Leo con placer y envidia para que nos vamos a engañar reseñas de los conciertos que en fechas recientes han ofrecido cerca de estos lares Steve Earle y Little Steven. Mi outlaw favorito lo ha hecho en el marco del Huercasa Country Festival en Riaza y Little Steven en las Noches del Botánico en Madrid. A ambas citas me hubiese encantado acudir. Pero es complicado cuadrar fechas, logística y demás. Espero que haya más oportunidades de ver a estos colosos.
En el caso de Earle he tenido la fortuna de verle tres veces y por lo que leo en la crónica de Manel Celeiro y Edu Izquierdo en el Ruta 66 el tipo sigue igual que siempre, cabreado con el mundo, especialmente con el técnico de sonido y derrochando mala hostia. Puede que Steve haya perdido algo de fuerza pero su carácter indomable sigue ahí y la ristra de clásicos que lleva a sus espaldas es de traca. En mi casa sigue siendo grande. Además los actuales The Dukes suenan perfectos.
Y qué puedo escribir de Little Steven. A este no he tenido la suerte de verle y ya me jode que se me haya escapado en un año un par de veces porque lo que el bueno de Steven Van Zant ofrece esta hecho a mi medida: sudorosas celebraciones de rock´n and soul con todos los ingredientes básicos que me chiflan, guitarras, piano, coristas y potente sección de viento. Y con el aliciente de poder escuchar en directo los temas de su adictivo Soulfire. Además leo una entusiasta reseña de Luis Lapuente con una guinda apoteósica ya que subió a compartir escenario con la banda nada más y nada menos que Michael Monroe que se cascó una contundente versión de Dead Jail or RnR. Por la gloria de Solomon Burke, la hostia bendita....