Durante mucho tiempo mi disco favorito de Screaming Trees fue ese Dust tocado por la varita mágica de George Drakoulias pero con el tiempo considero que Sweet Oblivion está a su altura. Aunque a la hora de citar influencias se menciona siempre grupos americanos de garage como 13 Th floor elevators o clásicos de los setenta como Led Zeppelin lo cierto es que más fácil apreciarlas en los discos de Pearl Jam o Soundgarden que en los de Screaming Trees. ¿Por qué a quién se parecen? Cuando escucho sus discos apenas encuentro similitudes con otras bandas.
Es curioso porque Sweet Oblivion lo tenía todo para convertirse en un éxito. De hecho se publicó en 1992 en pleno apogeo del grunge. Pero no se sabe muy bien por qué apenas tuvo repercusión más allá del cierto éxito del single Nearly lost you. Pero el disco era pura dinamita, oro molido. Los orondos hermanos Conner, Mark Lanegan y Barret Martin hicieron historia. La inicial Shadow of the seasons se te clava gracias a la hipnótica batería de Martin y a la incomparable voz de Mark Lanegan. Ambos brillan en el disco de forma especial y cuentan con un Gary Lee Conner disparando grandes riffs y un Van Conner llevándose a las mil maravillas con Martin.
Tras Nearly lost you llega una de mis favoritas, Dollar Bill. Si tras escuchar este tema no caes rendido ante la voz de Lanegan es que tienes un problema. Tema que jamás de canso de escuchar y que aúna la dulzura, el soul y la rabia de un Lanegan soltando frases tan sencillas e inteligentes como Torn like an old dollar bill. More or less va en la onda de Dollar Bill y es tan buena como ésta. Hay temas contundentes, directos como The secret kind o Butterfly que se te quedan a la primera y otros como la trilogía Winter song, Troubled times, No one knows que crecen dentro de ti y se hacen imparables. Cuando suenan las últimas notas de Julie Paradise no tengo dudas, Sweet Oblivion es uno de los discos de mi vida. Una obra de arte que el tiempo no hecho sino mejorar