Apenas han pasado unos
meses desde que Chris Robinson
publicase Big Moon Ritual cuando ya ha editado su continuación The
Magic Door. Este al igual que lo anterior me lo ha grabado un amigo
pero todavía no lo he catado. Sigo dándole cancha el Big Moon Ritual, la clase
de álbum al que merece la pena darle muchas vueltas porque las primeras
escuchas engañan. Está claro que Chris puede ir y va a su bola. Funciona como
si estuviésemos en los setenta donde en un mismo año las grandes bandas
entregaban un par de discos a sus fans. Motivo de celebración.
Big Moon Ritual consta tan sólo de siete canciones y dura una
hora. Nos encontramos, pues, con temas largos pero salvo algún teclado un poco
chirriante (Tomorrow Blues) lo cierto
es que las canciones fluyen de forma natural. Llevo unos cuantos días pintando
la casa, creando un ambiente zen y la música del hippioso Chris me viene
perfecta. El tono del disco es relajado, muy relajado incluso pero todo encaja
a la perfección. Como casi siempre Chris canta con mucho gusto, Neal Casal aporta una guitarra
brillante y el cuervo Adam MacDougall
adquiere mucho protagonismo con los teclados.
Basta mirar la portada
para intuir de por dónde va ir Chris y su hermandad. El primer tema del disco Tulsa Yesterday comienza tranquilito te
echa el anzuelo y picas. Y eso que se va a los once minutos pero está tan bien
construido que caes en sus redes. Sobrepasado el minuto 8 de la canción hay un
espacio fantástico para que triunfe la guitarra de Neal Casal. Es un pasaje fantástico. La canción llega a su fin
cuando pasan ampliamente los once minutos y termina de forma tan elegante a
como ha comenzado.
Uno de los temas que
primero me enganchó fue el corte 2 Rosalee
que posee un estribillo reconocible a las primeras de cambio y un ritmo como
muy funky que te hace mover los pies. Como en todo el álbum vuelve a brillar la
guitarra de Neal Casal. Hacia el
minuto cinco tiene un pequeño interludio psicodélico para posteriormente volver
al ritmo anterior. Todo ello sin perder un ápice de su encanto. Para el final
de la canción se vuelve a desatar la guitarra de Neal Casal. En directo todos
estos temas pueden ser tremendos. Porque llega Star Or Stone y el nivel sigue siendo igual de bueno y así hasta el
final con 100 Days Of Rain.
En lo que he leído sobre
el álbum se menciona a Grateful Dead
y el sonido de la costa Oeste como claro referente. Apenas he escuchado a los
Dead y bandas de esa corriente así que no puedo opinar pero desde luego si la
onda es la que maneja Chris es otra asignatura pendiente a la que hincarle el
diente. Es una gozada elegir el momento adecuado para que suene Big
Moon Ritual. Como he escrito comenzó sin capturarme y ahora no lo puedo
quitar del reproductor. Este es ya el tercer disco en solitario de Chris y lo
cierto es que el chico se está labrando una discografía muy interesante. Ojala
venga por aquí para presentar este material.