martes, 31 de diciembre de 2013

Randy Newman. You´ve got a friend in me

Estaba esta mañana colocando películas infantiles en el trabajo en un pequeño espacio dedicado a golosinas de la factoría Pixar. El jefe me había dado unas indicaciones sobre poner en un lado títulos más antiguos y en el otro los más modernos dejando a mi criterio que lugar ocupaban los mismos. Y he reservado el lugar principal para la trilogía de Toy Story. La más grande de todos los tiempos. Mejor que la de El Padrino (la tercera de la saga de Coppola flojea mientras que la de la factoría Pixar es tan buena como la primera). Pero dejo para otra ocasión un completo post sobre Toy Story, sin duda se lo merece.

Mientras colocaba estas películas me he acordado de varios amigos a los que este año no he visto por estas fechas como suele ser habitual y he tenido presente a mi cuñado Emilio del que simplemente voy a escribir que es el puto amo. Con esta expresión tan de mi generación y habitualmente utilizada por mí doy por finalizadas las entradas de este año en el blog. En breve más pero no mejor porque eso es imposible. Así que dedicada a Emilio:



You've got a friend in me
You've got a friend in me
When the road looks rough ahead
And you're miles and miles
From your nice warm bed
Just remember what your old pal said
Boy, you've got a friend in me
You've got a friend in me 
You've got a friend in me
You've got a friend in me
You've got troubles, well I've got 'em too
There isn't anything I wouldn't do for you
We stick together and we see it through
You've got a friend in me
You've got a friend in me 

Some other folks might be
A little bit smarter than I am
Bigger and stronger too
Maybe
But none of them will ever love you the way I do 
It's me and you
And as the years go by
Boys, our friendship will never die
You're gonna see
It's our destiny
You've got a friend in me
You've got a friend in me
You've got a friend in me

domingo, 29 de diciembre de 2013

El asalto al apartamento equivocado

Un amigo me ha pedido hace unas semanas que le dejé una biografía de algún músico o actor que le proporcione entretenimiento y de fácil lectura. Se me ocurren unos cuantos libros que circulan por casa que encajan en esa definición pero el rey de todos ellos es sin duda ¡Olvídame cariño!, la biografía sobre Robert Mitchum escrita por Lee Server. Me la regalaron en las navidades de hace diez años. Primero se lo leyó Susana quién me vaticino que me iba a volar la cabeza como me gusta decir a mi. Y acertó de pleno. 

He escrito y hecho referencias a este libro varias veces pero siempre me parecerán pocas. Así que para no variar me vuelvo a repetir: este tocho es lo más grande que he leído en este género en mi vida e incluso trasciende el género. El título de este post esta sacado del mencionado libro y hace referencia a una de las anécdotas más desternillantes ocurridas en el mundo del espectáculo y tiene como protagonistas a algunos de mis actores favoritos: Robert Mitchum, Frank Sinatra, Lee Marvin junto a Joe DiMaggio y Marilyn Monroe.

Sucedió a mitad del rodaje de No serás un extraño reivindicable película dirigida por Stanley Kramer en 1955 y protagonizada por Mitchum, Sinatra, Lee Marvin, Broderick Crawford y Gloria Grahame entre otros. Sentados en un bar de Villa Capri, Robert Mitchum y el guionista Edward Anhalt le daban al bebercio como casi siempre, mientras esperaban la llegada de Sinatra, Marvin y algún otro miembro del reparto, todos miembros de honor del club Con-unas-copas-las-tomas-salen-mejor. Antes de que llegasen los mencionados Mitchum observó que entraba en el bar Joe DiMaggio que lucía un aspecto horrible. Mitchum no conocía a DiMaggio pero le sugirió a Anhalt que se acercasen a la estrella del béisbol a invitarle a una copa. Y así lo hicieron.

Poco después se les unieron Lee Marvin Sinatra. Éste conocía bastante bien a DiMaggio y le preguntó qué le sucedía. El célebre bateador le confesó que su mujer, Marilyn Monroe había desaparecido y que se escondía de él. Sinatra se reunió con el resto de actores en el servicio y les propuso ayudar a encontrar a Marilyn.  Él sabía donde estaba. Irían a hablar con ella y le convencerían de que volviese con DiMaggio.  Alguien comentó que tal vez no fuese tan fácil, que la actriz podría negarse a abrirles la puerta. De hecho era lo más probable. Todos estaban bastante pedo. De modo que Mitchum propuso ir a buscar al fornido Broderick Crawford, un pedazo de actor capaz de derribar una puerta. 


Siguiendo las indicaciones de Sinatra todos se montaron en sus respectivos coches y tambaleándose se dirigieron a lugar en el que supuestamente estaba Marilyn Monroe. Así a toda pastilla, montados en sus respectivos Jaguar XK 120 excepto Sinatra que más precavido iba en un auto con chofer. Los demás que ya estaban bastante pedo aceptaron y dieron por buena la dirección que les proporcionó La Voz. De modo que todos juntos, esto es Sinatra, DiMaggio, Lee Marvin, Robert Mitchum y Broderick Crawford se abalanzaron sobre el 3º A con todas sus fuerzas y entraron como un elefante en una cacharrería. En el interior en lugar de Marilyn se encontraba una viejecita que asustada comenzó a gritar. Todos abandonaron el apartamento apresuradamente.

Esta historia se publicó en 1956, un año después de que sucediese en las páginas de Confidential esa revista de cotilleos cinematográficos que sirvió para dar título a aquella maravillosa película LA Confidential. Durante cincuenta años esta historia fue pasto de revisitaciones y especulaciones de todo tipo pero en la biografía de Robert Mitchum, uno de los implicados en el incidente, Eddie Anhalt la cuenta con todo el detalle señalando: Supongo que, a estas alturas, a nadie le importará que lo cuente. Salvo yo, todos están muertos.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Frank Sinatra - Count Basie. It might as well be swing

En 1964, apenas un año después de grabar juntos Sinatra – Basie: An Historical Musical first de nuevo estos dos colosos de la música norteamericana aunaron esfuerzos para otro álbum tan bueno como el primero. Incluso me gusta más. Tal vez sea por el repertorio, tal vez  por los arreglos de Quincy Jones pero lo cierto es que en este caso segundas partes no sólo es que fueran buenas sino que como he mencionado incluso mejores.

A mediados de lo sesenta Reprise, el sello que había creado Sinatra estaba más que asentado y aunque artísticamente todo funcionaba a la perfección comercialmente la gloria en los charts era para otros. Aún así no podía quejarse. A esas alturas el amigo Frank tenía un status en el negocio que le podía permitir hacer lo que le diese la gana. Disfrutaba grabando la música que quería, disponía de especiales televisivos con un chasquido de dedos y tenía su propia productora cinemagográfica. De modo que si le apetecía volver a reunirse con Count Basie pues simplemente estaba hecho.

Nada podia salir mal con tamaño material. La voz de Sinatra y la orquesta de Basie al completo. Así se las ponían a Felipe II echando mano del viejuno refranero castizo. It might as well be swing va directo a la línea de flotación y contiene varios temas míticos en el repertorio de Sinatra. Empezar el día con Fly me to the moon es lo más grande y aconsejable para cualquier ser viviente. Eso es poderío y clase. La estrella de Sinatra volvía a brillar con Basie como en sus mejores tiempos en el sello Capitol. Otro de los temas que han quedado grabados a fuego en el imaginario colectivo es The best is yet to come.


Pero me he adelantado mucho. Ese es el corte ocho y los seis restantes más Fly me to the moon son deslumbrantes. I wish you love comienza suave con el acompañamiento de la sección de cuerda y coge vuelo enseguida. I believe in you entra a todo trapo con una aplastante interpretación de Sinatra. More es sencillamente alucinante. La puedo escuchar trescientas veces seguidas. Cómo me gusta ese inteludio musical en el medio y el final con Sinatra cantando eso de I know that I've never lived before and my heart is very sure, No one else could love you more, no one else could love you more.

El piano de Basie pone la alfombra roja para que en breves segundos la voz de Sinatra entre con suavidad en I can´t stop loving you. Otro de esos temas con un tempo maravilloso y repleto de sutileza. Hello Dolly! es un emotivo tributo a Louis Armstrong grabado a toda pastilla. I wanna be around aúna las dos vertientes de Sinatra con un inicio sugerente para finalizar de forma apoteósica. The best is yet to come era una de las favoritas del propio Sinatra y un ejemplo de lo que es cantar un tema con el mejor gusto del mundo. Y como casi nadie podía hacer. En fin que lo único del álbum flojo es esa horrorosa portada lástimosamente recortada porque la música que contiene es de lo mejor en la carrera de estos tipos. Y eso son palabras mayores.




miércoles, 18 de diciembre de 2013

Frank Sinatra. Get Happy


Forget your troubles and just get happy
You better chase all your cares away
Sing Hallelujah, come on, get happy
Get ready for the Judgment Day

The sun is shining, come on, get happy
The Lord is waiting to take your hand
Shout Hallelujah, come on, get happy
We're going to the promised land

We're heading 'cross the river
Wash your sins 'way in the tide
It's all so peaceful on the other side

Forget your troubles and just get happy
You better chase all your cares away
Shout Hallelujah, come on, get happy
Get ready for the Judgment Day

Forget your troubles and just get happy
You better chase all your cares away
Sing Hallelujah, come on, get happy
Get ready for the Judgment Day

That sun is shining, come on, get happy
The Lord is waiting to take you by the hand
Shout Hallelujah, come on, get happy
We're going to the promised land

We're heading 'cross the river
Wash your sins 'way in the tide
And it's all so nice and peaceful
When you get on the other side

Forget your troubles and just get happy
You better chase all your cares away
Shout Hallelujah, come on, get happy
Get ready for the Judgment Day

Forget your troubles, come on, get happy
Forget your troubles, come on, be happy
Forget your troubles, come on, stay happy
Happy, stay happy

miércoles, 11 de diciembre de 2013

The Soul of Ike & Tina Turner

Uno de los primeros recuerdos que tengo de Tina Turner es de mediados de los ochenta. Estando frente al televisor durante la comida en familia con mis padres y mi hermana en el Telediario de turno cerraban las noticias haciendose eco de una exitosa gira de en aquel entonces una casi cincuentona Tina Turner en pleno éxito comercial y llenando los auditorios. Una mujer de unas piernas llamativas, que se movía por el escenario con una soltura envidiable y que poseía una voz apoteósica. Todas esas cualidades eran resaltadas por el presentador de turno mientras mi padre corroboraba lo que el locutor decía. Sería el año 1988 y Tina Turner disfrutaba de un abrumador éxito. Era la clase de artista conocida por todo el mundo. La mujer estaba en lo más alto pero a esas alturas Tina Turner ya cumplía en el negocio casi treinta años.

Durante mucho tiempo ese fue mi conocimiento de esta mujer. Muchos años después trabajando en unos grandes almacenes cuyo nombre no mencionaré una compañera de trabajo solía poner un recopilatorio (Simply The Best) de esta mujer . Y me gustaba. Mucho además. En aquella compilación se recogían éxitos de esta tipa en solitario con un marcado tono comercial muy alejado de sus inicios con Ike Turner. The Soul of Ike & Tina Turner es el primer disco que editaron juntos esta pareja artística y sentimental. Un álbum repleto de sensualidad y fiereza a partes iguales con la torrencial voz de Tina dominándolo todo y muy bien secundada en los coros por las Ikettes. Ese precisamente es uno de los aspectos que más me gustan del disco. El contraste entre la portentosa y cruda voz de Tina y los dulces y sensuales coros de las vocalistas Sandra Harding y Frances Hodges. Una combinación irresistible.


Merece también una consideración especial el sonido que aportan el piano y la guitarra de Ike Turner con toques primigenios del rock´n roll y con la sutileza adecuada para regalarnos piezas soul de esas que levantan el ánimo de cualquiera. La mayoría de los temas están compuestos por Ike Turner.  Cuando se grabó este album entre 1959 y 1960 el buscavidas Ike ya llevaba en el negocio más de diez años y había grabado con luminarias del blues como Elmore James, Bobby Blue Band o Little Milton. Su labor compositiva es destacable. El disco está plagado de temas directos y radiantes que se incrustan a la primera. Es la misma sensación que cuando escuché por primera vez los tres primeros discos de James Brown. Crudeza, unión R&B y soul, todo a punto de estallar con vehemencia en canciones inolvidables. El típico disco ideal para conocer una banda y seguir indagando.

Predominan las canciones rápidas y con potencial comercial. Esas de dos o tres minutos que te invitan sin posibilidad de escape a mover el esqueleto como la inicial I´m Jealous donde ya se desata la desgarradora voz de Tina Turner encantadoramente arropada por los coros de las Ikettes. R&B con su solo de saxo correspondiente. O como la torrencial If más golosa que un caramelo a la puerta de un colegio y aquí sólo con la aspera y visceral voz de Tina llevándose todo por delante, esta vez sin que le secunden las Ikettes.

A temas de corta y rasga como los mencionados les acompañan maravillas tan sutiles como Letters from Tina con una Tina Turner en un registro más calmado demostrando su versatilidad. O esa trepadora You can´t love two en la que de nuevo la Turner se maneja en diferentes registros vocales combinándolos a su antojo. Otro de los momentos álgidos del disco. La intervención de las Ikettes es de nuevo esencial en A fool in love. Un muy buen disco de debut que en mi casa supone una inmejorable entrada en el universo de esta pareja que tanto doy que hablar tanto en lo musical como en su vida con su tormentosa relación. Pero la carroña para otro día.

jueves, 5 de diciembre de 2013

¡No pronunciarás el nombre de Aretha Franklin, James Brown o Sam Cooke en vano!

Cada cierto tiempo, en realidad cada muy poco, digamos que incluso habitualmente la prensa musical es muy dada a nombrar a tal o cual artista el nuevo James Brown o la nueva Aretha Franklin o el nuevo Sam Cooke. Es un recurso que sirve para enganchar al personal y que suele funcionar a las mil maravillas. No me refiero al periodista que explica unas cuantas influencias del nuevo músico o banda y señala que tiene reminiscencias de algunos clásicos, esa es una comparación que hacemos todos y que por momentos se hace repetitiva. Pero que, admitámoslo cumple su función. No, me viene a la mente lo otro, la etiqueta tajante esa que con demasiada ligereza se cuelga a un músico y que yo creo que aunque al principio le pueda beneficiar con el tiempo puede ser una losa.

Toda esto me viene porque comentando los próximos conciertos que va a haber por estos lares, le pregunté a un amigo a ver si había escuchado a Nikki Hill y me contestó que si, que es una tipa negra que hace unos conciertos muy divertidos con versiones de AC/DC o Little Richard pero me venía a decir que eso, que es una buena cantante con mucho recorrido pero que todavía no ha hecho méritos para ser la nueva Aretha o Etta James. Mi colega se mostraba un poco hastiado de toda esta fiebre que hay concretamente ahora con el soul y que calza la etiqueta del nuevo James Brown a cualquiera. Recuerdo una afirmación de César Martín en Popular 1 en la misma onda que la de mi amigo. Concretamente en el caso de Eli PaperBoy Reed y James Brown. The Man decía que poner en la misma frase los nombres de estos dos músicos era poco menos que un ultraje. Y siendo un poco rigurosos es así. Tienen razón.

A ver, las cartas sobre la mesa. No soy ningún experto en soul, qué coño no soy ningún experto en nada de nada. Yo en su día me emocioné con el Paperboy. Incluso me compré el disco que le lanzó al estrellato. Hoy en día lo escucho y el impacto es mucho menor por decirlo suavemente. La razón es sencilla me metí en el veneno soul hace unos años y empecé a volar alto con Wilson Pickett, Donny Hathaway, Solomon Burke, O.V Wright, Bill Withers, Aretha Franklin, Ann Peebles…y muchos más, y los que me quedan espero. La música de estos titanes es poderosa, como una droga, entra y no sale en la vida, no tiene fecha de caducidad. A Paperboy muchas veces le han puesto en esa liga y en mi opinión aquellos están a galaxias de distancia del chico de Boston. En ocasiones la prensa necesita vender nombres a toda costa y no repara en gastos.

Aunque supongo que al final todo se reduce a una cuestión de gustos. Porque para contradecirme con lo anterior (ley de vida) si que considero que hay cantantes que por momentos igualan a esos grandes clásicos. Por lo menos en mi casa el Be Good de Gregory Porter está en las alturas con lo mejor de lo mejor. Y por qué Gregory si y el Paperboy no. Porque uno lo tiene y el otro no. Ja, ja. Cuestión de gustos. En fin da para mucho o para nada según se vea. Descubrir y disfrutar de los grandes clásicos es una delicia a la que nadie debería renunciar siendo eso compatible con gozar con nuevos valores a los que hay que dar tiempo y liberarles de incómodas etiquetas.






viernes, 29 de noviembre de 2013

El Golpe

Ayer a la noche encendí un momento el televisor a eso de las once y media y estaban emitiendo en la Primera por millonésima vez El Golpe. Es una película que me acompaña desde la infancia y que no importa las veces que la haya visto. Cualquier momento es bueno para sumergirse de nuevo en esta maravillosa historia muy bien contada por el director George Roy Hill sobre un guión de David S.Ward y magníficamente interpretada por Paul Newman y Robert Redford en sus papeles principales y por secundarios perfectos como Robert Shaw, Charles Durning o Robert Earl Jones. Cacé la película justo en la escena en el tren en la que Henry Gondorf (Newman) despluma en una partida de cartas a Doyle Lonnegan interpretado por Robert Shaw. Esa es una de las escenas memorables del film.

La película está repleta de momentos inolvidables. La secuencia en la que se encuentran por primera vez Henry Gondorf (Newman) y Johnny Hooker (Redford) es prodigiosa. Un tratado de interpretación. Un joven e insolente Redford encuentra a Newman en plena resaca tirado junto a la cama, aplastado contra la pared y Redford lo lleva a la ducha para espabilarle. La cara de pilluelo encantador y subidito de Redford contrasta con la armonía de Newman que interpreta a un timador experto y canalla que se mueve con un atractivo descomunal.



El film está dividido en varios capítulos introducidos por unas viñetas ultracool con un diseño sencillo y efectivo. La música juega un papel fundamental y está indisolublemente asociada a este film. Inevitablemente cuando escuchas The Entertainter de Scott Joplin te acuerdas de la película. La trama se desarrolla en Chicago en una época por la que siento predilección: los años treinta. Es el momento de los gansters, los timadores, los pillos y demás personal dispuesto a lo que sea con total de progresar en la jungla capitalista. La ambientación es perfecta y los trajes que lucen Robert Redford y Paul Newman son quedones a más no poder, especialmente el de Redford y esa presentación que se marca cuando acude a casa de Luther horas después de haber dado el timo más grande de su vida.

Redford borda el papel de pillo irresistible con ganas de venganza y que se cree que se las sabe todas mientras que Newman le da la réplica configurando uno de los personajes más cool de toda su carrera. Las escenas en las que trabajan juntos son un compendio acelerado de eso que se llama química. Los secundarios arropan a los protagonistas con la misma gracia y soltura. Todos suman y sus caras se te quedan para siempre. Les ves años después en cualquier otro film y dices "ese salía en El golpe". 

La primera vez que la vi la sorpresa final fue mayúscula y recuerdo al día siguiente de su emisión que todo el mundo lo comentaba en el colegio. Este es el tipo de film que hace afición por el cine. Lo tiene todo. Una historia atractiva con un final sorprendente, unas interpretaciones impresionantes con dos iconos del cine de toda la vida como Robert Redford y Paul Newman y una música que le da el toque definitivo. La clase de film que te impacta en infancia y que muchos años después conserva toda su magia. Da igual que sepas el final y que no haya sorpresa en ese sentido el deleite viene por volver a ver de nuevo una historia tan bien narrada y por la química entre Newman y Redford. 



sábado, 23 de noviembre de 2013

Frank Sinatra y Nelson Riddle


A principios de los cincuenta la carrera musical de Frank Sinatra se encontraba en un momento delicado. En 1952 se había terminado su relación contractual con Columbia y el sello no había mostrado el menor interés por renovarlo. Tampoco conseguía un contrato con otras discográficas hasta que finalmente apareció Capitol Records que le ofreció un trato bastante modesto en el que no figuraban anticipos y en el que Sinatra tenía correr con los gastos de los músicos, arreglos y grabación del álbum en cuestión. Vamos, que el amigo Frank estaba bastante apurado. 

Muchos años después sabemos que los años que Frank Sinatra pasó en Capitol fueron fundamentales en su carrera y en la música popular norteamericana. Y el nombre de Sinatra aparece ligado en esta época en muchas ocasiones al del arreglista Nelson Riddle hasta el punto de que la mayoría de los críticos y estudiosos señalan que Riddle revitalizó con sus brillantes y eclécticos arreglos el sonido de Frank Sinatra. Fue el arquitecto de ese sonido swing tan irresistible para sujetos como el que escribe.



Cuando le preguntaban al propio Riddle que opinaba de que él fuese el artífice principal de aquel sonido y aquellas maravillas grabaciones el bueno de Nelson contestaba que el mayor mérito correspondía a Sinatra. Sentía verdadera admiración y devoción por el cantante aunque confesase que no fuese fácil trabajar con el. Sinatra podía tener amigos al otro lado de la ley, pegarse unas juergas bárbaras, ser un inquieto liberal, sufrir un día por el amor de Ava y al siguiente ir a los brazos de Lauren Bacall, pero lo cierto es que cuando entraba en un estudio de grabación sabía lo que hacía. Lo tenía todo en su cabeza. Y exigía a los músicos un nivel de compromiso similar al suyo. Y cuando los astros coincidían (y en aquella época lo hacían a menudo) el resultado era inmejorable.

En la biografía A su manera de J.Randy Taraborrelli se recogen estas sinceras declaraciones de Nelson Riddle: "No hay nadie como él. Frank no sólo te anima a arriesgarte, sino que tiene una percepción tan fina de la ejecución que te impulsa a dejarte la piel por él. No es sólo que su intuición en cuanto al compas, al fraseo e incluso la configuración, sea asombrosamente exacta, sino que, además, su gusto es exquisito". Amén. 

La colaboración de Nelson Riddle con Frank Sinatra comenzó el 30 de abril de 1953 para los arreglos de I love you y South of the Border. También de esa sesión es I´ve got the world on a string que marcó un antes  un después en la carrera de Sinatra. Según se cuenta en la biografía de Taborrelli finalizada la sesión Frank recorrió el estudio de grabación estrechando la mano de los músicos y diciéndoles "He vuelto, amigos. He vuelto". Sinatra casi había tenido que mendigar un contrato en Capitol pero su suerte cambió. Frank Sinatra y Nelson Riddle grabaron juntos catorce discos entre su etapa Capitol y Reprise Records dando lugar a una de las relaciones artísticas más prolíficas e inspiradas de la historia musical. 




domingo, 17 de noviembre de 2013

Fun Lovin´ Criminals. 100% Colombian

Tal día como hoy hace quince años se editó 100% Colombian de Fun Lovin´ Criminals. El trío neoyorquino había debutado tres años antes con Come Find Yourself en el que se movían con mucha clase por diferentes géneros musicales. Su irrupción en la escena de los noventa fue divertida y fresca a más no poder en una época en la que demasiadas cosas tenían una carga trascendental un poco agobiante. 100% Colombian les trajo de vuelta más inspirados si cabe, más souleros y sobre todo con una imponente colección de canciones ideales para reinar de noche. Nocturnidad y alevosía desde la portada.

Este álbum entraba primero por los ojos. La esencia de lo cool. Una de mis portadas favoritas de todos los tiempos. Tres tipos rindiendo tributo a la iconografía gansteril. Parecen pillados en un garito con mucha clase. Relajados, amigables, dando rienda suelta a su humor y transmitiendo buenas vibraciones. La imagen no es lo que más me importa en el mundo de la música ni de lejos pero es que estos tipos lo tienen todo. Es esta banda la parafernalia visual y escénica es un elemento que suma, les otorga un plus.

Pero no conviene sucumbir al fogonazo de los flashes. Después de todo lo más importante sigue siendo el envoltorio musical. Y aquí es de lujo. Para abrir oído tenemos un comienzo repleto de sensualidad. Tres canciones nocturnas a más no poder. Up on the Hill, Love Unlimited y The View Belongs to everyone. Ya no les pertenecen a estos sujetos. Se han incrustado en la noche. En Up on the Hill el solo de saxo corre a cargo de un tal Stuart Matthewman al que felicito desde aquí. En esta vida hay que agarrarse a declaraciones tan sencillas y certeras como la que contiene Love Unlimited, aquello de Barry white, saved my life and if Barry White, saved your life, or got you back with your ex-wife, sing Barry white, Barry White, it´s alright.




El tono sensual y relajado está presente de forma sublime en muchas de las canciones del disco. Me encanta perderme en esos temas y escucharlos con detenimiento porque están cargados de jugosos detalles. Temas delicados provistos de un gusto exquisito como The view Belongs to everyone o la incréible We are all very worried about you donde circulan perfectamente integrados pasajes con piano, trompeta y la guitarra acústica. En muchos de ellos más que cantar Huey susurra porque la tesitura lo requiere. Es un ejercicio de estilo, singular e inequívoco que da a cada tema en cuestión un toque especial.

El álbum es variado pero sin despistar. Coherente y avanzando con elegancia. Cada surco tiene su razón de ser. Cada canción está colocada perfectamente. Tras el trío inicial se cuela Korean Bodega con un riff machacón a lo Bo Diddley. Un single perfecto. La típica canción ideal para abrir los conciertos. Contagiosa y pegajosa. Una de este tipo al menos tiene que haber en cada disco de estos tipos.

Back on The Block es una canción que recomendaría a cualquiera para iniciarse en la música de estos sujetos. Provista de uno de los inicios más cool de la historia es un tema que no me canso de escuchar jamás. Podríamos denominarla medio tiempo porque no es ni de las más rockeras ni de las más tranquilas pero eso sería demasiado vulgar para esta banda. Lo dejo simplemente en una canción deliciosa.

10th Street al igual que Korean Bodega es otro potencial single, marchoso y acelerado que nos lleva por esa calle neoyorkina acompañados de coches que aceleran y sirenas que nos advierten de dónde estamos. Irresistible y contagiosa a más no poder. Otra de esas que siempre espero en los conciertos de este trío. La sensualidad vuelve con Sugar que en mis primeras escuchas fue de mis favoritas pero que con el tiempo sucumbe ante el trío inicial. En cualquier caso otra buena canción.

Southside tiene un riff muy sencillo y machacón pero es vacilona a más no poder. Me encanta la letra, sobre todo el estribillo y ese Delancy on my mind, on my mind final… Es un tema poderoso que podríamos incluir en el saco de hard rock pero es que en manos de estos tíos se transforma en otra cosa. Tras la delicada e imbatible We are all very worried about you viene una tacada de temas ideales para la fiesta: All for self, All my time is gone y Big night out con aquella letra tan cachonda. All my time is gone es al igual que Back on the block otro de esos temas con múltiples sonidos que gana con las escuchas y que cuenta con un glorioso comienzo impulsado por la brillante guitarra de Huey y la trompeta de Fast. Para cerrar el bar después de una noche triunfal nada mejor que esa antológica Mini Bar Blues donde estos canallas consiguieron que BB King metiese su inconfundible guitarra.

100% Colombian fue grabado entre los meses de enero y marzo de 1998 en los estudios Sear Sound y Magic Shop de Nueva York y está producido por la propia banda. El ingeniero de sonido fue Tim Latham y su trabajo es esencial para tejer con éxito la propuesta sonora de Huey, Fast y Steve. Tanto es así que Huey siempre le señala como el cuarto componente del grupo. Así que va por él y por todos los participantes en este álbum, que suene de nuevo otra noche más 100% Colombian.