No, este no es un post dirigido al lehendakari Patxi Lopez. Ni me iba a hacer caso, ni
va aumentar los millones de lectores de este blog ni serviría para nada. Con Patxi me estoy refiriendo a un colega con
el coincidí en M3 Magazine Musical Multimedia. Esto que suena muy rimbombante no
era para tanto. Se trataba de un pequeño proyecto en el que nos juntábamos unos
cuantos para escribir de música. Básicamente lo que hago aquí. Pero lo recuerdo
con cariño por varios motivos. Me sirvió de acicate para darle a la tecla y ser
un poco constante y conocí a gente interesante con la que compartir las idas de
olla tan habituales entre algunos melómanos.
Patxi era un tipo brillante. Acido, se movía como pez en el
agua en el sarcasmo y la ironía y tenía ese toque definitivo del que muchos
carecemos al juntar las palabras. No era muy prolífico pero cuando leías algo
de él sabías de quién era y siempre movía algo en tu interior. Sus textos me
empujaban a escribir y esforzarme más lo que me sucede cuando leo buenos artículos.
Los suyos lo eran. El caso es que hará más de un año le vi por el parque de mi
pueblo. Los dos estábamos con nuestras respectivas criaturas. Ojo avizor,
siempre alerta para no perder de vista a los enanos. Hablé un poco con él y me
comentó que a veces leía este blog para seguidamente espetarme que siempre
estaba dando jabón al personal, que todo lo que escribía era de cosas que me
gustaban. Me dijo que parecía uno de esos periodistas de El País. Y bueno este
comentario no me lo tomé mal. Al fin y al cabo cuando leía periódicos (allá por
el Pleistoceno) el que solía elegir era El País. De modo que me lo tomé
bien.
Seguramente hoy me he acordado de aquellas palabras de Patxi
porque me he pasado por el INEM para oficializar mi ingreso y pedir la prestación
que me corresponde ya que desgraciadamente me he quedado como tantos otros
millones en el puto paro. Y me ha empezado a brotar un pestilente post sobre el
INEM y demás. Porque la oficina olía mal. Literal. Cuando he acudido a las 13
horas ya habían pasado muchos usuarios y los cuerpos concentrados en tan
minúsculo espacio dejan las esencias al descubierto. Y el ambiente era peor. Discusiones entre los
que allí estaban, miradas asesinas entre los trabajadores. En fin muy txungo.
Pero bueno paso de seguir por ahí y le doy la razón a Patxi casi todas las
entradas que he escrito son para compartir algo que me gusta y hacerlo de forma
entusiasta la mayoría de las veces. Es mi refugio y así seguirá siendo. Así que
así sin venir a cuento, o si porque escuchar a Sam Cooke siempre viene al caso, pongo Touch The Hem Of His Garment, el primer tema del recopilatorio Portrait
of a legend, una canción que he puesto tantas veces en los últimos
meses que los dos enanos ya tararean ese inicio de….Oh, there was a woman…. Iuju!!!!!!