Si a Stephen Curry le he dedicado un par de entradas no va a ser menos Kawhi Leonard, hoy en día el mejor jugador de la NBA. El amigo Kawhi ya fue decisivo en el anillo que los San Antonio Spurs consiguieron en 2014 y aunque este año lo tiene complicado para arrebatarle el cetro a los Warriors no va a cejar en el empeño. Leonard es para mi el mejor jugador de la liga porque es decisivo en los dos lados de la cancha. En defensa es capaz de anular a la estrella rival (nombrado mejor defensor en 2015 y 2016) y en ataque echarse el equipo a sus espaldas con unos porcentajes de escándalo. No estamos hablando de un tipo que mete treinta puntos tirándose hasta las zapatillas. El otro día escuché que tiene uno de los porcentajes de campo más altos en playoff. Cuando las cosas se ponen duras y chungas ahí aparece Kawhi. Y además el nombre mola. Voy con Kawhi.
There goes the last dj, who plays what he wants to play, and says what he wants to say...
jueves, 30 de mayo de 2019
martes, 28 de mayo de 2019
Don Stephen Curry
Algunos le sitúan sin dudar en el top de mejores bases de la historia. Otros, más osados en el olimpo de este deporte al lado de nombres intocables como Michael Jordan, Larry Bird, Magic Jhonson, Lebron James o Kobe Bryant. También tiene miles de haters. Lo que está claro es que Stephen Curry no deja indiferente a nadie. Lejos quedan aquellos inicios dubitativos en la liga, con frecuentes lesiones en los tobillos y dudas sobre sus capacidades. Hoy parece que nadie pone en tela de juicio su valor aunque algunos piensen que está sobrevalorado. Situarlo entre los mejores de la historia es un debate que me queda grande, muy grande. Entre mis cinco bases favoritos de los que haya visto jugar sin duda. Ahí al lado, cerquita de Steve Nash teniendo estilos muy diferentes. De lo que no tengo atisbo de duda es de que no hay entrada mejor pagada que la destinada a ver en una cancha de basket a Don Stephen. El tipo con su imaginativa y desbordante forma de jugar se ha cargado preceptos básicos en el basket y siempre mola ver a un zumbado así rompiendo esquemas día tras días. Puede que no gane ningún MVP pero ni puta falta que hace. ¡A disfrutar!
sábado, 25 de mayo de 2019
Bon Scott y Brian Johnson
Me comenta Unax en el desayuno que su profesora de música le ha dicho que le gusta más Bon Scott que Brian Johnson. A mi también. Es probable que en una encuesta entre fanáticos de AC/DC, Scott ganase a Johnson al mismo tiempo que tal vez a la pregunta de cuál es el álbum preferido del personal fuese el Back In Black. Yo hasta en eso tendría dudas. Back In Black es incontestable pero en mi casa tengo en una estima similar tanto a High Voltage como a Powerage y cerquita a Highway to Hell. En cualquier caso Brian Johnson es un sustituto carismático, alguien que encajó de forma espléndida en la banda y con el que han arrasado por todo el mundo y con el que parece van a grabar otro disco. Ahí van dos trallazos inconmensurables, de esos que no pasa el tiempo por ellos:
lunes, 20 de mayo de 2019
Postureo
Veo, veo postureo |
Últimamente escucho mucho esta palabra. Aflora en múltiples conversaciones. Hay libros que se titulan así. Artículos de prensa, columnas de opinión que hacen referencia a ella. Está en el candelero. Tal vez estoy exagerando y esto que hago es también otra muestra más de postureo. No, qué va, es cierto hay mucho postureo. Lo hablaba hace un par de fines de semana con mi primo Oscar a colación de la tan cacareada vuelta del vinilo. Me decía mi primo, hay mucho postureo. Y estoy de acuerdo. Y lo extendía a los festivales. También hay mucho postureo ahí me resaltaba. Mucha gente que va a los conciertos a figurar. A contar rápidamente en su cuenta de twitter, facebook o instagram que ha estado y tu no ja ja. En fin daría para mucho o para muy poco tal vez.
Comienzo por una recomendación para relajarse y disfrutar del asunto. El capítulo de Ilustres ignorantes dedicado a tan magna cuestión. Sin duda la proliferación del uso de las redes sociales hace que el postureo alcance límites insospechados. Todas esas plataformas antes mencionadas son el altavoz perfecto para fardar, para darse importancia, para recordar a los demás una y otra vez que nuestra vida es la hostia, un continúo highlight, ja ja. Adentrándome en ejemplos concretos se me ocurren dos que me han sucedido en la tienda en los últimos tiempos. El primero cuando Guns N´Roses tocaron en San Mamés hace un par de años. Las semanas previas al concierto unas cuantas personas me pidieron algo de los Guns (así lo decían) porque tenían entradas para el show pero no conocían casi nada de la banda en cuestión. Yeah!!! No nos engañemos eso es algo que sucede siempre en recintos grandes.
El segundo tuvo lugar varias veces estas navidades también en la tienda cuando mucha gente joven, muy joven se había pillado un reproductor de vinilo, uno de esos maletines baratos que normalmente suenan a rayos, y venía a pillarse luego los vinilos. Se sorprendían del precio medio de los vinilos pero aún así los pillaban porque mola mucha el vinilo, copón, ja ja. En fin el postureo da mucho juego y proporciona entretenimiento a mansalva para que nos vamos a engañar. Incluso hay bloggeros que escriben secciones tituladas Back To Vinyl. El colmo del postureo. Y ahora saldré a navegar en mi yate privado y por supuesto lo colgaré en facebook e instagram porque si no es como si no hubiese sucedido.
miércoles, 15 de mayo de 2019
Uncle Sal, Travellin´Brothers y Julian Maeso. Centro Artis Portillo 04/05/2019
Hace un par de fines de semana acudí a la tercera edición de Small Town Rock Fest en Portillo. Ubicado en el mismo lugar que el año pasado contaba en su cartel con varias bandas atractivas del panorama rockero hispano. Ninguna es una de esas primeras espadas que llenan pabellones. Se trata de otra cosa, de consolidar una propuesta alternativa a todo eso con bandas de calidad y con un denominador común: rock´n roll bajo diferentes propuestas.
El sábado a la mañana comenzó el festín con un concierto en el patio de armas del castillo de Portillo. Ubicación idónea. Y en plena solana castellana y tras haber realizado un bolo la noche anterior rindiendo tributo a Neil Young, Uncle Sal salieron a presentar su último disco. Ya me gustaron el año pasado y este confirmaron mis buenas impresiones. De hecho me hice con su anterior álbum. No debe ser fácil engrasar el rock´n roll que llevan dentro a las 12:30 del mediodía a pleno sol pero estos tipos de Ibiza tienen tablas, llevan tocando juntos un par de lustros y no están para chorradas ni postureos. El bolo fue in crescendo, se ventilaron un par de versiones de Neil Young dedicaron Spirit in the Night a Alex G y atacaron una de mis favoritas de su anterior disco Three days in New Orleans.
A la tarde llegué al recinto con el bolo de ya Northagirres comenzado. Me había dicho mi primo que llevaban un rollo Burning y así lo aprecié. Combinaron castellano e inglés y no puedo aportar mucho más porque apenas escuché tres o cuatro temas. Todavía con una temperatura de traca salieron Travellin´Brothers. Comenzaron suaves, elegantes sin darse mucha importancia y desplegaron toda su calidad instrumental. Se movieron por diferentes estilos incluso atacaron algún temas con toques psicodélicos, diferente a los dos bolos anteriores que les había visto. Desgranaron buena parte de su último disco 13th Avenue South y cuentan con la baza de Mikel Azpiroz a las teclas, un mago el tío. Próximamente en gira con Earl Thomas, un sujeto de cuidado que en su día colaboró con el mismísimo Solomon Burke. De rodillas, plebe.
Y le tocó el turno a Julian Maeso. Hacía una rasca de cuidado. En Castilla el frío es polar. A Maeso se le voló el sombrero, estaba helado el tío, después se le caía el micro, a continuación se quejaba de que no se escuchaba a las coristas... Todo esto en los dos o tres primeros temas. Pensé que aquello se iba al garete. A pesar de que el bolo no terminó de arrancar tuvo sus momentos. Me quedé con las ganas de haber escuchado a pleno rendimiento los temas de su fantástico Somewhere Somehow pero otra vez será. Llegó a mis oídos que Los Chicos la liaron parda a altas horas de la madrugada pero eso a leerlo en otro sitio que yo no estuve. Salud!
Y le tocó el turno a Julian Maeso. Hacía una rasca de cuidado. En Castilla el frío es polar. A Maeso se le voló el sombrero, estaba helado el tío, después se le caía el micro, a continuación se quejaba de que no se escuchaba a las coristas... Todo esto en los dos o tres primeros temas. Pensé que aquello se iba al garete. A pesar de que el bolo no terminó de arrancar tuvo sus momentos. Me quedé con las ganas de haber escuchado a pleno rendimiento los temas de su fantástico Somewhere Somehow pero otra vez será. Llegó a mis oídos que Los Chicos la liaron parda a altas horas de la madrugada pero eso a leerlo en otro sitio que yo no estuve. Salud!
miércoles, 1 de mayo de 2019
Bob Dylan. Bec Barakaldo 26/04/19
No hay foto de Dylan. No deja hacer y soy un cobarde. |
Como he escrito ninguna intención de acudir al show de turno pero hete aquí que todos los tontos tienen suerte y resulta que me tocan un par de entradas en el curro. Miel para el asno. Confieso que mi primera intención es pulirlas. Inevitablemente sale a flote mi lado mercader. En esa cuestión no me gana ni Dylan. Acudo al concierto y en la explanada que va del metro al Bec veo a un par de guiris con carteles que rezan We need tickets... Y le digo a Susana esta es la nuestra. Las vendemos por menos de lo que valen, pongamos 50 euros cada uno y nos vamos a cenar por ahí, a lo loco... Pero Su que es un ser sensible y epicureo me dice que ni hablar que quiere ver el concierto. Ella no lo ha visto. Y gana el diablo bueno al malo. La historia de mi vida.
Sorprendentemente disfruto del bolo. Por momentos, incluso mucho. Había visto a Dylan el Festival Azkena de 2010 y aquella vez me pareció que cantó horrible. Pero puede que yo estuviese borracho. Tal vez ambas cuestiones sean ciertas, Dylan cantó mal y yo estaba borracho. Puede que incluso los dos estuviésemos borrachos. En cualquier mi debut con Dylan no fue nada del otro mundo. Si que recuerdo que la banda sonó como un tiro. Una constante en todos sus conciertos porque el de Minnessotta sabe rodearse de lo mejorcito de cada casa. Ni un pelo de tonto. Y claro, los músicos solicitados se mueren de ganas por tocar a su lado. Espero que les pague bien porque en el concierto ni los presenta el figura.
Confieso que no tenía ni idea de con que banda acudía. Pensaba que Charlie Sexton ya no estaba con él pero es el guitarrista que estuvo el otro día lo cual es garantía de calidad. Un deleite lo que este tipo se curra a las seis cuerdas. Además al bajo Tony Garnier, otra joya que se entendía a la perfección con el batería George Recili. A este no le conocía y me flipó. Qué manera de desenvolverse con las baquetas. En la misma onda que Jay Bellerose. Una máquina el tío. A ellos se les sumaba a la segunda guitarra o a la steel, Donnie Herron aportando cantidad de matices a cada canción. Vital su función en muchas de ellas. Dylan se sentó o estuvo de pie al piano. Si no recuerdo mal en el Azkena se puso frente a un pianucho de tercera. Lo de ayer era otra cosa.
Antes de comenzar el concierto le dije a Su, bueno a ver cuántas canciones reconozco porque sabida es la querencia de este hombre a darles la vuelta, no una, ni dos sino quinientas veces. La teoría de Su es que no quiere que la chusma las cante y así evita el karaoke de rigor. Y puede ser. Le aplaudo, ja ja. En fin comenzó con una casi irreconocible Things have Changed (guapisímo tema para la banda sonora de Jóvenes Prodigiosos) pero no me atrapó. No sé si es que todavía el sonido no había empastado o el arreglo era tan diferente que no la pillé el punto. Casi seguido la engancho con It Ain´t Me Babe a la que tampoco le cogí el truco.
Le siguieron en muy buena onda con la banda sonando impresionante Highway 61 revisited y Simple Twist of Fate donde Dylan pilló la armónica por primera vez. Ambas de mis favoritas de la noche. Incluso aunque las cambiase bastante eran reconocibles y sonaron de traca. Lo mismo que Love Sick. Ésta me pareció de las más fieles a la original. Y de puta madre que la tocase porque es una de mis favoritas de para mi gusto el último gran disco de Bob Dylan, Time Out Of Mind del que también sonó Triyin´To Get To Heaven. Otros momentos destacados fueron un par de temas de cadencia blues que se aceleraron al final con la banda sonando como un cañon pero ni puta idea de sus títulos. Creo que uno es Early Roman Kings. Y también me gustaron mucho Thunder on the mountain de Modern Times y Pay In Blood de Tempest. Ambas de su producción más reciente. Pues sonaron como clasicazos. Claro que vuelvo a lo mismo, vaya banda que lleva el cabronazo.
Por supuesto Dylan en ningún momento se dirigió a la plebe. El tipo se sube al escenario se casca veinte canciones arropado por cuatro musicazos a los que ni presenta y se va por donde ha venido. No se somete a los protocolos habituales. No permite fotos y quiere que si el recinto no se llena todo el mundo vaya para abajo para que no se vean los huecos. El tío tiene casi 78 años y vete tu a saber por qué razón pero todavía le pica lo suficiente como para subirse a los escenarios. Lo cierto es que me sorprendió para bien. Aunque tal vez como he escrito al principio de este texto todo se reduce a las expectativas. En cualquier caso aquí estoy escribiendo este cochambroso texto mientras escucho Most Of The Time de Oh Mercy uno de mis favoritos de este alicate.
Antes de comenzar el concierto le dije a Su, bueno a ver cuántas canciones reconozco porque sabida es la querencia de este hombre a darles la vuelta, no una, ni dos sino quinientas veces. La teoría de Su es que no quiere que la chusma las cante y así evita el karaoke de rigor. Y puede ser. Le aplaudo, ja ja. En fin comenzó con una casi irreconocible Things have Changed (guapisímo tema para la banda sonora de Jóvenes Prodigiosos) pero no me atrapó. No sé si es que todavía el sonido no había empastado o el arreglo era tan diferente que no la pillé el punto. Casi seguido la engancho con It Ain´t Me Babe a la que tampoco le cogí el truco.
Le siguieron en muy buena onda con la banda sonando impresionante Highway 61 revisited y Simple Twist of Fate donde Dylan pilló la armónica por primera vez. Ambas de mis favoritas de la noche. Incluso aunque las cambiase bastante eran reconocibles y sonaron de traca. Lo mismo que Love Sick. Ésta me pareció de las más fieles a la original. Y de puta madre que la tocase porque es una de mis favoritas de para mi gusto el último gran disco de Bob Dylan, Time Out Of Mind del que también sonó Triyin´To Get To Heaven. Otros momentos destacados fueron un par de temas de cadencia blues que se aceleraron al final con la banda sonando como un cañon pero ni puta idea de sus títulos. Creo que uno es Early Roman Kings. Y también me gustaron mucho Thunder on the mountain de Modern Times y Pay In Blood de Tempest. Ambas de su producción más reciente. Pues sonaron como clasicazos. Claro que vuelvo a lo mismo, vaya banda que lleva el cabronazo.
Por supuesto Dylan en ningún momento se dirigió a la plebe. El tipo se sube al escenario se casca veinte canciones arropado por cuatro musicazos a los que ni presenta y se va por donde ha venido. No se somete a los protocolos habituales. No permite fotos y quiere que si el recinto no se llena todo el mundo vaya para abajo para que no se vean los huecos. El tío tiene casi 78 años y vete tu a saber por qué razón pero todavía le pica lo suficiente como para subirse a los escenarios. Lo cierto es que me sorprendió para bien. Aunque tal vez como he escrito al principio de este texto todo se reduce a las expectativas. En cualquier caso aquí estoy escribiendo este cochambroso texto mientras escucho Most Of The Time de Oh Mercy uno de mis favoritos de este alicate.