A lo largo de la historia se han producido hechos similares con variopintos resultados. Ahí tenemos a AC/DC. Se muere Bon Scott, a priori alguien difícil sino imposible de sustituir pero llega Brian Johnson y el tipo no lo hace mal. Es más con él graban posiblemente su mejor disco: Back in black. Al principio me imagino que le considerarían un clon, el ETERNO SUSTITUTO pero hete aquí que el hombre se hace dueño del puesto y la mayoría le agasaja como se merece. Tal vez sea el caso en el que una banda ha salido con más decoro tras la gran tragedia.
Otros casos son más discutibles. Pero sólo en cuánto a resultados porque nadie niega el derecho a que los músicos decidan qué hacer. Cuando murió Ronnie Van Zant, Lynyrd Skynyrd lo tenían tan difícil o más que AC/DC. ¿Alguien se podía calzar las botas de todo un Ronnie Van Zant? Pues su hermano Johnny. Con él al frente, la banda jamás grabó ningún disco a la altura de los que hicieron con Ronnie pero continuaron el legado de la banda con dignidad. No hay momentos brillantes pero tampoco nada despreciable.
El año pasado fui a ver a Alice in Chains con William DuVall. Fue una noche extraña. El nuevo fichaje no lo hacía mal pero esas canciones no me las puedo imaginar cantadas por otro que no sea Layne Staley. Ahora parece que incluso van a editar disco un disco. Mejor para DuVall que defienda un nuevo repertorio porque Down in a hole, Rooster o Brother sólo las podría cantar Layne.
Y tras todo esto llega la hora de mojarse. No concibo unos Queen sin Freddie Mercury, unos Black Crowes sin Chris Robinson o unos Pearl Jam sin Eddie Vedder. Pero los músicos tienen derecho a hacer con sus grupos lo que quieran. Aunque haya talibanes que se opongan rotundamente o aunque nos de mucha pena que una banda pueda superar la pérdida de un componente como mejor lo consideren. Tal vez la clave reside en hacerlo de forma inmediata. Cuanto más se espera más se acrecienta la leyenda. Y muchos parecen insustituibles. Eso si, si vienen Blind Melon con el nuevo cantante voy como un cohete