Tras el anuncio he leido mucho acerca del carisma de Newman, de su innegable atractivo, de su colaboración con muchas causas benéficas... Si, todo eso es cierto, como lo es también que pocos actores pueden competir con la filmografía de este tipo. Paul Newman ha sido un actor todoterrono, dotado de una presencia espectacular y que sin grandes aspavientos lograba seducir a la cámara y a los espectadores como pocos lo han conseguido.
Además, a diferencia de unos cuantos de sus contemporáneos supo elegir grandes papeles en todo tipo de géneros. Sus interpretaciones en las adaptaciones de Tennese Williams, La gata sobre el tejado de zinc o Dulce pájaro de juventud nos acercan a su maestría en el melodrama, El golpe o Dos hombres y un destino nos traen a un Newman aventurero y simpático, irresistible, al igual que en La leyenda del indomable con la mítica escena en la que se zampa 5o huevos duros.
Nada se le resistía a Paul. Actor del método en los 50 y mucho más que eso cuando su carrera fue avanzando. Practicamente en toda su carrera tuvo la habilidad para escoger papeles atractivos en películas que han dejado huella y que con el paso del tiempo vas descubriendo. Pequeños clásicos tal vez no tan conocidos como los anteriormente mencionados pero sin duda a la misma altura: Desde la terraza, La ciudad frente a mi, Hud, Hombre...
Su última aparición en la gran pantalla en Camino a la perdición es de esas que dejan huella. Transmite más que nadie, eclipsa a todo el reparto y a la propia película con su clase. Yo lo tengo claro, esta semana empiezo mi particular homenaje: El buscavidas, Veredicto final, El juez de la Horca, Ausencia de malicia... Me esperan grandes momentos en compañia del mejor.