da pie a seguir investigando en la carrera de este sujeto.

La primera vez que escuché a Father John Misty (seudónimo de Josh Tillman) fue el año pasado. Un compañero pincho su Pure Comedy y yo le pregunté que quién era ese tipo. Me explico que tenía unos cuantos discos en solitario y que había sido batería de Fleet Floxes uno de esos grupos bastante populares a los que no les pillo el punto. Pure comedy no me gustó nada y mi colega me dijo que a él tampoco le convencía, a pesar de que el disco en cuestión terminó en la lista de los mejores de muchos medios ese año.

En junio de este año se editó God´s Favorite Costumer y mi compañero volvió a insistir con Father John Misty y esta vez el acierto fue pleno. Y seguro que si no lo llega a pinchar yo no lo hubiese hecho así que ni os podéis imaginar como me alegra que lo hiciese. Lo tuvimos puesto en la tienda toda la semana y cada día que lo escuchaba me gustaba más. Me lo acabé comprando y lo he recomendado infinidad de veces. Desde que se publicó no pasa semana sin que lo escuche varias veces. Y si, es uno de esos discos en la que la manida frase de gana con las escuchas es totalmente cierta. 

En la Rolling Stone americana el prestigioso David Fricke lo ha comparado con los trabajos de John Lennon en los setenta y no cabe duda de que el disco está poblado de rastros beatlenianos. A mi este disco me remite de forma recurrente a aquel tremendo The Boatman´s call de Nick Cave. En ambos el piano es el instrumento determinante, la clave en casi todas las canciones que por otro lado son todas maravillosas, sin excepción. Los arreglos de cuerda y el acompañamiento de las guitarras acústicas perfecto, el soporte adecuado para estos temas que ineludiblemente acabas tarareando. Producido por el propio Tillman con la puntual colaboración en algunos temas de Jonathan Wilson.



El álbum se abre con la embriagadora Hangout at the Gallows provista de unos milimétricos arreglos de cuerda y un piano irresistible. Un inicio evocador, sugerente y por el mismo terreno sigue Mr Tillman, esta más luminosa, directa piano, guitarras acústicas y bajo para dar forma a otro temazo, con el amigo Josh cantando de maravilla. Lo que sería un single perfecto. Just Dumb Enought To try es uno de mis temas favoritos de los últimos años. Aquí es donde me viene la reminiscencia al mejor Nick Cave, aquel de inconmensurable The Boatman´s Call. En esta canción de nuevo los arreglos de cuerda están situados a la perfección en una hipnótica progresión. La letra es fantástica. Me vuelve loco ese final con Oh, but I´m just dumb enough to try to keep you in my life, for a little while longer, and I´m insane enough to think I´m gonna get out with my skin and start my life again.

Palmas y algarabía para Date Night el tema más movido el disco, vacilón en la onda del mejor Beck de mediados de los noventa. Piano saltarín, guitarra primordial y el falsete de Tillman luciéndose en cada estrofa. Otro single perfecto y la canción más diferente que se sale del tono introspectivo del álbum que se retoma con otra joya: Please don´t die igual de buena que las antes mencionadas y enriquecida con mucho gusto con acordeón, armónica y trompeta. Madre mía que pedazo de disco que se ha cascado este tipo.


The Palace cuenta sólo con piano, celo y guitarra, más que suficiente para configurar otro tema que te desarma. Aquí la presencia de Lennon es total cuando Tillman canta eso de Cause I don´t wanna leave the palace, at least that´s what my true love calls it... Mis sensaciones llegados a este punto es que estoy ante uno de esos discos especiales como Grace, Civilians o Written In Chalk, esa música que toca teclas divinas. 

Para la recta final Tillman mete un poco de fuelle en Disappointing Diamonds are the rarest of them all junto a Date Night el tema más movido provisto de un estribillo reconocible y tarareable y que cuenta con un breve pero intenso sólo de saxo a cargo de James King. La canción que da título al disco God´s Favorite Customer y que cuenta con un vídeo grabado en las calles de no sé qué ciudad americana tiene la participación a la voz de Natalie Merring que ni idea de quién es pero que aquí le da el contrapunto perfecto a Tillman. De nuevo tan sólo piano y órgano son más que suficientes para que The songwriter me vuele la puta cabeza. Otra que no me puedo quitar de la cabeza. Y esto acaba con We´re only people (And There´s not much Anyone can do about that). Mejor imposible.




People, we're only people

There's not much anyone can do, really do about that

But it hasn't stopped us yet

People, we know so little about ourselves

But just enough to wanna be nearly anybody else

How does that add up?
Oh, friends, all my friends

Oh, I hope you're somewhere smiling

Just know I think about you more kindly than you and I have ever been

And I'll see you the next time around the bend
People, what's the deal?

You've been hurt

And I've been hurt

But what do we do now?

People, we're only people

There ain't a thing one person can ever change about that
Oh, friends, all my friends

Oh, I hope you're somewhere smiling

Just know I think about you more kindly than you and I have ever been

And I'll see you the next time around the bend
I think the end of it all may look a lot like the beginning

Passed around from hand to hand

Screaming for no particular reason

The company gets pretty thin

So we start to shed all our distinctions

So why not me?

Why not you?

Why not now?

lunes, 12 de noviembre de 2018

The Magpie Salute. Kafe Antzokia 11/11/2018

The Magpie Salute han presentado hace unas horas en un Antzoki con todo el papel vendido su primer disco de estudio High Water I. Al contrario de lo que pensaba y me alegro de ello, Rich cree que la mejor forma de valorar a su nueva banda es dando cancha al disco antes mencionado. Así han caído muchos temas de un álbum a reivindicar. Quizá todavía no han llegado lo lejos que se intuye puede ir esta banda pero es un primer paso más que interesante. 

A eso de las 19:30 de la tarde (una hora inusual para un concierto por estos lares) The Magpie Salute han comenzado el concierto con la descarga de High Water, Walk on water, Omission y For the Wind. Excepto Omission, single de su debut las otras tres pertenecen al disco que presentaban. Lástima que esa primera parte de concierto haya estado lastrada por un sonido deficiente en el que por momentos no se escuchaba la guitarra de Marc Ford y no demasiado bien la voz de John Hogg. Además de apostar por High Water me ha parecido curioso que Marc Ford haya asumido la voz principal en dos temas (The Vulture Shalimar Dreams) de su carrera en solitario.

Era de esperar y lógico que Rich se decidiera por algún que otro tema de su gloriosa banda Black Crowes al fin y al cabo él ha compuesto toda la música de los Cuervos por mucho que le joda a Chris ja ja. Lo que me alegra es que su elección haya sido inesperada y refrescante. Nada de ir a lo fácil con los hits que todo quisqui conoce (y con los que el menda tampoco hubiese tenido problemas, ojo) pero ha sido una delicia poder degustar en acústico Lay it on me, una de mis favoritas de estos tipos y que jamás había escuchado en directo y cascarse una contundente Horsehead de By your side momento en el que mejor ha rendido la voz de John Hogg. Alegría infinita también al escuchar en directo otras de mis incunables: She Gave Good Sunflower del eterno Amorica.


El concierto ha mejorado ostensiblemente en cuanto a sonido a partir del set acústico que se marcaron Rich Robinson, Marc Ford y John Hogg. Esa hora final ha sido muy buena. Una interesante pista de por dónde pueden tirar estos tipos si se ponen a ello con ganas. En la parte final ha sido un placer escuchar la bonita versión de Oh Sweet Nuthin´de la Velvet Underground. El concierto ha terminado con uno de los mejores temas de High Water, Send Me and Omen. Quizá una declaración clara de intenciones. Si, tocamos de los Cuervos pero más de las nuestras y cerramos con una de ellas. Y por cierto mi colega D tenía razón han tocado una de Neil Young, Big Time que ha cantado Rich. Y qué caramba ni me acordaba de esa canción. Ahora mismo ni me acuerdo en qué disco está jaja.


viernes, 9 de noviembre de 2018

Joe Henry. Civilians

Joe Henry es uno de los productores más destacados de las últimas décadas. Su excepcional trabajo se puede paladear en obras de arte como Don´t Give Up On Me de Solomon BurkeI´ve Got My Own Hell to Raise de Bettey LavetteThe Bright Mississippi de Allen Toussaint o Hopes & Desires de Susan Tedeschi. Es evidente que cuando este hombre acude al estudio en cuestión tiene más que claro lo que se trae entre manos y el resultado suele ser apoteósico cuando no directamente celestial como en Don´t Give Up On Me. A los mandos es un hacha. Desconozco cuál es su secreto. Por las redes circularán diferentes teorías pero ojalá siga cultivando esa faceta hasta el fin de los tiempos. Se me ocurren unos cuantos músicos a los que les vendría de perlas ponerse en las sabias manos de este tipo.

Además de productor, Joe Henry tiene una larga (e inabarcable todavía para mi) carrera en solitario. Más de una docena de discos. De los que piloto, Scar es uno de esos discos ideales para dietas nocturnas, Tiny voices lo redescubrí el pasado verano al atardecer en la playa proporcionándome momentos especiales me lo pille original y lo flipo con él y Civilians que directamente es uno de los mejores discos de la pasada década, así, sin medias tintas. Tan sublime como Don´t Give Up On Me, tan bello como Written in Chalk tan especial como Grace, una jodida maravilla, de principio a fin.

Me cuenta un acérrimo seguidor de Joe Henry que el músico favorito de éste es Bob Dylan. Al parecer siente verdadera devoción por el trabajo del judío de Minnesotta y reconozco que la primera vez que escuché Civilians pensé en Time Out Of Mind para mi gusto el último gran disco de Dylan. Pero la asociación es más en cuanto a atmósfera, en ciertos aspectos de la producción que porque tengan similitudes concretas. Tal vez la forma de entonar de Joe Henry, su fraseo remita algo a Dylan, pero canta infinitamente mejor. Ahí se acaba el parecido si es que lo tiene. 



Como casi siempre que entra en el estudio Joe Henry se rodea de músicos excepcionales que le proporcionan un inmejorable colchón sobre el que armar su composiciones. En este disco todas brillantes, sin excepción. Me chiflan los coros en muchos temas, me vuelven loco en CiviliansScare Me To Death o Time is a Lion una canción que puedo escuchar quinientas veces seguidas. Madre mía, que composición!! Y la forma de cantarla de Joe Henry es sublime, poderosa a más no poder. Hace que dejes lo que estás haciendo en ese momento, pilles el libreto y acudas a la la letra a ver qué es eso tan importante sobre lo que canta el bueno de Henry.

Es una gozada escuchar este disco a todo volumen y apreciar lo que sale por el bafle izquierdo y por el derecho, o hacerlo con cascos para darse cuenta de que en el resultado final juega un papel fundamental la mezcla. Y eso es mérito del responsable de dicha tarea, Ryan Freeland en esta ocasión. Pero ni músicos, ni productores ni ingenieros de sonido pueden hacer milagros si las canciones no son buenas y aquí todas lo son. Sin excepción. Y si, puede que un día esté con Time is a lion que lo flipe a todas horas, pero al siguiente es Our Song la que me tiene prendado para después obsesionarme con Civil War... Y es imposible cerrar un disco con más clase que con God Only Knows.



Henry suele grabar los discos en pocos días en su estudio casero. Éste se lo ventiló entre el 9 y 12 de febrero de 2007. Y no me puedo imaginar un sitio con más talento por metro cuadrado que esa bendita casa. Desconozco cuántas veces habrán tocado juntos Bill Frisell y Greg Leisz pero aquí su entendimiento es sublime. Guitarras eléctricas y acústicas en plena armonía. Es que no se puede tocar ese instrumento con más elegancia a como lo hacen estos dos sujetos en el disco. La labor de Patrick Warren al piano y los diferentes teclados es sutil a más no poder. El piano es fundamental en este disco. No se concibe sin el. Además del piano los pequeños arreglos de cuerda son obra de Warren y ahí se luce a más no poder. La forma en que los introduce en Scare Me To Death... Post aparte merece el trabajo de Jay Bellerose a la batería y la percusión. El puto amo. 

A Joe Herny algunas veces se le ha comparado con Tom Waits. Compartieron sello (Anti) hace unos años y puede que haya alguna similitud pero en mi opinión son más las diferencias que lo que les une. En cualquier caso se me ocurren pocos tipos más adecuados para producir un disco al zumbado de Pomona que Joe Henry aunque dudo mucho que esa tarea se le sea asignada jamás. Mientras a disfrutar y perderse una vez más en su discografía, Civilians, Scar y Tiny Voices está en un jodido altar en mi casa.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Screaming Trees. Julie Paradise

Cae en mis manos el Popular 1 de este mes y lo primero que leo con un entusiasmo inusitado es la entrevista con Gary Lee Conner de Screaming Trees. Se que no voy a encontrar nada nuevo, que es más que improbable la noticia sobre una posible reunión y tal vez es mejor así pero no lo puedo evitar. Lo de esta banda en mi casa es de locura. Sweet Oblivion y Dust son dos discos a los que recurro constantemente y además en el laboro los hemos traído vía importación y ni si las veces que los he recomendado. La semana pasada vino un cliente que se llevó el Dust y al que luego recomendé Mad Season y me contó que había estado en Seatle por curro y que estaba haciendo un artículo sobre la escena, una especie de árbol genealógico sobre el llamado grunge.

En la entrevista de Popular 1 firmada por Alberto Diaz, Gary Lee Conner comenta dos aspectos en los que estoy totalmente de acuerdo; la importancia del batería Barret Martin en el sonido del grupo y el acierto en contar con el productor George Drakoulias para dar forma a Dust. El caso de esta banda me parece inusual o al menos no muy habitual. Muchas bandas encuentran su sonido o dan el pelotazo o ambas cosas a la vez en sus primeros trabajos pero Screaming Trees fueron de menos a más, a mucho más, a la puta perfección en Dust que fue su último trabajo. E incluso puedes escuchar que con The Last Words Final Recordings seguían inspiradisimos pero desgraciadamente todo se fue al traste. 

Salgo caminar armado con mi mp4 y descargo en Ivoox un jugoso podcast de La Gran Travesía sobre la trayectoria de la banda. Y no puedo estar más de acuerdo con su autor, Jesús Jiménez Cuenca que realiza un interesante repaso por la trayectoria de la banda desde esos inicios psicodélicos y con la mirada puesta en Detroit (muy interesantes) hasta llegar al sonido más elaborado y repleto de temazos de Sweet Oblivion, Dust y su álbum de despedida publicado en 2011. Jiménez Cuenca recomienda adquirir la edición deluxe de Dust. Nos ha jodido. Una puta maravilla. 



viernes, 2 de noviembre de 2018

Queen. Bohemian Rhapsody

Pasan los años y mi pasión por Queen, lejos de disminuir aumenta hasta el infinito y más allá. Ahora están en boca de todo el mundo por la película Bohemian Rhapsody. Confieso que nunca tengo mis expectativas demasiado altas con este tipo de productos pero recibo esta mañana una llamada de mi hermana entusiasmada por la película que vio ayer. Me cuenta que le ha gustado mucho y que le ha dado pena no poderla ver en versión original y aunque a mi me sucede lo mismo voy a hacer un esfuerzo por encontrar un hueco para acudir al cine la family al completo para ver este film. Los canijos están flipados con Freddie Mercury. Les gusta su voz y su poderío en el escenario. Y juro que no he insistido. Es una locura que las criaturas tenga este inusitado interés por el rock. Inevitablemente en los tiempos que corren van a ser unos frikis, ja,ja, ja. 

El otro día en el curro un compañero fanático de Queen me dijo que aunque le encanta la banda no la considera un clásico a la altura de algunos totems que cambiaron el rumbo del rock´n roll. Mi colega parecía un poco acomplejado, como pidiendo perdón porque le gustase tanto esta banda, tal vez le pesa esa opinión extendida entre cierta critica musical acomplejada a la que la grandilocuencia de Queen les echaba para atrás. En mi casa es al revés, pasan los años y mi pasión por Queen lo repito aumenta hasta el infinito y más allá. 

Uno de los hitos históricos en la carrera de esta banda fue su mítica actuación en Wembley en el 86. El colega del curro me decía que si tuviese una máquina del tiempo pulsaría la tecla para estar en las primeras filas el 11 o el 12 de julio de 1986. ¡Nos ha jodido! Yo también y seguro que allí adelante no nos íbamos a topar con todos esos críticos amargados ja,ja,ja. Nos fundiríamos con la chusma tan a gusto.