Algunos recopilatorios son
muy útiles para entrar en el universo de una banda. Aunque soy partidario de ir
poco a poco e incluso en orden diacrónico de vez en cuando una compilación de
lo mejor del artista en cuestión es más que válida. Más si está hecha con tan
buen gusto como este Remasters de Led Zeppelin. Ese fue el primer disco que me regaló Susana unas
Navidades de hace más de veinte años. Con apenas diecisiete años semejante disco te noquea. Aquel disco lo anunciaban a menudo en la
tele y estoy seguro que como yo otra mucha gente en el planeta supo quiénes
eran Led Zeppelin.
Es probable que sea uno de
los discos que más he escuchado en mi vida. Sobre todo aquellos años me dio
fuerte con este artefacto y luego poco a poco fui indagando y cogiendo en serie
media toda su discografía. Realmente merece la pena ir acudiendo a todos pero Remasters
es un muy buen inicio ya que selecciona con buen criterio 26 canciones
imprescindibles de estos sujetos. Se pueden degustar todas las facetas de la
banda que si bien es muchas veces metida en el saco del heavy lo cierto es que
transitaban con pasmosa facilidad por el blues y el folk. Sobre todo es esta
última faceta la que degusto hoy en día con más placer. Los discos III y
Houses
of the holy que al principio me entraron menos son de los que más
disfruto hoy en día.
Con Led Zeppelin no suele haber medias tintas. Hay verdaderos talibanes
de su religión que afirman, creen y juran por Zoso que estos tipos lo
inventaron todo pero lo cierto es que ese es un tema escabroso que siempre les
ha rondado. Siendo sincero me da igual. Mi opinión no varió sustancialmente
cuando me enteré que saqueaban con alevosía muchas canciones sin luego
reflejarlo en los créditos. Lo cierto es que eso éticamente es reprobable pero,
¡qué me aspen! ¡los resultados son fantásticos! A si que si todavía alguien
anda perdido y quiere entrar en el universo zeppeliando recomiendo Remasters
como un punto de inicio muy apetecible.