Nadie esperaba una final entre Francia y España y mucho menos un desenlace como el que se produjo con la selección de Scariolo dándole un auténtico meneo a los de Collet. Un baile táctico en toda regla. Una maravillosa reivindicación del baloncesto de equipo, con todos los jugadores que salieron por España sumando acciones positivas frente a un combinado galo a remolque de dos de sus estrellas; los sobrevaloradísimos Fournier y Gobert. En ese sentido el Eurobasket ha supuesto la reivindicación de una especie de clase de media, jugadores no muy conocidos por el gran público (si por los cuatro frikis que seguimos este juego a destajo) que han demostrado ser tan brillantes y más efectivos que las estrellas rutilantes que se han quedado en el camino (Jokic en octavos y Anteto y Doncic en cuartos).
Muchos partidos se me han quedado grabados a fuego de este campeonato. En la primera fase todos los encuentros del grupo B, delicias como la victoria de Bosnia frente a Eslovenia o la de Alemania frente a Lituania en la prórroga. Los cruces tanto de octavos como de cuartos fueron casi todos muy igualados y la semifinal entre Alemania y España, un partidazo, de hecho mejor que la final. En cuanto a nombres de jugadores, lo que he señalado antes eclosión o darse a conocer de muchos deportistas tapados y que tienen unas cualidades enormes para jugar a este deporte como Grigonis, Lekavicius, Obst, Spissu, Brizuela, Thiemann, Sokolowski...
En total desacuerdo con el quinteto dado por la Fiba compuesto por Lorenzo Brown, Dennis Schroder, Antetokounmpo, Willy Hernangómez y Rudy Gobert. Ahí van los míos, dos quintetos que molan mucho más. Dónde va a parar.
Primer quinteto: Alberto Díaz - Mateusz Ponitka - Franz Wagner - Lauri Markkannen - Willy Hernángomez.
Segundo quinteto: Marco Spissu - Lorenzo Brown - Juancho Hernángomez - Jan Veseley- Daniel Theis