Uno de los signos inequívocos de que un concierto me ha volado la cabeza es que me paso los siguientes días sumergido en la música del grupo o artista en cuestión. Llevo en bucle dándole duro a la sugerente carrera de Chris Robinson, flipando con el portentoso nivel de Big Moon Ritual, machacando una y otra vez su último disco y volviendo a su luminoso inicio en solitario: The New Earht Mud y This Magnificent Distance. Es más, podría haber hecho un repertorio muy diferente y la hubiese gozado igual, tal es el nivel de su discografía.
Comienzo por lo único que no me gustó. Una pausa en medio del concierto corta el rollo bastante, hubiese preferido todo seguido pero terminó siendo algo anecdótico dado el nivel del bolo. Excepto en un par de temas escuché a Chris muy bien de voz, tarea en la que por cierto le ayudó con mucho estilo Neal Casal. Robinson es un tipo listo y sabe que tanto Neal Casal como Adam MacDougall (irreconocible para mi) son vitales en el sonido de la banda y de hecho la mayoría de los temas pivotan sobre su pericia instrumental. Casal estuvo perfecto, un fino estilista sin aspavientos ni momentos pajilleros, dándole a la canción lo que necesitaba y los desarrollos a los diversos teclados y piano de MacDougall creaban una atmósfera única. Hubo de todo, pasajes cósmicos, trazas de blues rock, momentos en los que deberían haber bajado las típicas bolas luminosas de discoteca...
Fiel a su espíritu aventurero Chris Robinson introdujo varias versiones entre su ya extenso catalogo de canciones. Y reconozco ignorante de mi que algunas no conocía pero sonaron supremas como ese comienzo sugerente, cocido a fuego lento con I´m ready a la que siguió la imbatible Rosalee, una que esperaba con muchas ganas. En la primera parte del concierto tan sólo cayó de su último disco High is not the top, una de mis favoritas y se cerró con una fulminante Hello L.A según me informo versión de Delaney Bramlett.
La segunda parte comenzó con Good To Know de su último álbum del que también interpretó If you had a heart to break y Behold the seer. Por mi lo podría haber tocado enterito. Pero no me quejo porque también se acordó de Shore Power y de una festiva I ain´t hidin de los Cuervos de la que en su día renegué pero que a estas alturas de la vida saca la locaza que habita en mí. Bien por Chris, me gusta su estilo, esa sonrisa hippy, las alfombras, el incienso... Quiero repetir. Vuelve cuando quieras salao.