Hace diez
años Martin Scorsese se embarcó en
un interesante y ambicioso proyecto sobre una de sus pasiones: el blues. Scorsese además de ser uno de los
mejores directores de su generación es un melómano empedernido y un profundo
conocedor del rock´n roll y aledaños. Se puede comprobar escuchando las
canciones que elije para sus películas y por su implicación en diversos
documentales sobre músicos: Bob Dylan,
George Harrison o The Rolling Stones. Parece que ahora
anda metido en un biopic sobre Frank
Sinatra, ni más ni menos.
La serie
titulada Martin Scorsese presenta The Blues está compuesta por siete
documentales dirigidos por Win Wenders,
Clint Eastwood, Marc Levin, Charles
Burnett, Richard Pearce, Mike Figgis y el propio Martin Scorsese. El pack me lo pillé en
la FNAC hace unos meses por un precio ridículo y la inversión ha merecido la
pena. Como suele ser habitual aprovecho estas vacaciones para visionar
abundante material audiovisual. Ayer vi el dirigido por Mike Figgis, Rojo, Blanco y Blues que se centra
en la influencia que tuvieron los bluesman norteamericanos en una entusiasta
generación de músicos ingleses como John
Mayall, Van Morrison, Eric Clapton, Georgie Fame o Steve Winwood.
El
documental comienza con una potente actuación de Tom Jones y Jeff Beck en
los estudios Abbey Road seguida de otra de Van
Morrison y luego se ven más de algunos otros músicos que no conozco intercaladas
con los testimonios de los protagonistas. Todos tienen interesantes opiniones
que transmitir y entre las mejores intervenciones están las de Tom Jones que además de confesar su
pasión por el género cuenta cachondas anécdotas como esa de un productor
intentando ligárselo.
Otro de
los momentos más divertidos y desconcertantes es cuando se menciona la
influencia de Lonnie Donnegan rey
del skiffle en todo este tinglando. Todos sus compatriotas lo alaban y lo ponen
por las nubes y de repente aparece un testimonio de Ramblin Jack Elliott diciendo que el skiffle era una mierda y que
los que lo tocaban eran unos borregos. El aludido Donnegan pasa por el embolado
con elegancia. Por su puesto el documental se hace eco de las andanzas de los Stones y los Beatles porque en aquellos años en Inglaterra ambos combos fueron
los más populares y bebían del blues como tantos otros.
Al final
del documental aparece un emotivo testimonio de B.B King poniendo por las nubes a todos esos músicos británicos que
contribuyeron a expandir la cultura del blues y que posibilitaron que los
bluesman norteamericanos como el propio King,
Muddy Waters o Willie Dixon y tantos otros tuviesen una segunda oportunidad para
encontrar el éxito que durante tantos años les había sido esquivo.