He tenido la fortuna de ver a The Black Crowes cuatro veces en mi vida. La primera fue en el Pabellón Anaitasuna de Pamplona presentando Three Snakes and One Charm. Un bolo que lo recuerdo raro con Marc Ford pasado de vueltas, fumando chuflos como un cosaco, con Rich en la otra esquina mirándole con cara de malas pulgas y Chris bailando con sus pies descalzos por la consabida alfombra. Miro el setlist que se cascaron y no doy crédito. Es apabullante pero fue una velada extraña y no la recuerdo como mi mejor concierto de los Cuervos. Disfruté, pero si soy sincero me lo pasé mejor la segunda vez cuando tocaron en el Festimad. Era la época de By your side, Marc Ford ya no estaba en la banda, le sustituía Audley Freed pero el ambiente entre ellos parecía ser mejor y dieron un concierto festivo y brillante. Incluso parecía que querían reinar en los charts otra vez con música más directa.
Tuve que esperar diez años para la tercera vez y ahí me colmaron de dicha. Fue en el Festival Azkena de 2009. Hoy enredando he comprobado que el concierto está colgado entero en YouTube. Y me lo he vuelo a calzar. Nada es comparable a vivirlo en directo en buena compañía. Pero ahí queda este documento imperecedero de una banda en plena forma con el gran Luther Dickinson a la guitarra. Compruebo de nuevo que mi entusiasmo de aquel día tenía una base más que sólida. Delicioso concierto. Dos años después les volví a ver en el BBK Live, otro apabullante concierto con Rich y Luther compenetrados a las mil maravillas. Quién sabe si se reunirán de nuevo o el tema esté ya tan chungo que sea imposible. Pero que nos quiten lo bailao.