El otro día cuando fui a buscar a los canijos a la Escuela de Música coincidí con un amigo al que últimamente veo muy poco. Hace unos cuantos años solíamos a ir a muchos conciertos juntos e intercambiábamos abundante material prácticamente de forma semanal pero hoy en día nuestras vidas caminan por otros derroteros. Como siempre que nos vemos el tema musical copó buena parte de la conversación y Rober, el colega en cuestión me habló con su habitual pasión y sentenciosidad sobre Super Duver un documental sobre Alice Cooper. Me dijo que a la semana siguiente me haría una copia y así fue.
Ayer me lo ventilé y entendí el entusiasmo de mi amigo. Esto mismo me sucedió hará unos quince años cuando el mismo Rober me pasó Love it to Death, Killer, School´s Out, Billion Dollar Babies, Welcome to my Nightmare y Lace and Whisky y quede prendado con la música de Alice Cooper. Me encantó lo que escuché y además rompió por completo la imagen que tenía de Alice. Lo cierto es que lo primero que caté de Vincent Furnier fueron algunos discos de finales de los ochenta y principios de los noventa con una orientación heavy con la que apenas conecté. Pero todo ese material de los setenta... Canela en rama.
El documental Super Duver esta producido para la televisión canadiense y cubre la carrera de Alice Cooper más o menos hasta mediados de los ochenta haciendo especial hincapié en los discos que he nombrado antes. Los directores del invento, Sam Dunn, Reginald Harkema y Scott McFadyen tienen entre sus manos un material sabroso y lo ponen en pantalla de forma original. Optan por tirar de archivo fotográfico y mediante una imaginativa narracion visual logran que el documental avance como un tiro y sea muy entretenido. Es una forma sorprende de contar una historia, muy ágil y divertida. Hay testimonios de Iggy Pop, Elton John, Bob Erzin o Frank Zappa pero no vemos a ninguno en pantalla sino que esta todo montado a base de fotogramas, vídeos de archivo y animaciones. Muy curioso y chulo y magníficamente aderezado con las canciones míticas de Alice Cooper.
Casi todo el contenido del documental lo conocía porque he leído bastantes textos sobre Alice Cooper pero no por ello lo he dejado disfrutar. Todo lo contrario. La forma en la que está contado y volver a ver todo ese tinglado que montaban en directo, sus estrambóticos inicios bajo el auspicio de Frank Zappa, la rocambolesca relación con Salvador Dalí y el tremendo declive físico y psicológico que padeció el amigo Alice Cooper... En fin música y cine a veces van de la mano de forma maravillosa. Esta es una de ellas.