La salida de Mick Taylor de los Stones a finales de 1974 no cogió por sorpresa a Mick y Keith. Durante la grabación del último disco en que participó Taylor, It´s only rock´n roll, Richards puteo bastante al guitarrista criado en el blues y parecía estar allanando el terreno para la entrada en la banda de Ron Wood. La renuncia de Mick Taylor no le privó del despreció de los capos Jagger y Richards. Nadie podía osar a dejar a los Stones ni en aquella, ni en ninguna época. Wyman también se llevó su ración de varapalos veinte años después. La contribución de Mick Taylor en la carrera stoniana es mucho más que apreciable. Con él grabaron sus mejores discos.
Editado en 1974, It´s only rock´n roll es otro buen disco de los Stones, no tan brillante como el cuarteto invencible: Beggars Banquet, Let It Bleed, Sticky Fingers y Exile On Main Street pero con unas cuantas tonadas dignas de figurar entre lo mejor de estos chicos. A mi me gusta especialmente ese toque negroide y soulero que acentuarían todavía más en Black And Blue. Como muestra una trotera versión de Ain´t too proud to beg, original del imbatible equipo compositivo Norman Whitfield & Eddie Holland.
Antes de Ain´t too proud to beg, los Stones abren con If you can´t rock me una de esas canciones que Mick y Keith podrían componer con solo mirarse nada más entrar al local de ensayo. La típica pieza stoniana con su toque urgente y su desarrollo guarrete. En esa onda efectiva está el corte tres que da título al disco. En mi opinión un tema un poco lastrado por su excesiva duración para lo que propone. Le sobra minutaje.
Lo mejor viene después. En los tres siguientes temas destaca la presencia del gran Nicky Hopkins al piano, un tipo al que reivindicar una y otra vez. Su toque siempre era perfecto. Till the next goodbye se abre con una deliciosa guitarra acústica y ahí entra Mick cantando de forma sublime. El piano de Nicky ronda con elegancia y para el estribillo se suma la peculiar e imprescindible voz de Keith. No me canso de escucharla. Una y otra vez. Y esconde múltiples matices.
Time waits for no one tiene una arranque que me volvió loco desde que me compré este disco en serie media allá por los noventa en pleno viaje stoniano. Es una de esas canciones diferentes. Tal vez sea por su toque psicodélico, quizá por su desarrollo in crescendo, por los peculiares coros de Richards... Una canción en mi top ten stoniano. Luxury es una canción vacilona, muy sencilla y machacona que tuvo criticas nefastas pero que tiene su punto. A mi siempre me gustó.
En la onda soul tanto If You really want to be my friend como Fingerprint File son dos canciones como muy buen feeling, no tan redondas como Till the next goodbye y Time waits for no one. En la primera el falsete de Jagger se luce en varias ocasiones y la segunda es un tema inclasificable que al principio no me engancho nada de nada pero que hoy en día escucho muy a gusto. En ambas vuelve a ser fundamental la contribución al piano de Nicky Hopkins.
Antes de Ain´t too proud to beg, los Stones abren con If you can´t rock me una de esas canciones que Mick y Keith podrían componer con solo mirarse nada más entrar al local de ensayo. La típica pieza stoniana con su toque urgente y su desarrollo guarrete. En esa onda efectiva está el corte tres que da título al disco. En mi opinión un tema un poco lastrado por su excesiva duración para lo que propone. Le sobra minutaje.
Lo mejor viene después. En los tres siguientes temas destaca la presencia del gran Nicky Hopkins al piano, un tipo al que reivindicar una y otra vez. Su toque siempre era perfecto. Till the next goodbye se abre con una deliciosa guitarra acústica y ahí entra Mick cantando de forma sublime. El piano de Nicky ronda con elegancia y para el estribillo se suma la peculiar e imprescindible voz de Keith. No me canso de escucharla. Una y otra vez. Y esconde múltiples matices.
Time waits for no one tiene una arranque que me volvió loco desde que me compré este disco en serie media allá por los noventa en pleno viaje stoniano. Es una de esas canciones diferentes. Tal vez sea por su toque psicodélico, quizá por su desarrollo in crescendo, por los peculiares coros de Richards... Una canción en mi top ten stoniano. Luxury es una canción vacilona, muy sencilla y machacona que tuvo criticas nefastas pero que tiene su punto. A mi siempre me gustó.
En la onda soul tanto If You really want to be my friend como Fingerprint File son dos canciones como muy buen feeling, no tan redondas como Till the next goodbye y Time waits for no one. En la primera el falsete de Jagger se luce en varias ocasiones y la segunda es un tema inclasificable que al principio no me engancho nada de nada pero que hoy en día escucho muy a gusto. En ambas vuelve a ser fundamental la contribución al piano de Nicky Hopkins.