Hoy tocan Marah en Bilbao. No es la primera vez. En los últimos años han sido unos asiduos por los escenarios de varias ciudades españolas y han conseguido sobre todo con sus dos primeras visitas una buena base de seguidores. El boca oreja funcionó y algunos nos quedamos prendados de esta banda. Me incluyo en el lote con entusiasmo además, ya que a su directo contagioso y divertido, añado dos discos que no pasa mucho tiempo sin que suenen en mi equipo: 20,000 Streets Under the Sky y If You Didn't Laugh, You'd Cry. Ambos capturan con acierto el espíritu que me gusta en el rock´n roll y acentúan todavía más en mi el complejo de Peter Pan. Mis amigos van a ir y espero que se encuentren a la mejor versión de los hermanos Bielanko. La vuelta de Serge es la mejor de las noticias y me va a joder perdérmelo y a Susana más pero tenemos bodorrio así que…..
There goes the last dj, who plays what he wants to play, and says what he wants to say...
viernes, 30 de septiembre de 2011
jueves, 29 de septiembre de 2011
Buddy Miller. Your love and other lies
El primer disco de un grupo o artista en solitario algutina la experiencia vital de éstos. Vete a saber qué han tenido que recorrer para llegar a grabar un álbum y la ilusión y energía inicial suele ser un punto posititivo muy a favor del trabajo en cuestión. Hay espléndidos discos de debuts jamás superados y otros que apuntan cosas muy interesantes. Sugieren más que muestran y dibujan un paisaje tentador. Your love and other lies (gran título por cierto) fue el debut en solitario de Buddy Miller para el sello Hightone Records allá por 1995 y pertenece a la segunda categoría. No es su obra maestra pero es una delicia country en la que perderse. Hay que reservarle un hueco a una buena hora, prestarle la atención que se merece y dejarse llevar por la sencillez y la calidez de estas 13 canciones.
Cuando Buddy Miller entró en los estudios Dogtown a grabar este Your love and other lies llevaba mucho tiempo en la música, de un lado a otro, tocando por las calles hiciese sol, viento, lluvia o nieve. Tenía la piel curtida y muchas vivencias que plasmar. Un músico que graba sus primeros discos en solitario con 43 tacos no está para gillipolleces. Todo lo que salga de ahí va a ser auténtico. El glamour y la farándula es para otros. Así que maravillosamente rodeado de músicos como Gurf Morlix que aquí se ocupa fundamentalmente del bajo, Donald Lindley a la batería y con el imprescindible Al Perkins a la steel guitar mas unos invitados deseosos de arroparle (Lucinda Williams, Emmylou Harris, Dan Penn o el infalible Jim Lauderdale entre otros) grabó esta delicatessen a fuego lento.
¿Qué se puede decir de un disco que se abre con las voces de Buddy Miller y Lucinda Williams al unísono atacando You wreckecd up my heart una composición del propio Miller y su señora esposa Julie? Pues que es imposible empezar mejor. Claro que si escuchas a continuación Don´t listen to the wind y no te emocionas es que tienes horchata en las venas (licencia de frase popuhead). En este tema le acompaña en las tareas vocales Jim Lauderdale que además se involucra en el proyecto cediendo una composición Hold on my love (de las mejores del disco) y Hole in my head en la que comparte autoría con el propio Buddy Miller y otro tema de altos vuelos. Decía en una entrevista Buddy Miller que cuando se atasca en la composición de alguna canción llama a Jim Lauderdale. Así que no está de más reivindicar a este tipo del que tan solo conozco sus multiples colaboraciones y del que pienso empaparme en breve. Pero ahora a lo que estamos.
Hay otros dos temas que ya conocía. That´s how I got to Memphis figura en el (todos de rodillas) Nashville de Solomon Burke. La versión de Buddy es tan buena como la del gordito así que con eso está todo dicho. You´re running wild viene en el recopilatorio Love snuck up, una bonita canción a duo con Julie Miller acompañándole en las voces. Por el camino exquisiteces como Through the eyes of a broken tema de Julie Miller que como dice un amigo es el arma secreta de este duo. En esta canción y también en I can´t slow down canta Dan Penn, todo un incono de la composición en el soul. Este tema es de mis favoritos. Me encanta el tono vacilón con el que canta Buddy y lo bien que le arropa Dan. Eso unido a unas guitarras que como siempre suenan de maravilla. My love will follow you es tan bonita que debería ser el final del disco. Precisamente el último tema A girl like you de Gurf Morlix me recuerda mucho en sus primeras estrofas a la mitica canción Long Black Veil aunque finalmente toma otros derroteros. Un detalle nimio que no empaña la calidad y calidez de esta obra.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Expectativas con lo nuevo de Tom Waits
En octubre saca nuevo álbum Tom Waits. Hace siete años que no tenemos canciones de este loco cuya música me ha acompañado en los últimos 17 años. Su discografía se puede dividir (por simplificar) en dos etapas. Hasta la banda sonora de Corazonada tenemos al Waits más, jazzístico, clasicote, con decenas de baladas memorables y con un sonido guapo pero más convencional. Me encanta. Desde Swordfishtrombones hasta la actualidad con sus multiples matices nos hallamos con un Waits investigador de sonidos, cacharrero pero al que no se suele olvidar de la melodía y la canción. También me encanta. Pero creo que al Tom Waits actual le puede más el rollo experimental, al menos así lo percibo yo. Su último disco hasta la fecha, Real Gone incide en esa línea. Tiene grandes momentos pero otros con los que no logro conectar.
Así que no tengo unas expectativas muy altas porque el amigo TW circula por caminos un tanto extraños pero no seré yo el que se lo critique. El tío ha llegado hasta aquí haciendo siempre lo que le da la gana, batallando contra los anunciantes que usaban sus canciones sin permiso, realizando pequeñas pero jugosas intervenciones en el cine, llenando este confuso mundo de algunas de las mejores canciones que jamás se han escrito y riéndose de sí mismo y de los demás en el trayecto. Todavía recuerdo cuando tuve la fortuna de verle en directo partirme la caja con el merchandising que nos ofrecía: unas camisetas blancas con manchas negras ideadas por Waits, así rezaba el anuncio. Mi amigo Rober y yo nos descojonamos una vez más. Tom Waits, a su manera, Tom Waits eterno.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Edward Bunker. No hay bestia tan feroz
Las grandes novelas son aquellas que además de proporcionarme buenos momentos de lectura activan en mi el deseo de escribir. No hay bestia tan feroz pertenece a esa categoría. A su prosa directa e intensa se le añade un tono reflexivo más que interesante. la novela rezuma verdad por los cuatro costados porque lo que en ella se cuenta es en buena parte la propia vida del autor que es tan interesante que merece ser novelada. Edward Bunker tuvo una vida convulsa y excitante. Paso muchos años en reformatorios y cárceles de California, vivió intensamente la espiral drogas-atracos-violencia-cárcel y finalmente tuvo suerte. Fortuna porque conoció a Louise Wallis, esposa del productor de Casablanca, que se tomó a Bunker como uno de sus proyectos para reformar a jóvenes delincuentes y la cosa funciono. Esta señora le regalo a Edward Bunker la subscripción al New York Time Books Review y un curso universitario por correspondencia lo que unido a la curiosidad de este chico por la lectura desembocó en una carrera literaria brillante con seis novelas publicadas. Pero hasta llegar ahí Bunker las paso putas, luchó con sus demonios, fue constante y finalmente logró ser un escritor respetado y admirado.
No hay bestia tan feroz es una novela realista, cruda y sincera en la que su autor conoce de primera mano de lo que escribe. Pero solo del conocimiento no se vive y Bunker es capaz de dotar a los personajes de vida, de credibilidad y lo hace tan bien que es difícil imaginarse un retrato de los bajos fondos de Los Angeles, y por extensión de cualquier ciudad grande, más auténtico e impactante. La novela arranca con la libertad condicional de Max Dembo que tras ocho años a la sombra pretende cambiar de vida. No es un agumento innovador pero Bunker es tan hábil en mostrar el camino lleno de trampas de un delincuente que pretende reformarse que te las páginas van pasando sin dilación frente a tus ojos y te sientes intrigado, atraído y seducido por el protagonista. Incluso te cae bien y quieres que todo le salga bien. Es más la novela me parece a pesar de su dureza, bella y es fácil sucumbir al encanto de Max Dembo a pesar de que el mismo reconoce que no sabe otra cosa que delinquir.
La novela es del año 1973 y no ha sido editada en España hasta un par de años por la editorial Sajalin. Edward Bunker contaba entre sus seguidores con algunos de los escritores más respetados del mundillo literario como William Styron o James Ellroy que firma el prologo en el que sentencia que No hay bestia tan feroz es la mejor novela sobre los bajos fondos de Los Angeles jamás escrita. También a Tarantino le sedujo la prosa de este tipo al que incluso dio el papel de Mr Blue en Reservoir Dogs. Pero más allá de estas referencias que siempre vienen bien recomiendo a todo aquel que le guste la novela criminal y las historias de redención leer este libro que me ha tenido absorto un par de semanas.
viernes, 23 de septiembre de 2011
Solomon Burke. Make do with what you got
Muchos años después de que los Rolling Stones versionearan el Everybody need somebody to love de Solomon Burke éste hace lo propio con I got the blues de Jagger and cía en Make do with what you got. El resultado: despampanante. Cuando llegas al in crescendo final con Burke espetando en plan predicador (I got the blues for you! I won’t tell ya! I got the blues for you, the blues for you baby Look what you doing to me baby! I got the blues, oh baby, baby, baby I cut off all my hair! I don’t know which way to turn! I can’t watch TV! I can’t watch The Late Show! I got the blues for you! Find myself three o’clock in the morning cryin’! Baby, you somewhere watching the Rolling Stones! I’m laying here in this bed of blues all alone) tus pelotas están en el suelo. Solo te queda recogerlas y ser humilde. Pero no solo de esta sentida versión vive el álbum.
Es curioso lo que sucede a veces con la música. Dejas pasar discos de forma incomprensible cuando lo lógico hubiese sido lanzarse a por este artefacto de cabeza. Porque tras flipar con Don´t give up on me recuerdo que me hice con Proud Mary: The Bell sessions y Soul alive pero deje pasar éste e incluso escuché antes Nashville de 2006. Pero lo importante es llegar, el cuándo importa menos porque la música es eterna. La que contiene Make do with what you got es para perderse continuamente. Teniendo en cuenta que nadie repite con Joe Henry como productor, Don Was es una muy buena elección. Tal vez no sea el tío más innovador del mundo, ni sus producciones sean la repera pero son reconocibles y acertadas. Un valor seguro.
Siguiendo el concepto de Don´t give up on me en este disco la elección de las canciones es igual de acertada y la interpretación de Burke soberbia. Me alegra especialmente encontrarme con What good am I? un tema que adoro de Dylan Oh Mercy que viene en el nunca lo suficientemente reivindicado . Solomon la pone patas arriba y junto a I need your love in my life configura un inicio que rockea duro. Una invitación que aceptas gustoso y en la que te regocijas más si cabe con los dos siguientes cortes que me tienen perturbado: It Makes no difference y Let somebody love me, dos temas que son pura sensualidad. El primero una monumental canción de The Band y el segundo firmado por Vernon Bullock, Freddie Gorman e Ivy Hunter que disculpad mi ignorancia pero no quién son. Tremendos. Estoy realmente enganchado a ambos, ni se las veces que los escucho al día.
Entre otros aspectos lo que diferencia este disco de su predecesor (el imbatible Don´t give up on me) es que lo que nos encontramos en Make do with what you got es un sonido mucho más deudor de los clásicos de soul, un estilo reconocible, con los instrumentos de viento gozando de mucho protagonismo y con unos poderosos y envolventes coros cortesía de Mona Lisa Young, Portia Griffin y Sweetpea Atkinson que son extraordinarios y encajan a la perfección con el tono barítono de Burke. Y el menda no tiene ningún problema en reconocer que me encanta la fórmula, sobre todo si las canciones son buenas (no menos de 7 extraordinarias) y los músicos que arropan a Solomon competentes. Make do with what you got, otra muestra más del poderío de este hombre. ¡Menudo filón he encontrado!
martes, 20 de septiembre de 2011
David Lee Roth. Diamond Dave
Poco a poco se acerca la época de las cavernas. Se acabo el veranito y vuelta a la jornada partida. Septiembre todavía es un mes que me mola mucho pero no se puede comparar con los cuatro anteriores. Poco a poco nos iremos acostumbrando o no a la oscuridad y a un tiempo gris que llevaremos como podamos y con una buena banda sonora. Este disco de David Lee Roth es ideal para subirte la moral.
El amigo David siempre ha sido un cachondo que ha sacado de quicio a la crítica bien pensante y que ha abusado de los tópicos hasta la extenuación. Ahora está inmerso en el retorno de Van Halen y se rumorea que año que viene tal vez haya gira europea. Veremos. Pero hoy me apetece escribir sobre este disco de 2004 que me alegro el otoño de ese año con sus tonadas.
Este álbum me lo grabó mi colega Rober y luego me lo compré un par de años después en un mercadillo al aire libre con material de rebajas que pusieron los comerciantes del Casco Viejo de Bilbao. Ahí estaba yo pasando la tarde, haciendo tiempo mientras esperaba a que Susana saliese del curro cuando en el puesto de Elkar ví cds y claro la cabra tira al monte. Rodeado de discos chuscos a más no poder me hice con éste por tres miserable euros.
Es un disco en el que casi todo son versiones (excepto tres temas) de Beatles, Jimi Hendrix, Savoy Brown, Steve Miller Band y en el que reina el buen rollo y la diversión. Las fotos del libreto interior están a la altura de lo que uno espera de David Lee Roth y la música es en plan lounge, como si estuvieses en Las Vegas. Las canciones van llegando con sus secciones de viento, guitarras R&B, piano y la tan criticada voz de David que a mi siempre me ha gustado. Tal vez el tío no tenga un chorro de voz imponente pero sabe interpretar y llevar las canciones a su registro con gracia.
Los seis primeros temas invitan a la fiesta de forma urgente. Del corte 7 en adelante hay algún toque psicodélico que descoloca un poco (aunque me gusta mucho la versión del Tomorrow never Knows cachondamente retitulada The Beatles tune) pero el resultado es brillante con un final acorde al espíritu festivo y hedonista del disco: Ice Cream Man y Bad Habits. Un buen resumen de la filosofía de este singular tipo.