Hace muchos años no me perdía ni una edición del programa Días de cine. si no lo podía ver en directo me lo grababa mi aita. Hasta tal punto llegaba mi frikismo por el cine y concretamente por un programa en el que se curraban unos reportajes muy buenos y en los que reinaba un presentador diferente, un filosofo de la noche que nos regaló alguno de los momentos más tronchantes que he visto en la llamada Caja Tonta. Ingenioso, divertido, provocador y sobre todo hedonista.