domingo, 3 de diciembre de 2017

William Bell. This is where I live

El pasado julio tuve la suerte de ver en directo a William Bell en el Festival de Blues de Getxo. Uno de esos conciertos inesperados que te alegran la noche de verano en cuestión. Bell además de recurrir a sus clásicos grabados en el sello Stax en los sesenta presentó sin complejos su último disco, This is Where I live que este mismo año ganó el grammy al mejor álbum de americana. De la mano del productor John Leventhal (Joan Osborne, Rosanne Cash) William Bell se sacó de la manga un disco muy bueno, sorprendente para las alturas a la que estamos de un tipo de 77 años.

La asociación con Leventhal le ha funcionado de tal manera que según confesaba en una entrevista a Ruta 66 hace unos meses ya preparan el segundo. Lo cierto es que el listón lo han puesto alto. En This is Where I live todas las canciones vienen firmadas por Bell y Leventhal excepto dos versiones del propio Leventhal y Rosanne Cash y de Jesse Winchester. Bell se encarga de las letras, reflexivas, echando la mirada atrás pero sin falsa nostalgia. El autor nos cuenta de dónde viene y lo que ha hecho en su carrera. Y lo visten con una música perfecta, que se ajusta al tono del álbum. 

Una de las características esenciales de William Bell es la elegancia. Tal vez su faceta más conocida sea la de compositor para el sello Stax pero lo cierto es que Bell es un intérprete de altura; canta con mucho gusto, sin estridencias, ajustando su tono a lo que pide cada canción. Aquí hay unas cuantas muy buenas. Al menos media docena me lo parecen. De hecho no palidecen al lado de sus éxitos. Y se mueve con igual acierto en los tiempos más suaves como cuando le imprime un poco más de marcha.



Entre mis favoritas de este reivindicable disco están la que lo abre The Three of Me, desde la frase inicial: Last night I had a dream and there were three of me...Una canción exquisita, cocinada a fuego lento, con la guitarra de Leventhal sonando clara y meridiana acompañada de forma elegante por la sección de viento, una característica primordial de todo el álbum. Así es también en The House Always win, más pausada pero igual de certera y en Poison in the well, marchosa y contagiosa.

William Bell recupera para este disco una nueva grabación de la mítica Born under a bad sign compuesta junto a Booker T Jones en un arreglo diferente y como he escrito se casca algunos temas tan potentes e icónicos como el que da titulo al disco: This is where I Live con una de esas letras que se te quedan a la primera. La historia de su vida cantada de forma convincente y emotiva. Una de esas que la puedo escuchar en bucle. Y aquí hay unas cuantas más.

La trilogía que cierra el álbum es un perfecto ejemplo de los valores que atesora este disco, un triunfo absoluto: All The things you can´t remember con esos coros de falsetes elegantes, Mississsippi Arkansas Bridge directa al cátalogo de clásicos de este tipo, un tema que me volvió loco en Getxo y una despedida acorde a un disco de este pelaje con People want to go home. E insisto estos tres temas y alguno más los pones si o si en el recopilatorio de rigor de la carrera de este hombre. Soul elegante facturado con gusto exquisito.



I was born in Memphis
In a different world
Now that time has come and gone
I was just a little boy
When I heard Sam Cooke singing
A change is gonna come

It touched my soul
And let me know
There’s a promise of a brand new day
Then I left my home
Started out on my own

This is where I live
This is where I live
This is where I give
All of my love, all my time, all my money, every dime
This is where I live

I was just sixteen when I hit New York
Singing in a big old band
I couldn’t believe the things I saw and heard
But it sure enough made me a man
In a hotel room I wrote me a song
And it took me all around the world
And now I spend all my time playing music making rhymes

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