Preguntado por la música de Donny Hathaway un amigó me comentó que podría entender que este
hombre fuese el cantante favorito de cualquier persona en este mundo. Esto despertó
mi curiosidad, sumado a lo que Jerry Wexler escribió en su libro Rhythm and
the blues: A life in American Music sobre Donny: "De todos los atributos del
canto soul, considero la dulzura el más importante: la dulzura en el carácter
vocal, en la lectura de la letra, en el moldeado de la melodía. Sam Cooke fue
el gran profeta de esta escuela y Solomon su siguiente gran exponente. Una
década más tarde Donny Hathaway elevaría ese estilo, propagando la influencia
del soul dulce entre los cantantes actuales"
De modo que mi amigo me paso finalmente un cd que contenía
los dos primeros discos de Donny Hathaway y lo cierto es que desde el principio
aluciné con la música de este sujeto. Y lo hice por partida doble. Porque me
gustaba mucho y porque encontré algo inesperado. Me había hecho a la idea tras
leer lo de Jerry Wexler que me encontraría un
estilo similar a Cooke o Burke pero lo de Hathaway no tiene mucho que
ver. Partiendo del soul clásico su paleta sonora se abre camino con naturalidad
con toques jazzys, ritmos latinos y mucho groove arropando nueve estupendas
canciones en su primer disco Everything is everything.
Como indica en el cutre libreto (que hay que leer con la
mejor lupa del mecado) Rick Powel percusionista, coproductor y compositor junto
a Donny de algunos temas Everything is everything reúne la esencia y filosofía
vital de Hathaway. Un músico ambicioso pero con alma y que en este disco logra
transmitir buenas vibraciones en todos y cada uno de los temas. Un perfecto
equilibrio entre canciones tremendamente contagiosas que parecen jams
improvisadas y que rebosan espontaneidad como Sugar Lee y The Guetto y
canciones pausadas que hay que escuchar con calma para apreciar todos los
matices como esa increíble Thank you Master (for my soul).
El primer tema que me volvió loco fue la inicial Voices
Inside (Everything is everything) sobre la que ya escribí un post. Lo merece.
Todavía cuando pongo el disco es la clase de canción que escucho varias veces
seguidas. Lo mismo que me ocurre con Let´s get it on de Marvin Gaye en el disco
de mismo título, con Run-around en el Four de Blues Traveler o con Room at the
top en el Echo de Tom Petty. Obsesión. Uno de los muchos aspectos buenos que
tiene el disco es que funcionan igual de bien las canciones más movidas con
esas baladas tremendas que te ponen la piel de gallina como Je Vous Alme (I
love you) o To be young, Gifted and Black.
La voz de Hathaway es una de las armas definitivas del
álbum. No es sólo que el tipo cante con sumo gusto y llegué a todas las notas
con soltura sino que posee un timbre peculiar, distinto, algo que lo hace
especial. Donny está arropado por la indispensable sección de viento que suena
de traca y por unas percusiones imaginativas y sumamente pegajosas sobre todo
en dos temas: Sugar Lee y The Guetto. También es fundamental en todas las
canciones el piano tocado por Donny. Lástima que la reedición que me compré
tenga un sonido tan normalito porque escuchando gemas como I believe to my soul
dan ganas de reventar los bafles poniendo a tope este artefacto.
Según he leído muchos críticos señalan Extensions of a Man
el tercer disco de Hathaway como su obra maestra. También me hice con el y me
esta costando más sacarle partido pero poco a poco va calando. Se trata de un
álbum muy ambicioso con arreglos muy complicados y que requiere más escuchas
pero este Everything is everything es una maravilla en la que perderse y a la que
recurrir a menudo. La clase de álbum que captura el alma de un músico y queda
ahí para la eternidad. Que se apeguen las luces y suene una vez más. La noche
pide discos como estos.