lunes, 4 de enero de 2021

The Steepwater Band. Grace And Melody

En breve trataré de juntar unas líneas sobre Turn Of The Wheel el último disco de Steepwater Band que me tiene loco pero hoy recupero 
Grace And Melody que adquirí tras presenciar la poderosa descarga que se acababa de cascar en el Kafe Antzoki el por entonces trío de Chicago. El álbum venía producido por Marc Ford que además añadía algunas guitarras al asunto. Esta rodaja supuso un viraje alejándose un tanto del blues rock clásico que destilaban hasta entonces. La clase de disco que de haber sido grabado en décadas pretéritas más apropiadas para el rock´n roll tal vez hubiese tenido más suerte. Es un pensamiento que me viene a menudo con trabajos discográficos como este, Electric Blue Watermelon de North Mississippi Allstars, Black Cotton Limited de Soul JacketCarolina Confessions de Marcus King Band o Magnificent Fiend de Howlin Rain. Y hay más ejemplos, seguro. 

En Grace And Melody además de la poderosa veta blues rock presente en la discografía de los de Chicago se añade un inequívoco regusto melódico que le otorga un plus a muchos de los temas aquí contenidos. Incluso hay alguno que no desentonaría en un álbum de los Beatles como ese magnífico One Way Ride que finaliza con un curioso punteo en plan guitarra flamenca. El poder melódico es aplicable a casi todos los temas sin que éstos pierdan un ápice de su fuerza. Otro ejemplo fantástico es Healer un tema que se te clava sin remedio desde la primera nota. Y en esa onda de canción redonda de esas que tiene todo en su sitio y que les lleva más allá de lo que hasta ese momento habían hecho también están All The Way To Nowhere, Lord Knows o la que da título al álbum.


El álbum se abre con brío, con un riff poderoso y un estribillo resultón que se te incrustan a la primera. At the Fall of the day se me antoja una canción ideal para abrir un concierto de estos tipos en un garito tipo Antzoki. En esas distancias cortas es donde dan lo mejor de si estos sujetos si es que a Marc Ford no les da por boicotearles el bolo ja ja. All the Way to Nowhere es otra canción donde prevalece el componente melódico y es que es en este trabajo donde Stepwater Band pasaron de ser (por lo menos en mi casa) una banda más de regusto setentero a otra provista de temas mayúsculos. El antes mencionado no está solo porque a día de hoy sigo sucumbiendo a los más de trece minutos bien invertidos de Waiting To Be Offended. Una canción redonda, cargada de matices con vital importancia para el piano algo que se va a repetir en buena parte del disco y que es un compendio de las benditas habilidades de las que hace gala este combo de Chicago. Igual de buena y excepcional es World Keep Moving On que se va hasta los más de siete minutos sin que sobre nada y cierra el álbum de forma inmejorable.

Una de las claves para entender la mejora de Steepwater Band en este álbum es la elección de Marc Ford como productor. Además de acertar en esa tarea Marc toca la guitarra rítmica en todo el disco se trae consigo a Mike Malone al piano (fundamental en todo el disco) y enfoca perfectamente a Jeff Massey (guitarra y voz) Tod Bowers (bajo) y Joe Winters (batería) hacia las canciones logrando que los tres firmen las mejores canciones de su repertorio hasta entonces. Pero afortunadamente la historia del la banda no termina aquí y casi una década después entregarían Shake Your Faith otra fantástica rodaja y alcanzarían la gloria eterna con Turn Of The Wheel. Pero esa es otra historia.