Ayer por la noche fui a ver a Mark Olson a la sala Azkena de Bilbao. No tenía pensado ir. Una llamada de un amigo el día anterior y la insistencia de Susana inclinaron la balanza. Y fue todo un acierto. Iba con pocas expectativas. No porque dude de la capacidad artística de Mark. Más bien era porque me temía un concierto introspectivo, melancólico. A este tipo le ha dejado su compañera Victoria Williams y hasta hace unos pocos años no le gustaba demasiado hablar de The Jayhawks. Parecía que incluso renegaba un poco del pasado.
Y me encontré justo con todo lo contrario. A Mark se le ve feliz y acompañado de una chica que alternaba la percusión con los teclados y de otro músico que hacía lo propio con el violín y los teclados nos ofrecieron un concierto alegre basado en el repertorio en solitario de Mark con la inclusión de al menos cuatro joyas del repertorio Jayhawks: Martin´s song, Blue, Pry to me y Sister cry para terminar. La anterior vez que le vi no incluyó ni una canción de la banda donde más brillo la música de este hombre.
Nada, que salí encantado de un concierto al que jamás debí dudar de asistir. Y es que cuando un tipo como Mark Olson ha contribuido a la humanidad con maravillas como Hollywood town hall o Tomorrow the green grass hay que estar agradecido de por vida. Es uno de los grandes. Parece ser que va a grabar un disco junto a Gary Louris, los dos compositores The Jayhawks juntos de nuevo! Esto promete. Una reunión de The Jayhawks sería histórica.