En octubre saca nuevo álbum Tom Waits. Hace siete años que no tenemos canciones de este loco cuya música me ha acompañado en los últimos 17 años. Su discografía se puede dividir (por simplificar) en dos etapas. Hasta la banda sonora de Corazonada tenemos al Waits más, jazzístico, clasicote, con decenas de baladas memorables y con un sonido guapo pero más convencional. Me encanta. Desde Swordfishtrombones hasta la actualidad con sus multiples matices nos hallamos con un Waits investigador de sonidos, cacharrero pero al que no se suele olvidar de la melodía y la canción. También me encanta. Pero creo que al Tom Waits actual le puede más el rollo experimental, al menos así lo percibo yo. Su último disco hasta la fecha, Real Gone incide en esa línea. Tiene grandes momentos pero otros con los que no logro conectar.
Así que no tengo unas expectativas muy altas porque el amigo TW circula por caminos un tanto extraños pero no seré yo el que se lo critique. El tío ha llegado hasta aquí haciendo siempre lo que le da la gana, batallando contra los anunciantes que usaban sus canciones sin permiso, realizando pequeñas pero jugosas intervenciones en el cine, llenando este confuso mundo de algunas de las mejores canciones que jamás se han escrito y riéndose de sí mismo y de los demás en el trayecto. Todavía recuerdo cuando tuve la fortuna de verle en directo partirme la caja con el merchandising que nos ofrecía: unas camisetas blancas con manchas negras ideadas por Waits, así rezaba el anuncio. Mi amigo Rober y yo nos descojonamos una vez más. Tom Waits, a su manera, Tom Waits eterno.