miércoles, 22 de julio de 2015

Jim Lauderdale. Patchwork River

La mayoría de los discos que he comprado en los últimos años los he escuchado primero larga y concienzudamente en su versión para el mp3. Vamos que me los han bajado. Una vez familiarizado con el mismo y cuando me gusta mucho si lo encuentro a un buen precio (asunto sencillo hoy en día con Internet) si puedo lo compro. Suelo fijarme en si traen un buen artwork, las letras y esos detalles en los que todavía nos fijamos muchos….

Patchwork River de Jim Lauderdale no lo tenía en mp3. De Jim sabía como en el caso de Buddy Miller que es un respetadísimo músico afincado en Nashville y que ha compuesto muchas canciones que han sido éxito en la voz de otros. Un currela de la música casi siempre alejado de los grandes focos. Un outsider con toneladas de clase. Lo compruebo escuchando a menudo Patchwork River. Desde que me llegó al buzón de casa. Lo pedí habiendo tan solo escuchado el disco que publicó junto a Buddy Miller y ha sido más que un acierto. Una revelación. Quiero sumergirme en la carrera de este tipo como he hecho en la de Buddy Miller y seguir descubriendo estupendas canciones. Temas sencillos que son un tratado de cómo se deben hacer las cosas.

Y escribo esto a pesar de que en el disco hay tres temas con los que no conecto, no les pillo el punto pero, qué es eso en un álbum de 13 canciones si con las otras diez vuelas bien a gusto. El sexteto inicial es perfecto. Abre el disco la canción que le da título Patchwork River. Y ahí me encuentro con la contundente voz de Jim Lauderdale que parece que canta cabreado. Bienvenido al Club. Jawbone sigue en esa onda. La música suena poderosa, musculosa. Se rodea de los mejores. Desfilan por el disco tipos del talento de James Burton, Garry Tallent, Chad Cromwell, Byron House y la inestimable colaboración de Regina y Anne McCray en las armonías vocales del tercer tema, la exquisita Good Together.


Siguen la senda inspirada Alligator Alley, una de las primeras que se me quedo grabada a fuego. Lauderdale canta de traca y la guitarra eléctrica de Doug Lancio suena espectacular. No tengo palabras para la siguiente: Louisvielle Roll. Curioso contraste con la anterior en la que Jim cantaba con contundencia aquí se adecua a una excelsa canción de country soul con las fantásticas armonías vocales de Patti Griffin. Completa el imbatible sexteto inicial Tall Eyes en la que Lauderdale canta con toda la sutileza del mundo. Ya con esto voy más que servido. Canciones tan buenas no deberían pasar desapercibidas. Con razón decía Buddy Miller que cuando se atasca en la composición llama a este sujeto.

En la portada del disco se indica Songs by Robert Hunter and Jim Lauderdale, de modo que habrá que atribuir parte del mérito al Grateful Dead. El terceto final se abre con la delicada Between your heart and mine de nuevo con Patti Griffin y se cierra con Winnona y My lips are saled, ambas a toda mecha, dos canciones apoteósicas que dejan un regusto exultante. Una forma inmejorable de cerrar un disco al que sacar mucho partido. Como he mencionado antes por el álbum desfilan músicos curtidos en mil batallas que son una garantía de calidad pero aquí la clave es el magnífico repertorio que les brindan Jim Lauderdale y Robert Hunter.

Supongo que a estas alturas de la vida tengo que reconocer que me gusta el country. Al menos el que ejecuta Jim no es que me guste, me vuelve loco. Lo aborda desde la tradición pero tiene su sello. Lo más importante es que es un excelente compositor y además un muy buen cantante. Su voz encaja en los parámetros del género pero tiene ese plus extra que me gusta como en el caso de Steve Earle o Buddy Miller. En ocasiones parece que canta cabreado (y eso me encanta) y en otras es capaz de acoplar su voz a la de una cantante femenina con brillantes resultados. A seguir indagando en la discografía de este hombre....

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