Hace un par de años mi compañeros de trabajo me regalaron The Black Crowes. Del Nido a las raíces un libro sobre la banda de Atlanta escrito por Marc Guitart. Por increíble que parezca apenas hay nada publicado sobre los Cuervos ni en castellano ni siquiera en ingles. Inconcebible. Mis expectativas sobre el volumen en cuestión eran muy altas y lo devoré en apenas dos días. Me decepcionó un poco porque me esperaba la típica biografía cargada de entrevistas realizadas por el autor tanto con los interesados como con los músicos, productores y demás personal que una u otra vez haya colaborado con la banda. Así que el problema fue mio por lo antes escrito: expectativas irreales.
Estos días en plena vorágine cuervil de nuevo (y van....) lo he releído y disfrutado mucho más. De hecho para alguien que haya descubierto a los Cuervos recientemente o que no haya seguido su trayectoria de cabo a rabo es un volumen perfecto para introducirse en la historia de la banda. El autor como se indica en la bibliografía recopila información de revistas como Popular 1, Ruta 66, Guitar Player, This is Rock o Rolling Stone donde las andanzas de los hermanos Robinson fueron seguidas con mucho interés. De hecho para un asiduo lector como el menda de Popular 1 durante los noventa los Cuervos estaban presentes un número si al siguiente también. Bastantes portadas, jugosas entrevistas. Siempre dando juego.
En este libro Marc Guitart además de recopilar toda esa información deja su sello personal en el comentario de cada disco o con el testimonio directo de cuando tuvo la fortuna de verles dos noches en la gira Say Goodnight to the Bad Guys en 2010 en el Best Buy Theatre de Nueva York. Suertudo el muchacho que pudo presenciar a los Cuervos en un estado de forma apoteósico y como es sana costumbre en ellos cambiando el setlist prácticamente de arriba a abajo de una noche a otra. Cuenta la experiencia de forma emocionante, contagiosa, algo que es de agradecer, lejos del academicismo imperante en ciertas revistas y libros.
En aquella gira (de la que recuerdo que en su momento leí innumerables reviews) The Black Crowes realizaban un set acústico de hora y media y otro eléctrico de la misma duración. Era la época en la que editaron el fenomenal Croweology con Luther en la banda. Y su estado de forma era espectacular. Tuve la suerte de verles dos veces con Luther pero por estos lares al tocar en festivales los setlist eran más convencionales. No me quejo. Para nada. Pero hubiese cambiado esos dos conciertos por una noche de las que presenció el autor. Puestos a pedir. Ja. ja.
Y voy a terminar mencionando y alabando como no puede ser de otra forma a Luther Dickinson, guitarrista por el que siento predilección. Aunque mis dos discos favoritos de los Cuervos son The Southern Harmony & Musical Companion y Amorica (ambos con Marc Ford a la guitarra solista) el paso de Luther por The Black Crowes fue una auténtica bendición. Como guitarrista me gusta incluso más que Ford (y mira que éste es bueno, el cabrón) pero Dickinson me resulta incluso más versátil. Puede con todo.
En el libro de Guitart se recogen unas declaraciones del teclista Adam MacDougall donde se deshace en elogios al bueno de Luther: Es sin duda el epítome del caballero sureño. Nada le molesta, nunca está estresado. Siempre está alegre y siempre toca bien, incluso cuando no sabe lo que está haciendo. Continúa Guitart relatando que el teclista ponía el acento en la energía positiva que se había generado con Luther en la banda. Y terminaba diciendo MacDougall: Me gustaría decir que algo de eso es gracias a mí pero realmente pienso que es a causa de Luther. Todos ellos realmente lo respetan por como toca, por las vibraciones que aporta, por su actitud... ha hecho a todo el mundo feliz. Todo esto aparece en el libro The Black Crowes. Del Nido a las raíces un libro de Marc Guitart, concretamente en la página 225.
Además de sacarle más jugo a este libro y escuchar compulsivamente a los Cuervos investigo en el tubo y encuentro que Luther después de dejar la banda ha aparecido en conciertos en solitario tanto de Chris como de Rich, señal inequívoca de que ambos siguen respetando y admirando su trabajo. Y es que sin duda lo voy a volver a escribir el paso de Luther por The Black Crowes fue una auténtica bendición, una puta fortuna.