Anoche veía la serie Seis grados ambientada en Nueva York que desarrolla la teoría de que cualquiera puede estar conectado a cualquier otra persona a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cuatro intermediarios. Con la mítica ciudad de fondo la serie se hace entretenida y poco a poco me va enganchando lo suficiente. Ayer incluso descubro una conexión curiosa. El productor George Drakoulias es el supervisor musical de la serie.
Drakoulias es junto a Rick Rubin o Brendan O´Brien uno de los productores discográficos más prestigiosos de las últimas décadas. Discos como Dust de Screaming Trees, Hollywood town hall de The Jayhawks, The southern harmony and musical companion de Black Crowes o por supuesto esa delicia titulada The Last Dj de Tom Petty & Heartbreakers llevan su firma. Casi nada. Pero en este caso, como en todos los demás ¿hasta dónde llega la influencia del productor? ¿qué parte del mérito se le puede atribuir?
Las declaraciones de los músicos pueden arrojar algo de luz sobre el asunto. Pero tampoco te puedes fiar de ellos porque son parte implicada. La lucha de egos suele estar presente en los estudios de grabación y todo el mundo quiere atribuirse el mérito. Los hermanos Robinson han hablado perrerías de Rubin, Screaming Trees casi acaban a leches con Drakoulias, si a Matt Cameron le hubiesen pedido que grabase su batería una vez más en cualquier canción de Superunknown se carga a Michael Beinhorn… La lista es larga.
Lo cierto es que escuchas que una banda esta grabando su material con un productor de renombre y ese hecho es destacado, sobredimensionado diría yo. Se da por supuesto que el sello Rubin, Drakoulias o en su día Spector son una garantía de que la música va a estar a la altura. Sin ir más lejos, Rick Rubin parece poco menos que va a rescatar a Metallica del agujero negro. Pero al final es lo de siempre si no hay un buen número de canciones nadie tiene una varita mágica para transformar temas mediocres en canciones inolvidables.
Todo esto no quita que la figura del productor discográfico sea importante. Sin ir más lejos y volviendo a Drakoulias no puede ser casualidad que este tipo haya estado involucrado en esos grandes discos. El secreto con él parece ser su perfeccionismo a la hora de grabar y que pide claramente al grupo qué le digan hasta dónde puede involucrarse. En el otro extremo hay unos cuantos casos de discos lastrados por una producción lamentable. Así que si parece que los productores son importantes y bastante además. Y por cierto Drakoulias sabe elegir y muy bien la música tanto en las series como en las películas en las que ha metido mano.