Ya tenía ganas de ver a Los Deltonos en un escenario acorde a su categoría. Y no se me ocurre mejor lugar que el Kafe Antzokia de Bilbao. La sala bilbaína recibió como se merecen a los de Muriedas. Una muy buena entrada, rozando el lleno en la parte de abajo. Y Hendrik y cía respondieron a las mil maravillas con su habitual pericia y dando un plus. Casi dos horas disfrutando de un repertorio que dada la trayectoria de esta banda te sabe a poco si o si.
A eso de las 22 horas y tras la ya habitual introducción con la música de Lo que el viento se llevó tronando salieron al escenario del Antzokia Hendrik Röver (guitarra y voz), Fernando Macaya (guitarra y coros), Pablo Z (bajo) y Javi Arias (batería). Y lo hicieron con chispa, las guitarras de Macaya y Hendrik compenetradas a más no poder en ese pelotazo titulado Gasolina perteneciente a GT. Si me piden que elija un tema de su repertorio para abrir un concierto ese estaría en mi lista fijo. Me encanta esa canción y la ejecutaron con chispa una constante en todo el bolo. De hecho la tacada inicial fue impoluta, a Gasolina le siguió Taquicardia, Qué podríamos hacer y Elvis. Cuatro clásicos.
A continuación Hendrik nos hizo saber que presentaban nuevo disco. Y los primeros temas que cayeron de Fuego fueron Cazador, Vergüenza y Águila. Ni Cazador ni Vergüenza son mis favoritas de su último disco pero me gustaron más en directo que en estudio. Ambas poderosas. Después en el primer bis cayó Doctor mi predilecta de su último álbum un poco acortada respecto a la versión en estudio con ese piano tan chulo que se casca Mikel Azpiroz . Otra del último disco que para mí tiene visos de futurible clásico es Correcto.
La parte final fue apoteósica Salud!, Oscuridad, Listo, Mirar atrás, Repartiendo, la mencionada Doctor y Brindemos que no puede faltar. Una constante en todo el bolo fue el poderío de las guitarras de Hendrik y Macaya. Supongo que estos tipos pueden tocar con los ojos cerrados. Su compenetración es excelsa. Otro de mis momentos favoritos llegó con Colisión una de las canciones más largas de su repertorio y en el que suenan más atómicos que nunca.
Para que los guitarristas luzcan como lo hacen Hendrik y Macaya se necesita tipos constantes y aplicados como Pablo Z y Javi Arias. Este último me parece uno de esos baterías colosos capaces de acoplarse a cualquier canción. En el directo predomina el poderío y la contundencia. El desenfreno total llegó con la mítica Soy un Hombre Enfermo y Hard Luck Blues. Y ahora voy con una de las habituales frases de este cochambroso blog: Podrían haber tocado otras veinte canciones distintas y habría salido de allí con la misma sonrisa. O haber tocado entero Salud! o Buenos Tiempos, Los Deltonos o incluso Solido. Y no es un farol.