Aunque
llevo cinco años sin salir en Nochevieja incluso cuando salía a darlo todo, a
pesar de poder estar notablemente perjudicado o demás circunstancias adversas
jamás me he perdido una buena comida de Año Nuevo. La gula puede. Y el menda
sacaba fuerzas de dónde no había para degustar todos los platos por los que
habitualmente se me derrite el paladar. Y es que uno es un glotón y no lo puede
remediar. Se que todo esto de la Navidad no es más que un invento y que no deja
de ser una tradición perpetuada por mucha gente pero tengo la sensación de que cada
vez hay más gente que pasa de la Nochevieja y de todas las comilonas de estos
días pero yo a lo que no puedo renunciar eso a esto último. En fin que hoy para
no variar hoy me he puesto tibio. Como los romanos. Eso si, para cenar un
yougur. Que mañana seguro que me llegan otros cuantos anuncios de tu tripa
antes y después de un mes con este tratamiento tan fantástico que te ofrecemos.
Y aunque
no viene a cuento amenizo esta glotona reflexión con Think, un clásico de Aretha
Franklin interpretado en una de las películas más divertidas de la
historia.