Los que nos enganchamos al basket a finales de los ochenta y principios de los noventa tenemos un referente claro en Michael Jordan. Es más, a diferencia de lo que sucede en otros deportes donde casi nadie se pone de acuerdo en establecer quién es el mejor de la disciplina en cuestión, en el baloncesto hay unanimidad en considerar a MJ como el mejor jugador de todos los tiempos. Sería un debate largo en el que no quiero entrar. Ha habido grandísimos jugadores a lo largo de la historia. Desde los pioneros Bill Rusell o Pete Maravich pasando por los que contribuyeron a agrandar la liga en los ochenta: Magic Johnson, Larry Bird o Charles Barkley. La lista es interminable.
Lo que me hace escribir estas líneas es el especial que la revista oficial de la NBA ha publicado sobre los Chicago Bulls del periodo 1991-98. Una época en que el equipo de la ciudad del viento rozó la perfección de la mano de un MJ muy bien rodeado por jugadores de nivel (Pippen, Kukoc, Kerr, Paxson, H.Grant o Ron Harper). Y es que conviene no olvidar que por muy grande que sea un jugador nadie puede ganar un título si no dispone de compañeros capaces a su lado. El baloncesto es un juego de equipo. Es una perogrullada, pero cierta a mas no poder. Y basta el ejemplo del propio Jordan en los Chicago previos a la gloria para percatarse de ello.
Esta revista especial está currada y en ella encontramos las firmas de entre otros Antonio Vazquez, Antoni Daimiel, Jorge Sierra o Gonzalo Vazquez que escriben con su habitual pasión y certeza sobre un equipo que deparó grandes momentos a sus seguidores y a todos aquellos a los que les gusta el baloncesto. Y para redondear el asunto la revista viene acompañada de un documental con título rockero: Learning to fly que repasa la temporada 1990-91 de los Chicago Bulls, el comienzo de la leyenda. Además suena el tema de Petty. Faltaría más.
Yo me enganché a la NBA a finales de los 90 gracias a los Knicks y a Pat Ewing. Más que aborrecer a Jordan (que es un grande) estoy cansadísimos de los periodistas que están con el "nuevo Jordan por aquí y por allá" siempre en la boca. Fue gigantesco, pero com bien dices, siempre contó con jugadorazos en los Bulls que no siempre han sido reconocidos o tenidos en cuenta a la hora de hablar de los anillos de MJ.
ResponderEliminar¡Saludos y a ver si se arregla lo del cierre patronal porque otra minitemporada sería una tristeza!
si hablamos de basket, jordan es dios, y punto, todavia hoy en dia de vez en cuando ves imagenes de jordan y piensas que eso no puede ser verdad, pero asi fue, y asi se lo contare al que quiera oirlo jejeje
ResponderEliminarrock on
Yo soy de los Lakers y el showtime. Magic, Scoot, Worthy, A.C, Kareem, Cooper, Thomson, etc....y Riley en el banquillo.
ResponderEliminarEs con el equipo que crecí y mas me he disfrutado (Dream Team y Ñba aparte). Y no hace falta que diga que Magic fué mi idolo. El mejor jugador de equipo de todos los tiempos.
Solo Jordan, a nivel individual, está por encima. Los Bulls eran imbatibles. Nadie les hizo sombra salvo cuando el 23 decidió retirarse dos años.
Víctor Hugo: Je,je, cierto la coletilla sobre el nuevo Jordan ha sido el leit motiv de la liga desde que se retiro MJ. Es inevitable. A mi Pat Ewing jamás me enganchó pero esta claro que es otro de los grandes de la liga. Y si, Jordan a partir del 90 empezó a estar mejor rodeado y el resultado es inapelable: seis anillos que fácilmente hubiesen podido ser ocho si no hubiese estado dos años apartado. A ver si se soluciona lo del cierre porque para mi la NBA sigue siendo la mejor liga del mundo con diferencia.
ResponderEliminarAnder: En el documental salen unas cuantas canastas de MJ que como tu dices piensas que eso no puede ser verdad
Mansion On The Hill: Con los Lakers había diversion asegurada pero cuando se toparon con los Bulls en el 91 éstos los fulminaron en un pis pas. Discrepo en lo de que Magic fue el mejor jugador de equipo de todos los tiempos, fue uno de los mejores pero la lista es grande y hay unos cuantos jugadores a su altura en mi opinión, empezando por su gran rival Larry Bird. Y de Jordan creo que supo evolucionar. Se convirtió en el mejor a base de darse castañazos a mediados de los ochenta y supo ser listo y añadir eso a un físico imbatible.
Sex, love and rock´n soul para todos.
No sé si llegaré a hacerme con la revista, el baloncesto es para mí algo ya muy lejano, pero como muchos otros me enganché a la NBA a finales de los 80, y viví el comienzo de aquella etapa de gloria. ¡Hasta que el plus se lo llevó!
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